Por Joaquín Vera

¿Saben los políticos utilizar las redes sociales como herramienta para acercarse a los ciudadanos o no?

«Los políticos entienden las nuevas herramientas como un medio de comunicación masivo en el que buscan llegar a una gran audiencia, pero no han entendido que está cambiando de manera muy significativa la forma de comunicar», explica el consultor de comunicación política Rafael Rubio, quien también asegura, con rotundidad, que «las redes sociales no son una herramienta para ganar votos». Idea que, sin embargo, todavía persiste entre muchas de sus señorías.

Efectivamente, los diputados del Congreso son cada vez más conscientes de la importancia de estar presentes en redes como Twitter. De esta forma, más de la mitad del Hemiciclo tiene una cuenta en esta red. Algunos se quedaron en el paso posterior al registro y no han llegado a lanzar ni un solo mensaje, mientras que otros se han convertido en referentes tanto dentro como fuera de la Cámara Baja.

Uno de los diputados pertenecientes a este último grupo es Joan Coscubiela, de ICV -cuenta con blog personal, cuenta en Facebook y Twitter actualizadas continuamente-. El político asegura a EL MUNDO que no se ha planteado las redes sociales como un espacio para ganar votos, sino para desarrollar su función de representación política. Entiende Twitter como un espacio para «conocer la opinión de los ciudadanos sobre temas actuales».

En esta misma línea se muestra la socialista Ángeles Álvarez al explicar que utiliza la comunidad tuitera para «aportar información que generalmente es poco accesible a los ciudadanos». En cuanto a la posibilidad de utilizar las redes como una campaña electoral permanente se muestra contraria, ya que apunta al arma de doble filo que pueden suponer éstas: «Se puede ganar votos en la misma medida que perderlos».

Por grupos parlamentarios en la Cámara Baja, los mayoritarios presentan un menor porcentaje de sus diputados en Twitter. Así, los populares -185 escaños- que disponen de perfil son 76, tan sólo un 41%. En el caso de los socialistas, la cifra aumenta considerablemente hasta llegar al 78%; 86 escaños de los 110 del Grupo Socialista están ocupados por políticos tuiteros.

Son cifras que nada tienen que ver con los grupos minoritarios. La Izquierda Plural hace pleno y UPyD se queda a las puertas. Cuatro de los cinco diputados de la formación magenta disponen de cuenta en Twitter; sólo su líder, Rosa Díez, permanece ausente. De la misma forma, los 11 diputados del Grupo de IU, ICV-EUiA, CHA operan en esta red. En estos dos grupos se encuentran el polémico Toni Cantó o uno de los políticos más seguidos en la red, Alberto Garzón.

En esta misma línea de gran presencia en las redes, los nacionalistas catalanes y vascos cuentan con 14 y tres diputados respectivamente con perfil en la cuenta (de sus 16 y cinco diputados). Por su parte, el Grupo Mixto también se acerca al pleno tuitero al contar con 15 de 18 señorías con cuenta en Twitter.

Según Rafael Rubio, el político «tiene que estar donde está el ciudadano, y éstos, ahora, están en las redes». «No es cuestión de que guste más o menos, sino de que un político que ostenta un cargo público debería estar obligatoriamente, porque es un modo de conectar con una gran parte de la ciudadanía».

Rajoy y sus 496.000 ‘followers’

El peso mediático de ser presidente del Gobierno y líder de la oposición se evidencia en Twitter. Mariano Rajoy (496.000 ‘followers’) y Alfredo Pérez Rubalcaba (218.000) son los líderes políticos más seguidos, aunque eso sí, el dirigente ‘popular’ dobla en seguidores al socialista. Puestos significativos ocupan en este ránking tres políticos de Izquierda Unida: Alberto Garzón, Gaspar Llamazares y Cayo Lara. Una presencia que radica, según varios expertos en comunicación política en la red consultados por este medio, en «el activismo intrínseco de la izquierda». Este éxito a la hora de utilizar sus cuentas para movilizar a los ciudadanos o como un medio de comunicación más cobra mayor importancia si se tiene en cuenta que estos tres dirigentes son los propios gestores de ellas, y no se encuentra detrás un equipo de comunicación encargado en estas tareas. Cosa que sí sucede en el caso de Rajoy y Rubalcaba, entre otros.

Publicado en El Mundo