Ayer tuve la oportunidad de visitar nuevamente las oficinas de campaña de John Mccain, todo ha cambiado mucho desde mi última visita, en lugar de uno ya son 3, los pisos del edificio que se están utilizando y el ambiente pesimista de los primeros días ha sido sustituido por buenas sensaciones. Como dirían en el otro lado «Sí se puede», aunque nadie da mucha importancia a las últimas encuestas, la escasa distancia es un aliciente continuo para seguir trabajando.
Hay mesas y mesas, mucha gente trabajando, en la entrada unas maquinas de café y una nevera repleta de Coca-Colas, a última hora se multiplican los repartidores de pizza. El piso se divide entre la gente de coalitions, donde los latinos tienen un lugar destacado con su slogan «Estamos Unidos», producción audiovisual, ecampaña… al fondo se ve un cartel gigante que anuncia la War Room, pero no he llegado tan lejos.
Los corrillos comentaban la anecdota de San Diego de hace un par de días, cuando el Senador lanzó su propio micrófono a un espectador que se quejaba de que no había podido preguntar, y se acercó a él para dialogar tranquilamente. La imagen ha dado la vuelta al mundo, y todos comentan como una pregunta trampa, están convencidos de que el espectador era alguien de la campaña de Obama, se ha convertido en un éxito.
Otros hablan de unas encuestas que dicen que si Condolezza Rice acompaña a Mccain en el ticket ganaría incluso Estados impensables como New York, aún así nadie cree que el sueño de muchos pueda hacerse realidad.
Este año McCain ha escogido Arlington como lugar para instalar sus headquarters. Una muestra de la mayor profesionalización de su campaña de este año, respecto a la de 2000, cuando estableció el cuartel general en Phoenix, Arizona. Todo resulta más fáicl desde el área metropolitana de DF. Aunque yo soy un romántico y me gusta que los candidatos establezcan su cuartel general en sus estados de origen.
Recuerdo que en la campaña de 2000 Gore instaló su campaña en Arlington, pero a los pocos meses lo trasladó a Tennessee, como gesto simbólico de un cambio de estrategia que buscaba su alejamiento de la Casa Blancay de la etiqueta de candidato continuísta.
Creo que a pesar de estar en la capital del imperio le está costando horrores tener un buen equipo. No sé que pasaría si estuviera en Arizona.