El país lleva un día intentando asimilar las mentiras de Edwards y el engaño a su mujer, (antes o después del cancer), aunque Edwards ha tratado centrar su estrategia de comunicación en que todo pasó en 2006 y que el hijo no es suyo, los americanos no se recuperan de ver a su niño bonito convertido en traidor. Es bastante interesante contemplar desde fuera la situación. Lo políticamente correcto es decir que el problema es que mintió a los medios negando el affair; no importa que estuviera con otra mujer a la que no quería, que la dejara, o no, embarazada, que la haya visitado en un hotel de los angeles hace un mes, que estuviera con otra mientras su mujer luchaba contra el cancer…. es su vida privada, y cada uno hace lo que quiere. Pero a mi, quizás acostumbrado a las mentiras de los políticos, no me parece tan grave lo de mentir frente a una mentira absolutamente inoportuna, mientras que lo otro, no sé….
Mientras, con el inicio de los juegos, y Obama de vacaciones, empiezan los anuncios televisivos. Obama ha invertido 5 millones, Mccain 6.
Obama no hace ninguna referencia a Mccain, apela al optimismo connatural al pueblo norteamericano, se centra en los temas claves de la campaña: la economía, la energía y el empleo, y se presenta como un lider capaz.
Mccain sigue «a su bola», fiel a su estrategia de sembrar las dudas sobre la capacidad de liderazago del Senador demócrata, «Is he ready?» sobre todo en los temas económicos en los que Obama, según el anuncio, siempre ha votado por subir los impuestos a las familias norteamericanas.