Belén no es “la gran ciudad”,
no pasa de pueblecito,
con casas desperdigadas
y en la montaña un castillo.
Hay fonda, pozo, una fuente,
una granja y su molino,
corrales y una taberna
donde beben campesinos.
Un pastor cuidando ovejas,
otra lavando en el río,
hay quién trabaja los campos,
y quien cuida a los cochinos,
y de lejos en la noche,
sonriendo está DiosNiño.
Un mayor duerme en el bosque
a la sombra de un encino,
y dos chicos se dedican
a fastidiar a un vecino.
De madrugada, entre cantos,
cierran el bar tres amigos,
y a lo lejos en la noche,
sonriendo está DiosNiño.
Una pareja se aleja,
susurrándose al oído,
una madre entre sollozos
amamantando a su hijo,
y a lo lejos en la noche,
sonriendo está DiosNiño.
Entre vides y trigales
no se ve ningún camino,
que conduzca a algún portal
en el que ha nacido un Niño.
No se ven colas de gentes
caminando a un mismo sitio.
No se ve ninguna luz,
no se oye ningún ruido.
Como pueden ser tan ciegos
si tienen al lado al Niño,
les bastaría mirar
para gritar Bienvenido!!
Hoy, como ayer, como siempre,
seguimos tan distraídos
y pasamos a su lado
en el otro, en el amigo,
en la oficina, en la Iglesia
y hasta en el Club Deportivo.
Cuando todo es importante,
por urgencia o por capricho,
donde menos te lo esperas
puedes encontrar al Niño.
¿Y cómo podremos verle?
que yo quiero ver al Niño.
Y no hay figuras más grandes,
hay que descubrir al Niño,
y como el último paje
aunque lejos, de camino,
con la mirada en la estrella
y la luna de testigo;
de equipaje: mis miserias
de regalos: mi cariño,
Yo te lo voy a enseñar
yo te llevo, ven conmigo.
Buscamos en la posada,
y lo hayamos escondido
en un pajar entre bestias
en el pesebre, dormido,
una cabra y seis conejos,
tres gallos y dos patitos
y una niña que en sus brazos
va trayendo un corderito,
para el Hijo de María.
Dios está naciendo Niño
escaramujo 1999