El Tribunal Supremo norteamericano ha conseguido conservar su prestigio en parte por su actuación, en parte por el proceso de selección, en parte por el respeto que los norteamericanos sienten a sus instituciones, que consideran mucho más importantes que la lucha partidaria. Por eso sus decisiones tienen tanta trascendencia ya que más allá de convertirse en referencia jurisprudencial, básica en el sistema jurídico norteamericano, se convierte también en una suerte de referencia moral, de los «legítimos» herederos del espíritu de los Padres Fundadores de la Nación.

La decisión de ayer vuelve a los orígenes y decide una cuestión que ha sido objeto de polémica durante siglos, desde la aprobación de la Segunda Enmienda a la Constitución:

«A well regulated militia, being necessary to the security of a free state, the right of the people to keep and bear arms, shall not be infringed»

La configuración de la posesión de armas, que para unos no era más que una excepción destinada a favorecer la labor de las milicias nacionales, y claramente restringida a esa función, y para otros era un derecho fundamental independiente de las circunstancias y los tiempos.

La sentencia del Supremo es la respuesta a una decisión de 1976 adoptada por el Distrito de Columbia (DC) para restringir la adquisición de armas en su territorio, 25 años después seis personas denunciaron a la ciudad considerando que la ley iba en contra de sus derechos.

El Tribunal Supremo nunca se había manifestado sobre el carácter del derecho, su sentencia anterior sobre el tema, en el caso US vs Miller 1939, no resultaba muy clara pero en la sentencia de ayer deja clara la existencia de un derecho individual a poseer y portar armas sostenido por la «historical narrative» tanto antes como después de que fuera aprobada la segunda enmienda.

Las consecuencias son de momento poco claras:

1. La sentencia garantiza el derecho de cualquier a tener armas en casa.

2. Esto va a modificar normas estatales que limitaban este derecho.

3. Parece que las leyes federales que establecen restricciones permaneceran inalteradas. Por lo que las armas seguirán prohibidas en lugares como escuelas o edificiones gubernamentales, y para personas como enfermos mentales o convictos.

En campaña Mccain ha celebrado la decisión como un gran triunfo de los derechos fundamentales, Obama no se ha mojado insistiendo en el equilibrio entre los derechos del individuo y la necesidad de mantener a los niños a salvo….