Parecía que iba a ser una jornada aburrida y anodina, pero caso todos los speakers se encargaron de amenizarla con un propósito común:unificar al partido. Sin duda una buena forma de intentarlo es atacar al contrario. Por primera vez se vieron carteles en contra de McCain: «McCain more of the same».
Y digo de intentarlo porque por más que la Senadora por Nueva York comenzó su discurso dejando claro su apoyó a Obama, cada vez que pronunciaba su nombre se oían numerosos silbidos en contra del candidato demócrata.
Al igual que a lo largo de la tarde, el discurso de Hillary Clinton se centró en unificar y en posicionar a John McCain como el sucesor natural de George Bush y para evitarlo los Demócratas han de permanecer unidos, puesto que comparten valores y un propósito común.

Pero una vez más hay que destacar el ambiente, la convención es una fiesta, seas o no partidoria de Obama eres bien recibido: se divierten, bailan y cantan como si fuese el intermedio de un partido de baloncesto.

Mañana ración doble de fiesta: Bill Clinton y Joe Biden…