La irrupción de Sarah Palin en la carrera electoral ha sido tan violenta que algunos, sin respetar el orden alfabético que determina la clasificación de huracanes, han empezado a hablar del Huracán Palin. Sin duda le ha dado más emoción a unas elecciones largísimas en las que la gente empezaba a hartarse de Obama y dónde Mccain no ofrecía un pérfil ciertamente excitante. Con su entrada ha conseguido lo que parecía imposible y no sólo su discurso en la Convención, sino también el de mccain superaron el discurso «histórico» de Obama, que se ha hecho menos histórico, al menos en lo que a audiencia televisiva se refiere.
Las encuestas empiezan a notar el cambio y las que se publiquen el martes recogerán sin duda una ventaja de Mccain, de entre 1 y 5 puntos, con la ventaja de que Obama ya utilizó su gran momento de atención mediática.
Muchos han querido señalar las ventajas de la Palin como si fueran dificultades y el desconcierto de sus opositores es tal que cada día nos sorprenden con historias más peregrinas, señal de que cada vez queda menos a lo que agarrarse. Hoy el NYT intentaba atacar a la práctica religiosa de la Gobernadora de Alaska, que según parece fue bautizada como católica en su niñez, la historia era una colección de verdades parciales que pretendían presentar a la gobernadora como una visionaria (les suena) obsesionada por la interpretación literal de la Biblia. En el mismo periódico, que hoy incluía una editorial durísima contra Mccain (The Real John Mccain) que trataba de desacreditar su discurso de aceptación, otra de las columnistas reivindicaba las big cities frente a las small towns, mostrando una falsa indignación por las continuas referencias a la América «profunda» (por qué no empezamos a llamarla «real» o «verdadera») de la Palin en su discurso del miércoles. Por último la indignación de los «comunity organizer» del mundo, a los que han ido a buscar debajo de las piedras, y que tergivesando el discurso republicano, que cuestiona con razón lo que aporta a la experiencia ejecutiva de Obama su dedicación a esta noble tarea, parece que busca crear una nueva asociación comunity organizer sin fronteras. Como si las críticas de los demócratas a un pueblo de 5000 habitantes, no hubieran sido ofensivas contra los miles de ciudades y millones de norteamericanos que, sorprendentemente, luchan día a día por su felicidad entre esos norteamericanos «amargos» de rifle en mano y religión (Obama dixit), quién son los agresivos, quién desprecia a quién, y como prueba científica, y ya termino, el número de veces que los demócratas hablaron de Mccain, muy superior a la que los republicanos hablaron de Obama, los números cantan, aunque todavía alguno dirá que fue para alabarlo.
El NYT es un periódico de lo más patético cada cuatro años en el tratamiento de las elecciones. No entiendo su prestigio exagerado, y que siemrpe sea fuente utilizada en la tele.
El WSJ lo lee más gente.