Parece un y tu más, pero con cabeza, Obama acepta una vez más el juego de la campaña negativa y dispara contra Mccain recuperando el caso Keating. Una acusación de tráfico de influencias en la que Mccain se vió involucrado hace años, junto a otros cuatro demócratas.



Quizás lo inteligente es que lo relaciona directamente con la economía, intentando que la campaña siga enfocada en este tema.