El debate de ayer fue visto por 62 millones de personas, 8 millones menos que el debate de los vicepresidentes. Lo más destacable es que este debate sube la audiencia respecto del anterior que tuvo 52,4 millones de telespectadores. Quizás influyera que el primero se celebró un viernes, la peor noche televisiva de la semana, pero lo normal es que el primer debate sea el más visto y vaya decayendo. Algunos señalan que el aumento de público es indicativo del interés de la gente, yo creo que es más por el día y visto lo visto mucho me temo que la audiencia del último debate, el próximo miercoles 15, será todavía inferior.

Las audiencias son bastante similares a los debates Bush-Kerry si, como algunos señalan, esto es un buen indicador de la participación electoral, no vamos a tener un gran aumento, algo que se podría deducir del incremento espectacular de registrados con respecto a elecciones anteriores. La pregunta entonces es quién se quedará en casa, a día de hoy creo que serán los republicanos.