Esto saldra antes del leer mas
El ceviche y el piscosour conforman la base de la alimentación en Lima. Los dos se caracterizan por un sabor punzante, un poco fuerte para no iniciados, y he empezado a buscar sustitutos dentro de la misma gama. En el tema del pisco he descubierto el Algarrobina? sour, sin renunciar al pisco suaviza mucho el sabor, le da un toque amelocotonado, que lo hace mucho más agradable. La gastronomía se ha convertido en la vocación profesional de la gente bien, en una misma calle, aquí en Miraflores se encuentra la sede Peruana del Cordon Bleu, un edificio impresionante y una escuela de cocina, con menos glamour pero con mejor gusto. El culpable es Gaston Acurio (1967), un abogado peruano, de familia política, que cambio los estudios de leyes por los fogones, y en el Cordon Bleu de Paris aprendió su oficio y encontró a Astrid, su socia y esposa, durante mucho tiempo. Hoy han organizado un imperio de la hostelería, sus restaurantes de lujo (Astrid&Gastón) se encuentran en todas las capitales latinoamericanas, y están llegando a Europa, (me han hablado maravillas de los de Londrés y Madrid). Además tiene una serie de cadenas especializadas en un tipo de comida peruana, una cadena de pastelería y productos delicatessen de diseño; la cebichería La Mar; la sanguchería Pasquale Hermanos; la anticuchería Panchita…. Es un heroe nacional, y algunos le auguran un brillante futuro político, como el de su padre, si se deja…
La literatura peruana gira en torno a otro que una vez pudo ser… político, Mario Vargas Llosa, todas las librerias tienen una estanteria especializada en el eterno aspirante al premio nobel y toda la literatura contemporanea se construye en torno a él. Incluso han decidido copiar sus modos de vida y vivir en Madrid, Rocangiolo, Iwasaki… otros como Bailly dieron el salto a Estados Unidos. Yo buscando tesoros he leido a Gustavo Rodriguez (1968), La Furia de Aquiles, unos jovenes Trujillanos que llegan a Lima y descubren la vida con sus amores y sus desencantos, mientras toman caminos diferentes y van desgastando su amistad, previsible y prescindible. Quizás el fracaso me ha hecho volver a los clásicos, y creo que voy a aprovechar para leer Conversaciones en la Catedral, Ribeyro, Vallejo. También he comprado las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma, un conjunto de cuadros costumbristas de finales del XIX, que recogen la intrahistoria del Peru, la voz de la calle. Ya os contaré.