Los amigos de Fidel Castro sueñan, algunos en voz baja, con poder imitarle alguna vez en su revolución. Sorprende ver como en cuanto llegan al poder comienzan a poner en práctica las recetas revolucionarias, a pesar del escaso resultado que estas han producido en Cuba durante 47 años. En torno al dictador caribeño gira un clap, que comparten ideología, e incluso asesores, españoles por cierto.
Primero fue Hugo Chavez en Venezuela el que recogió en la Constitución Bolivariana muchos de los principios revolucionarios, sus 8 años de gobierno no han sido más que la realización de su «sueño revolucionario»: desmantelación de PDVSA, nacionalización de tierras, militarización de la sociedad, control de los medios de comunicación, y una marcha imparable hacia el partido único, en la fórmula de 24 partidos únicos, los oficialistas, entre los que destacan el MVR, PODEMOS, PPT, PCV, MEP, UPV, Liga Socialista, Tupamaros, M-28…
Ahora le ha tocado el turno a Evo Morales. Don Evo no esperó a aprobar la Constitución para realizar su sueño revolucionario y ha comenzado a andar por el camino abierto por su mentor Chavez: nacionalización de los hidrocarburos, expropiación de tierras… Ahora, tras unas elecciones constituyentes en las que no logró la mayoría suficiente para tomar decisiones, ha decidido cambiar las reglas una vez empezado el partido. Frente a la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, que establecía la aprobación de disposiciones por dos tercios de los votos, los constituyentes del MAS optaron por reducir los votos necesarios a la mayoría absoluta (el 50% más uno de los votos) para evitar contar con los miembros de la constituyente que representan a la oposición.
Mientras la ciudadanía comienza a salir a la calle, decepcionada por un gobierno que prometió trabajar para el pueblo y no ha hecho más que adoptar decisiones de cara a la galería que no han beneficiado a los ciudadanos.