Enterradas las elecciones toca preguntarse por el día después, un día después que no se reduce a la próxima legislatura, sobre la que no tengo más opinión que el liderazgo de Obama, demostrado en esta largísima campaña y su capacidad de rodearse de gente inteligente, al menos desde que empezó la campaña.
La pregunta, como digo, va más allá, supone esta derrota el entierro del Partido Republicano, el fin del renacer conservador, o no es más que un paréntesis coyuntural. Alberto Acereda y José María Marco, que de esto saben mucho, se inclinan por esta segunda opción y pronostican un retorno en las middterms de 2010.
Yo he de reconocer que hasta ahora me había creido la versión oficial: cambio de generación, nueva alianza, record histórico de participación… pero reposando la idea los datos no terminan de cuadrar.
Un análisis de los mensajes de campaña de Obama tampoco ayudan del todo: menos impuestos, mejor gestión, y rechazo a Bush, nada que se identifique especialmente con el ideario demócrata.
La participación histórica no fue tal, sólo en un punto superior a 2004, no hay duda que fueron millones los que votaron a Bush en 2004 y esta vez decidieron quedarse en casa.
El voto hispano subió 8 puntos, en una situación de rechazo al Partido Republicano sin precedentes, lejos de los 20 puntos que pronosticaban TODAS las encuestas, el afroamericano no subió más que un punto y el voto joven no cambió mucho respecto a anteriores elecciones…
Una vez más los demócratas prometían una nueva alianza que no es tal, es como si lo máximo que pudieran conseguir es dejar a los cabreados en casa… Por eso cada vez me inclino más a creer que un Partido Republicano que vuelva a sus orígenes puede dar la sorpresa en 2010, nuevos líderes, y viejas ideas? Quizás el principal problema lo veo en la necesidad de afrontar los nuevos temas, sin complejos, con ideas propias… ya se verá