Una de las líneas de ataque del Partido Demócrata, que ha olvido su campaña de respeto y se ha lanzado a responder los ataques de la campaña de Mccain, es la del tercer mandato de Bush, presentando a Mccain como el más conservador entre los conservadores, tratando de estrechar el pasillo que le permite pescar entre los demócratas de Clinton y los conservadores de Bush. Los estrategas de Obama saben que cualquier reacción desproporcionada en uno u otro sentido puede hacerle olvidarse de una de estas grandes bolsas electorales y tratan de presionarle desde la campaña, con gran ayuda de los medios, que comienzan a cuestionar la condición de Maverick de Mccain. Bush III o más de lo mismo.

Mccain sigue defendiendo su posición, conocedor de que una gran mayoría de los norteamericanos conecta con la forma no partidista de hacer política, un poco harta de la polarización de los últimos años. El último spot no hace más que poner a hablar a demócratas tan conocidos como Joe Biden, Kerry, Dean, o el mismo Obama, pero lo más agresivo es la imagen de Hillary diciendo que «Mccain tiene una larga historia de servicio a la nación mientras que todo lo que conozco de Obama es un discurso en 2004», disparando a matar.