«Con mi cuerpo hago lo que quiero», lo había oido muchas veces, en manifestaciones y tertulias de la mañana, como si fuera un escudo frente a razones contundentes, nunca como un argumento. Por eso que un Ministro del Gobierno de Zapatero, el Ministro Soria, justifique así uno, o varios, proyectos de ley, resulta tan artificial que merecería al menos una columna de De Prada, o un post del Profesor García Amado, uno de mis blogueros ácidos favoritos.

Un gobierno que gasta millones en obligarnos a ponernos el cinturón de seguridad, o que ha decidido arreglarnos a todos el colesterol, aunque no queramos, ahora nos dice que todo era mentira, y que con nuestro cuerpo hacemos lo que queremos. Esperamos que pronto empezaran las consecuencias, imagino que pronto podremos vender libremente los órganos, siempre que sean propios, darnos de baja en la Seguridad Social, si no queremos recibir atención médica, culminar con éxito una huelga de hambre, sin alimentación forzosa o, lo que sería más lógico, podremos hacer con nuestro dinero lo que queramos, sin necesidad de pagar impuestos. Si nuestro cuerpo es nuestro y el Estado no tiene porque velar por su integridad, que no afecta al bien común, como podría justificar la necesidad de poner a disposición del Estado nuestro dinero, o al Estado le interesa nuestro dinero pero no nuestra vida. Y si le decimos que el que muere dejará de pagar impuestos? A lo mejor así Soria entra en razón, o Solbes le ayuda a que recapacite.