En estas elecciones parecía que los independientes , entre los que destacan Bob Barr, Ralph Nader y Ron Paul, no iban a tener el papel determinante que han podido tener otras veces. Elecciones como las del 92 en el que Perot con un 18% de los votos arruinó las posibilidades de George Bush de ser reelegido presidente, o como en el 2000, cuando Nader con un 5% de los votos de Florida privó a Gore de llevarse el Estado y convertirse en el nuevo Presidente de los Estados Unidos.

Pero según avanzan las encuenstas estatales es más claro que en la decena de Estados que se encuentran en empate técnico, 1000 votos pueden decidir la elección, y alguno de estos Estados Barr y Nader podrían acabar resultando decisivos.

No tendrán las oportunidades de Perot, ninguno llega al 15% de intención de voto que les permitiría participar en los debates, pero ambos son conocidos en la política nacional y tienen su público. Barr, candidato del Partido Liberal, y Ron Paul, rebelde republicano, podrían restar apoyos a Mccain entre los menos socialmente conservadores del Partido, Nader con su mensaje de cambio, su experiencia ciudadana y su perfil académico, puede restar votos a Obama. Pocos, no hay duda, pero quizás imprescindibles.