La crisis del PP nos ha traido uno de los últimos descubrimientos de la transición: «D. siempre ha sido centro reformista». En el aire quedan una serie de preguntas, ¿por qué no se unió nunca a la UCD? ¿por qué no supero nunca su famoso techo electoral ni siquiera cuando está formación se disolvía como un azucarillo? y, sobre todo, ¿por qué no lo dijo antes? se hubiera ahorrado infinidad de ataques de todos esos que ahora celebran sus declaraciones.

A mi lo que me preocupa es que si el centro son Fraga, Aznar y Rajoy, ¿cuándo se hizo el PP de derechas? ¿dónde hay que volver y, sobre todo, quién ha sido el responsable? Con qué medidas no estaba de acuerdo Gallardón, además del enrocamiento en el tema del 11-M, y por qué se calló. Todo me suena a lucha política y a retórica vacía, incluso contradictoria.

Y terminando con la perplejidad ¿qué sugieren los centroreformistas que deberían hacer los de derechas? ¿convertirse o marcharse?, ese es el falso dilema que están promoviendo los que para liberarse de determinadas presiones mediáticas se han sometido a otras aún mayores y peor intencionadas, los que han permitido jugar un juego al que nunca deberían haber entrado y que les pone en una situación de incertidumbre de cara al futuro. No hay nada como llamar duros a los moderados cada vez que defiendan algo distinto de lo que venden estos medios de comunicación. ¿Fue eso lo que le paso a Aznar?