Estos días los medios se apuntaban el descubrimiento religioso de la temporada: La Madre Teresa perdió la fe. Por fin todo cuadraba, ¿cómo podía una religiosa católica haber dedicado su vida a trabajar por los más necesitados en lugar de abusar de niños o privar a un pueblo entero de los sacramentos? Por fín el Watergate de la información religiosa, la gran mentira, la noticia que todo periodista de la sección de religión espera para dejar de provocar sonrisillas en la redacción. El levantamiento del velo, el despojar de las máscaras… analizemos la noticia.

Según un libro que publica un sacerdote, si de los que van de negro y celebran a diario la Santa Misa y que además es el encargado de llevar a la monja a los altares, y que recoge la correspondencia privada de la Madre Teresa, la fundadora de las Misioneras de la Caridad perdió la fe. La propia Madre Teresa, beatificada por la iglesia católica, había previsto quemar esas cartas pero su sucesora decidió conservarlas.

Cómo pueden ser tan tontos los hijos de la Madre Teresa que consideran que decir que la Madre Teresa vivió sin creer en Dios ayuda a la santidad de su fundadora. Cómo pueden publicar un libro sin darse cuenta que en el queda, según los periodistas, tan de manifiesto, cómo pudieron conservar las pruebas incriminatorias…. Es lo que tienen los curar malos y torpes a la vez.

Según uno de estos iluminados la Madre Teresa se dió cuenta de que la «religión es una fabricación humana» y dado el descubrimiento decidió, es lo que tiene el masoquismo católico, dedicar alrededor de 6 horas diarias a la oración, fuera cual fuera el trabajo o la situación. Además siguió trabajando como una auténtica loca hasta fundar alrededor de 800 casas en las que sus hijas trabajan sólo por Dios y decidió trabajar con los más pobres de entre los pobres.

La noticia inedita es que la Madre Teresa perdió la fe algo, que la Madre Teresa pasó una larga noche oscura en la que se planteó frecuentemente la voluntad de Dios, dudando de su obra, que era público y conocido por cualquiera que hubiera seguido la vida de la Santa o su veloz proceso de beatificación. La iglesia estudiados todos estos documentos no sólo decidió proclamar la Santidad de la monja albanesa sino que además decidió destacar esta noche oscura como algo que destacaba aún más su Santidad.

Las dudas de todo tipo, incluso sobre la existencia de Dios, han acompañado a todos los santos, casi me atrevo a decir que forman parte esencial de la santidad. En España tenemos experiencia de la otra Teresa, la de Avila, o la San Juan de la Cruz, que la convirtió en una obra de arte celestial.

La santidad consistía en seguir trabajando por Dios y entregarle su vida entera, aunque no exista el sentimiento… La Madre Teresa lo repetía en multitud de ocasiones «todo lo que hacemos lo hacemos por Dios» o cuando un millonario norteamericano se acercó a decirle que «lo que ella hacía no lo haría ni por un millón de dolares» ella contestó «yo tampoco.

No se si de estas letras queda claro algo más que mi indignación, pero prometo seguir profundizando.