Confieso que esta vez el eco mediático me ha hecho dudar de la oportunidad de la nota de la iglesia. Estratégicamente creo que le están dando al PSOE toda la leña que requieren para movilizar a su electorado más radical, que podía quedarse en casa o votar a Izquierda Unida. Sinceramente me extrañaba que un documento así como lo pintaban los medios, saliera de una permanente presidida por Monseñor Blázquez…Pero es tal la tormenta que he acudido a las fuentes y lo siento pero no… no hay nada criticable en el documento de los obispos. Aquí está el párrafo:

8. El terrorismo es una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión moral de la vida justa y razonable. No sólo vulnera gravemente el derecho a la vida y a la libertad, sino que es muestra de la más dura intolerancia y totalitarismo (n. 65). Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político (n. 68).

Aqui la propuesta de Ibarra, que no es precisamente obispo, para el programa de 2008:

«a no aceptar ningún tipo de diálogo con la banda terrorista, cualquiera que sean las circunstancias, salvo que el procedimiento venga avalado por el primer partido de la oposición» y de que la banda anunciara su disolución definitiva.

Y aquí el programa del PSOE del año 2004:


  • Nos comprometemos a la observancia estricta de la Constitución y por tanto rechazamos cualquier negociación que implique el pago de un precio político democrático por el fin de la violencia.

¿dónde está la diferencia?

Carlos Vidal me pasa una nueva pista, el pacto por las libertades y contra el terrorismo del que el PSOE es signatario, y según nuestro Presidente, gran promotor:

» La violencia es moralmente aborrecible y radicalmente incompatible con el ejercicio de la acción política democrática. Quienes la practican, quienes atentan contra la vida de aquellos que no piensan como ellos sólo merecen la condena y el desprecio de los partidos políticos democráticos y del conjunto de la sociedad. No existe ningún objetivo político que pueda reclamarse legítimamente en democracia mediante coacciones o asesinatos. El único déficit democrático que sufre la sociedad vasca, el verdadero conflicto, es que aquellos que no creen en la democracia ejercen la violencia terrorista para imponer sus objetivos a la mayoría. Por ello, el PP y el PSOE nos comprometemos a trabajar para que desaparezca cualquier intento de legitimación política directa o indirecta, de la violencia. Por eso, también, afirmamos públicamente que de la violencia terrorista no se extraerá, en ningún caso, ventaja o rédito político alguno».