Según la última encuesta publicada en USA, que otorga a Obama 8 puntos de ventaja, menos de la mitad de los americanos creen en su capacidad de ejercer como Comandante en Jefe, un elemento esencial cuando Estados Unidos está peleando en Irak y Afganistan. Tras algunas declaraciones en los últimos días, que muchos interpretaron como un cambio de postura, Obama anunció para ayer su discurso definitivo «key speech» sobre su política exterior.

Para preparar el ambiente los demócratas lanzaron un nuevo anuncio:

En Washington había gran expectación para ver qué podía decir el candidato demócrata y la verdad es que no ha aclarado mucho las cosas. En el campo de las críticas se ha cebado con Bush y Mccain (a los que cita como si fueran en el mismo ticket) por obsesionarse con Irak, distrayendose del verdadero objetivo militar Afganistan (a mi me sigue recordando a alguién)

Quizás lo más llamativo son sus referencias al liderazgo norteamericano en el mundo:

“new era of international co-operation” in which America would once more lead — rather than alienate — the rest of the world.

La acusación es llamativa porque se asocia con el discurso habitual de todos aquellos enemigos de Estados Unidos que señalan a la administración Bush como verdadero culpable de la dictadura Castrista, la situación en Iran, o la revolución bolivariana.

Además insistió en su voluntad de retirar las tropas en 16 meses. Las críticas no se han hecho esperar. Mccain señalaba con gracia, que antes de cambiar de planes es mejor pisar el terreno y hablar con la gente que está allí dejandose la vida,

“In my experience,” he said, “fact-finding missions usually work best the other way around: first you assess the facts on the ground, then you present a new strategy.”

insistiendo en esa línea de campaña que nos recuerda permanentemente la campaña republicana:

También en Europa algunos como Gordon Brown han señalado su plan para Afganistan, su oferta estrella, como irreal, ya que pretende evitar la entrada de terroristas, sellando una frontera enorme y salvaje entre Afganistan y Pakistan, cuando los británicos no han podido hacerlo con Irlanda, ni siquiera los americanos con México o Cánada. Su Secretario de Defensa Des Browne también se ha quejado del calendario de retirada, que deja a sus aliados in albis, dicho con delicadeza.

Su llamada a la actuación unilateral en Iran, que provocó ciertos recelos en las cancilleria europeas, esta vez se trató con algo más de delicadeza solicitando la ayuda de sus socios, que llevan años trabajando en el problema.