Ayer escribí mi post del tirón, sin pensarlo mucho, sin leer nada, influido «solamente» por la buena gente con la que compartí el debate, que, para tranquilidad de algunos, no eran miembros del GOP.

Al despertar de esta mañana, distinta porque es mi cumpleaños, me sorprende ver el veredicto de la opinión pública que oscila entre el empate y la victoria de Obama. Algunos de los expertos a los que tengo más en consideración coinciden con esta visión y a mi no me queda más que pensar en «ojos que no ven» ésta vez pensando en mi mismo.

No hay duda que estoy viviendo estas elecciones muy cerca de la campaña de Mccain, y que desde hace tiempo pienso que el Senador de Arizona es la mejor opción para Estados Unidos, y quizás por eso lo que vi ayer no hizo más que reforzarme en mis opiniones. Encontré a Obama titubeante, indeciso, hasta el minuto 83, cuando ya era muy tarde, y, frente a lo que muchos piensan, pienso que el era el que debía demostrar algo en política exterior, sobre él, sobre su capacidad de liderazgo en política exterior y en seguridad nacional, existían dudas que no creo que se resolvieran ayer. Los americanos le daban como favorito en el debate y a todos esos me imagino que les decepcionó. No fue capaz de generar ilusión, que es sobre lo que se sostiene su campaña.

Algunos acusaron a Mccain de cobarde y esos se habrán quedado sin palabras. Y aunque entiendo que está por debajo en las encuestas y que para muchos necesitaba haber roto la elección, en el que muchos piensan que sería su mejor debate, yo siempre he pensado que el bueno será el segundo pero el tiempo nos dirá.

Mientras volvamos a Washington, a ver que pasa con el plan de rescate, y esperemos al debate de los vp el próximo jueves, ese si que nos puede deparar sorpresas.

Por lo menos me queda el consuelo de un video: