Ayer el jefe de campaña de John Mccain criticaba abiertamente y en público el tratamiento que el Nyt está haciendo de la campaña. Hoy, ajeno a las críticas, el NYT ejerce su papel de voluntario en la campaña de OBama y prepara el terreno para el debate del viernes.
Las expectativas es una de las cosas que hay que cuidar en la preparación de los debates. Ya les pasó a Gore en el año 2000 o a Reagan en 1984, cuando todo el mundo espera ver a un candidato arrasar a su oponente y el debate resulta igualado, las consecuencias son nefastas para el favorito que se convierte, por obra y gracia de la gestión de expectativas, en rotundo perdedor.
El NYT no está dispuesto a que Obama sufra este efecto, otro efecto a este también hay que ponerle nombre o acabar con la manía que le ha entrado al autor de inventarse efectos, y hoy dedica una página a señalar como Obama en los debates no es tan bueno como podría parecer y Mccain sí que sabe… debatir se entiende. Por aquí lo hemos dicho algunas veces, sin ser el NYT, Obama sin teleprompter es menos Obama y Mccain es muy rápido de cabeza y tiene un gran sentido del humor… pero salir al rescate a dos días del evento sólo lo justifica la estrategia electoral, y no sabíamos que el NYT formara parte de la estrategia de Obama… ¿o si?