En España los partidos políticos suelen organizar sus equipos electorales con políticos del partido con muchas experiencia en política, bastante campañas, y con, habitualmente, escasa formación técnica en la gestión de las mismas. La campaña electoral comienza cuatro meses antes de las elecciones, siempre a la espera de la designación de candidatos por parte de los órganos del partido y se va calentando según se acerca el momento definitivo, poco a poco aumenta la sensación de campaña.
En Estados Unidos, a falta de 22 meses para una de las elecciones presidenciales más abiertas de las que yo he vivido, los candidatos nos ofrecen noticias a diario de sus esfuerzos por crear una organización con suficiente músculo financiero y humano para aguantar la campaña, una auténtica carrera de fondo. De la planificación estratégica inicial dependen en gran medida los resultados finales.
En esas están, y esta noticia del NYT nos ofrece una visión curiosa de cómo montan los candidatos sus campañas electorales.
Interesante ver como lo importante es rodearse de los mejores, como se está fraguando el reposicionamiento de Mccain, imprescindible para poder tener a favor el principal activo del Partido Republicano, sus movimientos de base, y, por último, observar como el tema de la reforma de la financiación de la campaña, que McCain lideró desde su asiento de senador, puede convertirse en un asunto de fondo que ronde la campaña…