Con la campaña de la renta comienza una prueba de fuego para la iglesia católica. Muchos están esperando que lleguen las estadísticas para proclamar oficialmente «España ha dejado de ser católica» y están generando un debate tramposo que busca identificar a los católicos con los que ponen la x en la declaración de la renta, excluyendo a todos aquellos que sin ser católicos disfrutan o consideran socialmente beneficioso la labor espiritual y social de la iglesia.

Entre las reflexiones de estos días me parece muy interesante este artículo.