Obama está en la cresta de la ola y sabe que tiene que ir a por todas. Sólo aprovechando su momentum puede convertir una posición perdedora en un éxito rotundo y ha decidido hacerlo desde el primer día dando la batalla en los lugares más difíciles.

Su estrategia pasa por atraer a los que una vez se llamaron los demócratas de Reagan, que dieron la victoria a Bill Clinton en 1992, y la receta la ha copiado del famoso James Carville «It´s economy stupid».

Hoy ha empezado su gira económica que le llevará a Carolina del Norte, Missouri, Pennsylvania, Ohio y Florida. Además está elaborando una estrategia dirigida a los grupos religiosos en la que enfrenta su práctica semanal con la tibieza de Mc Cain que cada vez que se le pregunta sobre el tema, acude a una anecdota del Vietnam, en la que un soldado vietnamita que ponía todo de su parte para aliviarle la tortura, se identificó ante el haciendo la señal de la cruz.

No hay duda que lleva la iniciativa, tanto en los temas como en la campaña. Mc cain parece que sigue esperando que la ola rompa, ante la imposibilidad de aguantar durante tanto tiempo la presión, y esperando su momento, en el que reivindicar su experiencia y su historial político, realmente atractivo para un publico apolítico. Pero aquí la sensación es que la ola cada día se va haciendo más y más fuerte, no es sólo una moda, es un movimiento social que hoy anunciaba que está implantado en los 50 Estados y que iba a regalar carteles y pegatinas a toda la nación, para meterse en todas las casas y seguir extendiendose por todas partes. Yo ya no tengo dudas, Obama seguirá creciendo así, si nadie se lo impide, hasta el 4 de noviembre.