Seguimos encontrando ideas en la reflexión sobre el modelo de democracia del siglo XXI. Rusia ha optado desde hace tiempo por lo que su presidente Putin denomina democracia dirigida, que nadie sabe bien en qué consiste pero da un poco de miedo. Desde Estados Unidos Alexander Sozhenitsyn aporta alguna idea interesante.

En primer lugar sobre el precio de la descivilización, algo que cada vez me da más vueltas, cuando una civilización comienza su declive y abandona sus valores esenciales, abre la puerta a otras civilizaciones más solidas a ocupar su sitio. Eso dicen que pasó en Grecia, en Roma, y, según cuentan, a los mayas (dicen que Mel Gibson en su Apocalipto lo describe con acierto)… no sé por qué leer la siguiente frase me provoca cierto temor:

El conjunto de la humanidad había de pagar forzosamente por la pérdida del sentido de limitación autoimpuesta, de moderación autoimpuesta de sus deseos y exigencias, por la franca avaricia de los ricos y poderosos (personas y también Estados), y por el desgaste de los sentimientos de benevolencia humana.

Cuando leo las recetas neocon, con todo el respeto, para acabar con el terrorismo en píe de guerra, no termino de ver su eficacia. No sé por qué creo que la solución es más costosa pero mucho más eficaz, el fortalecimiento de nuestros valores…. y que sólo así se podrá plantear cara ciertamente a una neocolonización (aquí todos somos neos) por parte del Islam.

En lo que se refiere al futuro de la democracia, otro apunte interesante para reflexionar:

En lo que respecta a la esperada democratización de Rusia, presenté mi propio modelo ya en 1990 (en un ensayo titulado «Cómo reorganizar Rusia»), un plan para la creación progresiva de estructuras democráticas, empezando por una administración local autónoma y ascendiendo hasta el nivel gubernamental. La actividad de la administración local autónoma en muchos países occidentales es un modelo que yo animo a mis conciudadanos a emular. Mi modelo es distinto del sistema parcialmente parlamentario que domina en Occidente. La existencia de partidos políticos cuya única preocupación es subir al poder no me parece algo positivo, sino todo lo contrario. Hasta el momento, mi propuesta no ha sido recibida con simpatía. Aun así, preferiría ver una futura democracia rusa que una traducción heredada de Occidente.

Para quien quiera leerla entera.