No es por las noches de vela,
uno u otro, solitarias.
cuando entre llantos, buscaba
una mano, una palabra
Ni por tantas vacaciones
infantiles, provincianas
en las que el juego era un niño
y la diversión, la plaza.
No es por las largas sesiones
para niños, anunciadas
ni por las clases de tenis,
ni los nudos de corbata
Ni siquiera por la vida,
tantas veces regalada
te quiero, porque te quiero
y es porque me da la gana.
29 de septiembre de 1997