Un año más

Todos prometemos volver, y lo decimos de verdad, pero luego llega la vida (el Tío Paco) con las rebajas y no encontramos el momento. Por eso de vez en cuando hay que lanzarse sin red y a mi me ha tocado este fin de semana.

Viernes, 12.00. Estación de Autobuses de Autorres en Conde Casal y a eso de las 19.00 ya estaba en Setubal, con peli y cocacola, como en el cine. Las niñas estaban entusiasmadas, Joseline guapísima, Fernanda echa un toro, fortísima, Julia cariñosísima, Vanessa divertidísima, Sandra traviesa y zumbona, Ruth timida y generosa, un trozo de pan… Abajo, en las crianzas hay muchísimos cambios, recordaba a Fai, Milene y Naomí, el resto Candida, Carla, Isabella, un niño Nino (pobrecito entre tanta mujer)

De los enfermos, Irina, la gordiña, está aun más gordi con más cara de pan y con esa sonrisa y esos ojazos que conquistan; Nati, que anda, corre, está más tranquila, mejor; Caterina, recién operada de la columna tiene una escayola que no le deja moverse pero conserva esa sonrisa de pilla; Ana se sigue volviendo loca cuando oye a un hombre y no para de reir; Miguel anda un poco peor y su hermano, Ze, al que algunos no conoceis es un auténtico primor, dotado de una viveza y una inteligencia superior (y no soy su padre, es verdad), tiene mil achaques y sufre un montón, pero es alucinante ver como con tres años, aguanta el dolor, intenta no llorar, sonreir… para dar muchas gracias a Dios.

Entre las monjas, hay dos incorporaciones, Sister Felicitas, una monja-abuela repleta de juventud, y Sister ¿ (ya se me ha olvidado), Sister Pretangeli, se fue a Faro, al Sur de Portugal y Sister Francesa (tenía nombre de bombón) ha empezado una nueva casa de las hermanas en Murcia.

Por la mañana el trabajo como siempre, niñas, niñas y más niñas; además como por ser hombre en casa de las hermanas se te supone habilidoso, toda una serie de arreglos a lo Pepe Gotera y Otilio, todo en uno, ya sabeis que la habilidad material no es una de las infinitas virtudes que me asisten. Y por la tarde,¡Viva el cine! Intrigado por una película “Quiero ser como Beckham” y un poco espeso de imaginación he decidido organizar un jogo de futbol con las niñas de la casa y cual ha sido mi sorpresa al ver el éxito del plan. Ha sido un espectáculo ver a las niñas entre 8 y 14 años, todas negritas, tocando el balón, corriendo la banda… Todas quieren ser como Figo, que aunque no es Beckhan, por lo visto, no tiene nada que envidiarle.

Y nuevos proyectos, las niñas han escrito la Carta a los Reyes, y como ya sabeis que en Oriente las cosas andan un poco revueltas, tenemos que asumir su papel, ya podeis ir ofreciendoos y en breve mandaré la lista para que cada uno ejerza la magia, (menuda oportunidad) al menos una vez en la vida.