Como siempre, los procesos electorales hacen que los medios de comunicación se acerquen aun más a los especialistas en administración pública, política, sociología, etc., para que puedan explicar los sucesos que día tras día acontecen en época de elecciones.

En razón de esto me gustaría comentar lo dicho ayer al Economista por Octavio Nava, politólogo de la UNAM, con respecto al papel de los medios de comunicación en las campañas electorales, en este caso el Internet, y sobre el posible efecto del voto en blanco.

Al referirse al papel del Internet en el proceso electoral, Nava explica que las campañas se han desplazado de los medios de comunicación masiva hacia el Internet, donde la mayoría de los usuarios son personas jóvenes. A lo dicho creo que es errónea la forma en que Nava se refiere a la televisión y la prensa como medios de comunicación masiva, acotando al Internet a otro plano distinto, tal vez, debido al hecho de que el uso del Internet en México aún no es tan extendido como otros países; sin embargo, eso no quiere decir que el Internet no sea un medio de comunicación masiva y que se convierta con el tiempo en una fuente primordial de información política entre los mexicanos como ha pasado en otras naciones, por lo que es mejor referirse a la televisión y prensa como medios tradicionales y al hablar de los 3 (junto con el Internet) lo adecuado sería medios de comunicación masivos.

Otro aspecto que Nava comenta sobre el Internet, es la delgada línea que separa lo que debe ser regulado por el legislador y el respeto a la libre expresión. Sin duda, este ha sido uno de los mayores temas en esta elección, ¿hasta que grado las autoridades deben regular el Internet?, si bien la reforma electoral de 2007 estableció que los tiempos oficiales del que disponen los partidos para hacer campaña estaría regulado y administrado por el Instituto Federal Electoral, el Internet ha permitido que los partidos hagan caso omiso a ley pues esta solo regulaba los medios de comunicación tradicionales, teniendo sus spot de campaña disponibles las 24 horas del día para cualquier persona que tenga acceso a la red. Otro aspecto relevante sobre el tema es el de la campaña negativa, pues esta fue prohibida expresamente con la reforma electoral, pero como con los tiempos oficiales, el Internet ha sido el medio para llevarla acabo.

Ahora bien, por lo que hace referencia al voto en blanco, Nava explica, que este es un movimiento válido –no se lea correcto-, pues todos tenemos el derecho a expresar nuestra opinión; aunque, comenta que votar en blanco conlleva grandes riesgos, pues por un lado refuerza el voto duro de los partidos mayoritarios y atenta contra los partidos pequeños, lo cual les dificultaría lograr el mínimo de votos necesarios para mantener su registro, pues si solo vota el 35% del padrón es decir unos 27 o 28 millones de mexicanos, los partidos como el PAN PRI y PRD obtendrían la mayoría de esos votos.

De lo anterior podemos decir que el máximo perdedor de la elección podría ser el PSD, quien perdería su registro si se da una baja participación combinada con el voto en blanco, mientras que los demás partidos como Convergencia, PANAL y PT no están a filo del abismo, pero tampoco se encuentran tan lejos de el.

Podemos concluir diciendo que los nuevos legisladores que se elijan tendrán grandes tareas por hacer, por un lado remendar la reforma electoral y el uso de las nuevas tecnologías de una forma adecuada que satisfaga tanto a las instituciones política como al ciudadano que desea poder expresarse sin limitaciones y por el otro, evaluar el desempeño que han tenido los legisladores salientes, deberán voltear al pasado para mejorar el futuro, pues de no ser así, la abstención y la posible anulación del voto será un tema común en todas las elecciones, lo cual no significa mas que un aumento en el descontento social que podría ser fatal para la estabilidad del país.

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