Ayer a las 8:04, siguiendo el estilo López Obrador: quien da primero da dos veces, se anunció que el Partido Popular había perdido las elecciones, como confirmaban los sondeos con los que se contaba a esa hora.

José Blanco, unas horas después y tras mucho retrasarlo, cuando los escrutinios parecían quitarle la razón, no dudó un segundo en proclamar de nuevo ante el estupor de la prensa: «El PSOE ha ganado las elecciones y el PP ha perdido en capitales de provincia como Vigo (sic), Toledo, Jaén, Logroño, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria, Soria, León, Vitoria u Orense».

Nada de las 34 capitales de provincia en las que ha vencido el PP, nada de derrotas socialistas, estas sí que de verdad en antiguos feudos como Cuenca, Cordoba, Sevilla o Guadalajara (donde el PP ha ganado las elecciones), y nada que decir, pequeño detalle, que de entre todas estas ciudades en las que el Partido Popular ha sido derrotado el PSOE sólo ha ganado las elecciones en León, Vitoria, Soria y Las Palmas de Gran Canaria mientras que el PP ha ganado las elecciones en Vigo, Toledo, Jaén, Logroño, Palma de Mallorca y Orense.

Pero lo mejor estaba por llegar, el PSOE ha ganado las elecciones (si no contamos con Madrid donde «sólo» han votado 3 millones de personas) por más de 250.000 votos. El juego no deja de sorprender pero tiene su gracia así que puestos a jugar, qué tal si quitamos el País Vasco (donde «sólo» votó un millón de personas), el PP gana las elecciones por 250.000 votos, o Andalucía (donde «sólo» han votado 4 millones), el PP gana las elecciones por 500.000 votos o finalmente Cataluña (donde «sólo» votan 3 millones de personas), el PP habría ganado las elecciones por 800.000 votos. Ya veis mayoría absoluta.