Siento por Daniel Capó un profundo respeto y, como la imitación es lo que distingue la envidia de la admiración, al principio del año me decidí a dar cuenta de mis lecturas de manera periódica, algo que no estaba al alcance de todos, como el tiempo se ha encargado de demostrar. De ahí que mi compromiso ha pasado de ser mensual, a trimestral y, de momento, parece que será semestral (si logro acabar este texto).
La idea es hacer una lista de las lecturas que recuerdo de estos meses con un brevísimo comentario personal que me ayude a recordar y pueda ayudar a otros a decidir sus lecturas (desde que Dani empezó su informe mensual mi cuenta de Amazon anda más activa que nunca).

Alfil blanco, alfil negro (Agustín Baeza, Libros.com). Conozco y respeto a Agustín desde hace mucho tiempo, y, por amistad, no dude en apoyar su labor de autoedición en cuanto me enteré del proyecto. Ha merecido la pena. Baeza ha conseguido mezclar dos de mis pasiones favoritas: Cuba y la política, y hacerlo con unas dosis de realismo y de humor que solo son posibles para alguien que ha vivido ambas a fondo. Aunque la trama puede resultar un poco estrambótica (casi almodovariana), es solo un hilo del que cuelga una descripción, crítica y llena de humor y algo de mala leche, muy parecida a la realidad, de los cómos y los por qués de la política. Y cuando la trama llega a Cuba, todo se vuelve genial y disparatado, sin desentonar del realismo mágico que, por desgracia, acompaña a la isla desde hace décadas, con una descripción vibrante de ambientes y personajes, algo muy difícil de hacer con acierto cuando se trata de una realidad ajena.

Por eso en Ojos de agua, La playa de los ahogados y El último barco, he disfrutado de una Galicia que traslada la bruma en forma de nostalgia a la personalidad de los que allí nacen o deciden convertirla en su hogar. Con tramas muy elaboradas, y personajes tan llenos de aristas como bien perfilados, he podido descubrir a una buena persona, a la que me hubiera encantado conocer, y disfrutar de su obra.

La historia, teóricamente tiene mucho que ver con ese sector, pero lo transciende. Tras la muerte de un benefactor de la universidad, se nombra un grupo muy heterogéneo de personas para administrar su legado, dirigidos por su sobrino. En torno a la pintura, la literatura y la opera, se va reconstruyendo la historia de un personaje tan fascinante como sorprendente, mientras la propia historia del legado y del equipo gestor, ayudan a reflexionar sobre la vida académica, el sentido de la Universidad, dentro de una trama fascinante en la que un abanico de 5 o 6 personajes bien construidos van entretejiendo su misión con sus vidas, en una obra llena de humor, emoción y algo de drama.
Otro de los prontos de esta temporada, ha sido la lectura de últimas obras. Hace ya muchos años descubrí por casualidad, Rosa Kruguer, que desde entonces está en mi lista de “rarezas” favoritas. Al tratarse de una obra inacabada, refleja de manera certera el proceso de creación literaria de su autor, y deja en manos del lector algunas lecciones sobre el complejo arte de escribir, además de compartir esa visión entrañable del ser humano tan de Sánchez Mazas, a pesar de haber sido escrita en mitad de la guerra civil. Siguiendo esta estela, no se muy bien por qué, ahora he leído alguna otra obra inacabada como las de Scott Fitzgerald (El último magnate) que, conjuga glamour, misterio y un conocimiento profundo del alma humana, Henry James (La torre de marfil) donde pretendía ajustar cuentas con Estados Unidos y donde da muestras de la perfección formal que hace del autor norteamericano un escritor imprescindible, pero sin llegar a construir una historia en la línea que pretendía, no solo por las lágunas de capítulos enteros sin acabar, sino porque da la sensación de que a la historia le falta una vuelta completa y Truman Capote (Plegarias atendidas), la autoprofecia cumplida de una frustración, una historia de destrucción de un artista al que la búsqueda de la perfección y la fama parece que condujeron a un apagón creativo, cada vez más evidente, cada vez más doloroso, y que, por desgracia, se refleja en la novela.


Volver la vista atrás (Juan G. Vasquez), la vida de Sergio Cabrera, director de cine colombiano, es realmente de película y Juan G Vasquez lo ha convertido en un libro. Educado en la China de Mao y guerrillero en la selva colombiana, director aclamado y lleno de dudas, la vida y sus contradicciones. Un libro interesante para entender el cómo y el por qué de los guerrilleros (y que quizás nos ayude a entender un poco mejor a Gustavo Petro)

Poeta chileno (Alejandro Zambra). Aunque me ha resultado, en ocasiones, desconcertante, esta historia de poetas y padrastros, en cierto modo frustrados, y sus conflictos vitales, me ha mantenido gracias al humor.
El italiano (Arturo Pérez Reverte). Emocionante y entretenido… para desconectar.

El discreto encanto de la vida conyugal (Douglas Kennedy). El libro rezuma amargura, pero también realidad. Y está situado en un momento histórico apasionante, y que esta historia de una mujer, madre y esposa, que ha guardado un secreto durante décadas, ayuda a entender de una manera natural.
L
Lecturas de trabajo
Confesiones de un bot ruso, confieso que me ha decepcionado, quizás porque conozco bien el sector y las prácticas que se denuncian, y la sorpresa que el libro ha generado en muchos, no ha hecho su efecto. Al libro le sobra jerga y le falta rigor a la hora de analizar algunas de estas prácticas y sus consecuencias, y cae a menudo en el deseo de impresionar, más que en limitarse a definir un fenómeno que analizado en profundidad resulta realmente impresionante.
Por el contrario Distraídos (Thibaut Deleval) me ha sorprendido gratamente. Un libro de “autoayuda”, que huye de las recetas mágicas e intercala reflexiones y recetas sobre cómo pensar más y mejor en un entorno digital, que analiza de manera extensiva y tremdendamente gráfica.

La transformación de la mente moderna (Haidt). Un enfoque complementario al de Klein, desde una posición diferente, y quizás menos teórico, pero igual de interesante.
Infocracia (Byung-Chul Han). Siempre me asomo con curiosidad a los libros de Han y siempre, a pesar de la colección de frases redondas y provocativas que me quedo para el archivo, salgo un poco decepcionado.
Anexo Veneciano
He pasado 4 años de mi vida vinculado a la Comisión de Venecia, una institución del Consejo de Europa que ofrece asistencia democrática desde hace 30 años, sobre todo en países del este de Europa. Una de las ventajas de formar parte de esta prestigiosa institución es poder asistir a sus reuniones, que se celebran trimestralmente en Venecia. La pandemia ha hecho que casi la mitad de las sesiones hayan sido virtuales pero no he querido perder la ocasión de leer algunas obras sobre Venecia:

Las 10 novelas de Donna Leon, que tienen a Venecia y al inspector Bruneti como protagonista.
Muerte en Venecia, Thomas Mann, que describe como la fascinación por la belleza y la pasión del artista, acaba arrinconando a la razón, a pesar de sus consecuencias.

Una curiosidad: El que fuera Presidente del gobierno durante el trienio liberal, Francisco Martínez de la Rosa, publicó una obra de teatro sobre una de las revueltas que trataron de cambiar el gobierno de Venecia en el siglo XIII, La conjuración de Venecia es una obra menor que podría haber transcurrido en casi cualquier ciudad italiana de la época, pero tiene su gracia.
Lo que tengo en la lista









