De Filés

Ayer estuve en la presentación del libro de David Ugarte, Filés, Democracia económica en el siglo de las redes. Tuve la sensación de estar en familia, era un ambiente cordial, distendido, en el que se tocaba el cariño. Pablo Toja y Antoni hicieron unas presentaciones simbólicas del personaje, dejando la presentación del libro a su autor, David Ugarte, que comenzó una sorprendente disertación que parecía no tener fin ni objeto, pero que según avanzaba iba tomando cuerpo y terminó concluyendo de manera redonda, chapeau!!!

Me ha traido a la cabeza una cita de la conversación entre Arnold Toynbbe y el pensador budista daisaku ikeda…

La encontré en un libro interesante «La actualidad de China» y decía así:

La disparidad entre nuestra tecnología y nuestra ética es mayor que nunca, y comporta peligros mortales. Pese a su destreza científica y tecnológica, el hombre moderno, como el hombre primitivo, no es dueño de la situación en la que se encuentra inserto. Y no ha conseguido serlo porque no ha conseguido ser dueño de si mismo… El ser individual está alienado del ser universal por la codicia. Esa codicia es un deseo de expolotar lo universal en aras del ser individual. Lo contrario de la codicia es la compasión. Practicándola, el ser individual puede llegar a hacerse universal… En la era atómica es difícil vislumbrar como podría la humanidad evitar el suicidio masivo, sin elevar el nivel medio de su conducta hasta alcanzar el nivel de los Buda y Francisco de Asis… (…) La unificación mundial es una vía para que la humanidad escape al suicidio.

Y de propina un poema de Gabriel Celaya, Momentos felices, con el que Pablo terminó su intervención:

Cuando llueve, y reviso mis papeles, y acabo
tirando todo al fuego: poemas incompletos,
pagarés no pagados, cartas de amigos muertos,
fotografías, besos guardados en un libro,
renuncio al peso muerto de mi terco pasado,
soy fúlgido, engrandezco justo en cuanto me niego,
y así atizo las llamas, y salto la fogata,
y apenas si comprendo lo que al hacerlo siento,
¿no es la felicidad lo que me exalta?

Cuando salgo a la calle silbando alegremente
–el pitillo en los labios, el alma disponible–
y les hablo a los niños o me voy con las nubes,
mayo apunta y la brisa lo va todo ensanchando,
las muchachas estrenan sus escotes, sus brazos
desnudos y morenos, sus ojos asombrados,
y ríen ni ellas saben por qué sobreabundando,
salpican de alegría que así tiembla reciente,
¿no es la felicidad lo que siente?

Cuando llega un amigo, la casa está vacía,
pero mi amada saca jamón, anchoas, queso,
aceitunas, percebes, dos botellas de blanco,
y yo asisto al milagro –sé que todo es fiado–,
y no quiero pensar si podremos pagarlo;
y cuando sin medida bebemos y charlamos,
y el amigo es dichoso, cree que somos dichosos,
y lo somos quizá burlando así a la muerte,
¿no es felicidad lo que trasciende?

Cuando me he despertado, permanezco tendido
con el balcón abierto. Y amanece: las aves
trinan su algarabía pagana lindamente:
y debo levantarme, pero no me levanto;
y veo, boca arriba, reflejada en el techo
la ondulación del mar y el iris de su nácar,
y sigo allí tendido, y nada importa nada,
¿no aniquilo así el tiempo? ¿No me salvo del miedo?
¿No es felicidad lo que amanece?

Cuando voy al mercado, miro los abridores
y, apretando los dientes, las redondas cerezas,
los higos rezumantes, las ciruelas caídas
del árbol de la vida, con pecado sin duda
pues que tanto me tientan. Y pregunto su precio,
regateo, consigo por fin una rebaja,
mas terminado el juego, pago el doble y es poco,
y abre la vendedora sus ojos asombrados,
¿no es la felicidad lo que allí brota?

Cuando puedo decir: el día ha terminado.
Y con el día digo su trajín, su comercio,
la busca del dinero, la lucha de los muertos.
Y cuando así cansado, manchado, llego a casa,
me siento en la penumbra y enchufo el tocadiscos,
y acuden Kachaturian, o Mozart, o Vivaldi,
y la música reina, vuelvo a sentirme limpio,
sencillamente limpio y, pese a todo, indemne,
¿no es la felicidad lo que me envuelve?

Cuando tras dar mil vueltas a mis preocupaciones,
me acuerdo de un amigo, voy a verle, me dice:
«Estaba justamente pensando en ir a verte.»
Y hablamos largamente, no de mis sinsabores,
pues él, aunque quisiera, no podría ayudarme,
sino de cómo van las cosas en Jordania,
de un libro de Neruda, de su sastre, del viento,
y al marcharme me siento consolado y tranquilo,
¿no es la felicidad lo que me vence?

Abrir nuestras ventanas; sentir el aire nuevo;
pasar por un camino que huele a madreselvas;
beber con un amigo; charlar o bien callarse;
sentir que el sentimiento de los otros es nuestro;
mirarse en unos ojos que nos miran sin mancha,
¿no es esto ser feliz pese a la muerte?
Vencido y traicionado, ver casi con cinismo
que no pueden quitarme nada más y que aún vivo,
¿no es la felicidad que no se vende?

Tips sobre literatura española del siglo XX

Tengo pendiente mandarle una lista de novelas/cuentos imprescindibles de la literatura española contemporanea a un amigo peruano. Me pongo manos a la obra, ¿saldrán 25?:

Ignacio Aldecoa. Cuentos completos

Medardo Fraile. Escritura y verdad: cuentos completos

Alvaro Cunqueiro. Las mocedades de Ulises, Vida y fugas de Fanto Fantini della Gherardesca

José Jiménez Lozano. Carta de Tesa, La boda de Angela, El Mudejarillo

Eduardo Mendoza: Sin noticias de Gurb, La ciudad de los prodigios, La verdad sobre el caso Savolta.

Josep Pla. El cuaderno gris

Alvaro Pombo. El metro de platino iridiado, Aparición del eterno femenino contada por S. M. el Rey.

Luis Landero. Juegos de la edad tardía

Miguel Delibes. Señora de rojo sobre fondo gris, Cinco horas con Mario, El Camino

Luis Martin Santos. Tiempo de silencio.

Rafael Sánchez Mazas. Rosa Krüger

Javier Marias, Todas las almas, Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí

Arturo Pérez Reverte, El Capitán Alatriste

Si hay que poner a Cela, me quedo con el Viaje a la Alcarria

¿Alguna idea más? (recuerda sólo imprescindibles)

PS. Imperdonable!! se me olvidaron Bernardo Atxaga: Obabakoak y Memorias de una vaca y Juan Benet: Herrumbrosas lanzas y Llorenc Villalonga: Bearn, Gustavo Martin Garzo: La princesa manca ¡imprescindibles!

La actualidad de China. Un mundo en crisis, una sociedad en gestación

Este libro, que recoge la experiencia del autor como corresponsal del diario La Vanguardia en Pekín durante los últimos seis años, establece desde el principio un paralelismo entre la situación en este país y la crisis mundial, que analiza desde una perspectiva que va mucho más allá de lo económico. China se presenta como la gran amenaza, porque lidera las conductas de riesgo para la humanidad, pero también como la gran esperanza, como líder de la globalización, que puede contribuir a “una unificación e integración sostenible del planeta”. De ahí que no quede más remedio que, para bien o para mal, poner los ojos en China.

Su visión no es la del turista, ni siquiera la del periodista apremiado por la noticia de actualidad, es la del que está a pie de obra y ha aprendido a mirar. De ahí que no caiga en el enfoque habitual en algunos de los libros sobre China traducidos recientemente – el de Guy Sorman, El año del Gallo o el de Ian Buruma, Elementos perniciosos– de centrarse en un aspecto particular, como el control social y el sufrimiento de la disidencia china. Poch-de-Feliu adopta un zoom más amplio, que permite contemplar el “milagro” chino con más perspectiva.

Aunque el método escogido le priva de un hilo narrativo, el libro se sostiene sobre la idea de fondo antes citada. Una idea, la simetría entre China y el mundo, que en ocasiones le lleva a forzar el paralelismo, pero que se revela como su mayor acierto, al permitirle para ir al fondo en una variada selección de temas como las políticas demográficas, la corrupción, las políticas de medioambiente (que se denuncian reiteradamente como uno de los déficits principales), el control político y la censura. Quizás la conclusión es que se engaña quien piense que el protagonismo, y el consiguiente liderazgo que China está llamada a ejercer en el proceso de la globalización, es sólo económico, pero no hay duda que en el camino aún quedan muchos asuntos por resolver. Asuntos crudos, contradictorios, complejos, como la realidad china, que dejan al lector lleno de dudas e inquietudes. China no es para menos.

Publicado en Aceprensa

Lecturas: Anatomía de un instante

Javier Cercas es un escritor consagrado, autor de una novela histórica que arrasó en las librerias y en los cines. En » » la novela tenía más importancia que la historia, que no pasaba de excusa argumental, ahora cambian las torna y la historia se convierte en la principal protagonista en este libro en el que la literatura se vuelve excusa para modificar la estructura e ir más allá de la historia, cuando esta no se deja ver/conocer.

Se ha escrito mucho sobre el 23F y, a estas alturas, es difícil aportar luz sobre nuevos sucesos, ocurridos en tonrono a esa fecha determinante en la historia de España, pero la luz de Cercas consiste en enmarcar el golpe en su contexto, la placenta del golpe; el foco en sus protagonistas, especialmente Carrillo, Gutiérrez Mellado y Suarez. El resultado es un documentadísima narración, que devuelve el interés a acontecimientos conocidos por todos.

Quizás uno de los secretos para lograrlo es poner los acontecimientos en contexto, y especialmente, el poner de manifiesto que la resaca de la transición provocó muchos dolores de cabeza de los que solemos comentar.

Su enfoque literario, le permite ciertas concesiones, interesantes desde la perspectiva del hilo narrativo pero un poco más arduas especialmente cuando muestra una cierta obsesión, quizás también literaria, por meterse en la cabeza de la gente y poner en sus magínes el pensamiento más novelesco.

Su tesis es que aunque sea de manera indirecta, el «3-F fue el golpe de todos, del rey abajo… todos son responsables por su irresponsabilidad a la hora de afrontar la situación del momento con ligereza.

El autor tiene claras sus tesis, que sólo le provocan dudas, y cierta incoherencia, cuando analiza el papel del CESID, especialmente de Cortina, en el golpe. Y, tras poner al mismo nivel a los acusados y a los testigos, lo ventila por el afan de revancha de estos. También me han resultado molestos ciertos prejuicios, anticlerical uno, con un cierto afán de presentar al Opus Dei, «el Opus», como familia del régimen (ignorando la realidad histórica que era posible encontrar miembros del Opus Dei en prácticamente todas las familias en y contra el régimen), y antimilitar el otro, identificando lo militar con la dictadura, presentando a los demócratas como excepción y obviando un proceso que se había iniciado ya a principio de los 70, cuando los militares españoles empiezan a viajar. Quizás detrás de todo esto hay una cierta dificultad para entender a las personas en su contexto histórico, juzgándolas desde su visión postmoderna, no en su pretensión golpista donde quizás se muestra más comprensivo, sino en su forma de pensar .

La democracia en 30 lecciones

Giovanni Sartori es una referencia mundial del pensamiento político contemporáneo. A su capacidad de análisis une una habilidad didáctica, un sentido de la provocación… y una versatilidad que le está llevando a contribuir, con más o menos acierto, a la reflexión sobre temas en los que no es un experto como el fenómeno de la inmigración (La sociedad multiétnica), el crecimiento poblacional (La tierra explota) o la influencia de la televisión en los comportamientos políticos y sociales (Homo videns, Aceprensa 3-06-1998).

Su último libro se centra en un tema más tradicional, al que el autor dedicó su gran obra, Teoría de la democracia, y su apéndice (La democracia después del comunismo). Esta vez su originalidad viene del formato elegido, que parece dirigido especialmente a ese Homo videns cuyo nacimiento anunció a finales del siglo XX.

El libro es fruto de un programa emitido en prime time por la televisión pública italiana, en el que el autor iba condensando, en 3 ó 4 minutos, conceptos básicos que conforman la democracia. Sus intervenciones, adaptadas para el libro, ponen de manifiesto la capacidad de síntesis, y su facilidad didáctica para hacerlo asequible, sin renunciar al enfoque de fondo, histórico y filosófico, a cualquiera interesado en qué es la democracia.

A lo largo de las páginas se van abordando con claridad, y sin complejos, conceptos como el de libertad, pluralismo, revolución, o incluso lo “políticamente correcto”. Aunque pudieran parecer ajenos a la definición tradicional de democracia, se encuentran directamente relacionados con la democracia, entendida no como el ejercicio directo del poder sino como una forma de control y limitación del mismo. De ahí que desde el principio insista en dibujar las difusas fronteras entre el realismo y el idealismo, el equilibrio necesario entre teoría y realidad, cuyo descuido tantos problemas ha causado a la humanidad. Sartori alerta frente al perfeccionismo y la utopía y señala que el reclamar una “verdadera” democracia es el verdadero peligro que acecha a nuestro sistema.

Hay ideas provocadoras, “políticamente incorrectas” como aquellas en las que alerta frente a la participación: “Existe una relación inversa entre la eficacia de la participación y el número de participantes… la participación verdadera tiene las piernas cortas, es decir, se circunscribe a las cifras pequeñas”. También entra al debate sobre la exportabilidad de la democracia, con la que se muestra bastante crítico, y la vinculación entre desarrollo y democracia, que no comparte.

Multiculturalismo y pluralismo, el islam y el conflicto de civilizaciones son otros de los temas que aborda con su peculiar estilo, logrando atrapar la atención del lector. Deja la sensación que quizás el programa de televisión, origen del libro, sea una buena idea para alguna cadena de radio o televisión en otro país: ¿quién se anima?

Publicado en Aceprensa