Viaje a los mares del sur (Camboya, 2004)

Viaje a los Mares del sur

Es costumbre de cada vez más años viajar como D Camilo, “a la buena de Dios y a la que salga” y esta vez ha sido más a la buena de Dios que nunca. El sistema facilita la aventura al viajero y permite que, a pesar de las dificultades, nada pierda su sabor original.

En esta carrera de orientación, que es mi vida, he enganchado al vuelo, en los últimos días, unas cuantas notas de color que pueden ayudarme un poco más a enderezar mi destino.

De lo oído deduzco que Camboya es sobre todo Budismo y me voy a ver qué puede dar de si….

La providencia, que es guía y compañera de carrera, me pone en las manos un libro de Fouder, de mediados de los 70. Un estudio serio y riguroso (parece) sobre la figura de Buda, entre hombre y Dios, que para empezar me regala una clasificación a la que se puede dar mucho juego.

Cuenta que cuentan que cuando Buda alcanzó la clarividencia dudo si lanzarse a los campos a predicar su doctrina. Ante el, el mundo, como un estanque de lotos, en el que se encontraban 3 clases de flores, con 3 clases de almas.

Aquellas demasiado hundidas en el fango original que no alcanzarán a ver la luz del día; otras que próximas a la luz luchan a diario por alcanzarla y por último las que alzándose por encima de las aguas o de los hombre s llegan por si mismas a su pleno desarrollo… solo por las segundas, cuenta que Buda comenzó su predicación, que hoy se ha extendido por todo el mundo, y hace del Budismo la religión con más fieles de la tierra.

De la vida de Buda no parece que haya mucho que destacar hasta el momento en que asume su llamada religiosa. Todo aquello que adorna su concepción (por un elefante con 6 colmillos), su nacimiento (del costado derecho de la madre, Maya) y sus primeros años (sabio, fuerte y afortunado en amores) más bien parecen adornos para justificar la excepcionalidad de Siddharta (el que colma todos los deseos y necesidades).

Y ahora, mientras nuestro joven disfruta de los placeres de la vida… tomamos tierra en Bangkok, una ciudad extensísima, en la que desde el cielo, conviven casas viejas y altísimos rascacielos…

Nada más lejos de la realidad, (nada como pisar tierra para darse cuenta de la verdad)… por eso el interés, casi la necesidad, de viajar “deadiario”, no basta con saber, hay que vivir para vivir, viajar, comprar, comer, ducharse…

Bangkok es una ciudad con techo, una ciudad desbordada, en la que han tenido que construir tres pisos para intentar hacer frente a los problemas de circulación, una ciudad mixta, llena de luces de colores, edificios de cristal… pero en la que sigue habiendo puestos de comida en las calles

Viajar en grupo permite algunos “relajos”, obligaciones del bien común, y para empezar dormimos en un buen hotel, reservado por internet por eso de aprovecharse de la globalización… llegar, parar, informarse y soñar con la nueva aventura que comenzará al día siguiente en la estación de autobuses a las 6 de la mañana. Rumbo Poi Pet, el pueblo de la frontera Tailandia-Camboya, que la guía describe como una especie de Las Vegas Oriental; a lo mejor allí también está de moda casarse, disfrazados de Mao, o de Hiroito…(es increíble mi desconocimiento absoluto, la ignorancia total del mundo oriental, de sus personajes….)

Viaje cómodo, mucho más de lo esperado, bastante rápido y agradable… la sorpresa la encontramos al cruzar la frontera, que es como retrasar 30 años el reloj del tiempo, ya desde el principio, la autopista se convierte en camino de arena, las casa en chabolas… al cruzar la frontera un buen grupo de cazaturistas se abalanzan ofreciendo sus servicios…

Al final optamos por el “taxi particular”, dos señores que están dispuestos a hacerse los 600 kilómetros que separan Poi Pet de Phon Pen, seguramente por carreteras infernales, muchas veces sin asfaltar, y volver en el día, por 50 Euros. Viajamos en grupos de 4, para ahorrar, y el coche es un poco horno, en el que no se pueden abrir las ventanas, una buena bienvenida a tierras Camboyanas.

El viaje trascurre monótono, entre cabezada y cabezada se va descubriendo el paisaje surasiático, verde poblado, húmedo, colorido… A los lados de la carretera la gente, que como en muchos países “en vías de desarrollo” visten de USAID, como si se tratara del armario de ropa vieja de occidente… de golpe nos encontramos con la carretera cortada por una inmensa grúa, hace unas horas un camión se ha caído de un puente, y llevan horas intentando recuperarlo… el conductor está vivo, gracias a Dios, aunque bastante perjudicado… Tras un par de horas de espera, en que nos sentimos curiosos profesionales, sin nada que hacer, mientras nos devoran los mosquitos, retomamos el viaje que a eso de las 12 de la noche (18 horas después de nuestra salida de Bangkok) nos lleva a Phon Pen. Otra de las paradojas de la globalización, muestra de esa brecha que se abre más y más, por la que se tarda lo mismo en hacer 15000 Km., que 1200, eso si, mucho más cómodamente en el primer caso…

En Phon Pen, somos pasto de la Lonely Planet, tantas veces ayuda del viajero y otras, auténtico dictador del viaje. Lo bueno es que no suele fallar, y el Hotel Cozyna, situado en el River Side, la zona turística de la ciudad, “es un sitio confortable, con una excelente relación calidad-precio”… aunque esa noche hubiera servido hasta el suelo para dormir placidamente.

La mañana siguiente optamos por el despertar cristiano, y comenzamos nuestra ronda de reconocimiento de la zona… Aunque estamos en la zona turística, los cazaturistas son pocos y bien aleccionados, y no insisten más de la cuenta. Me llaman la atención los que venden libros fotocopiados, a precios irrisorios, con una edición de lujo, en la que es difícil encontrar la diferencia… tienen de todo, guías de viaje, libros de historia, novelas…

El voluntariado es una droga dura y a mi el cuerpo me pide ir a ver a las Misioneras cuanto antes, me aplasta un poco el ritmo de vida turística… La primera casa está situada en Monivong Boulevard, la Castellana PhonPenita, y desde lejos atrae la atención con sus colores blanco y azul, es una casa para niños abandonados y para niños de la calle en estado de desnutrición… estos pasan 6 o 7 meses en la casa para recomponerse y vuelven con sus familias… Las hermanas nos reciben con los brazos abiertos, como siempre, y nos ofrecen todo tipo de posibilidades de colaboración… Y para situarnos el horario, Misa 6.30, desayuno, trabajo hasta las 12.00, comida, trabajo hasta las 18.00, Adoración al Santísimo… no vamos a tener tiempo de aburrirnos.

El tráfico de la ciudad recuerda al de Calcuta, motos, bicis y coches, circulan en cualquier dirección, con la bocina como elemento de disuasión, como si avisando se pudiera ejecutar cualquier tipo de maniobra. Aunque hay mototaxis y tuctucs que mueven al turista por la ciudad, nos decidimos a alquilar una moto, para movernos. Y así, a un precio irrisorio (3 dólares día) nos integramos plenamente en la ciudad…

Y nos integramos con todas las de la ley. La primera tarde nos lanzamos a buscar alojamiento dentro de la ciudad, cerca de las hermanas, el cielo se va poniendo cada vez más gris y de repente comienza a caer una tromba de agua, que no permite ver a diez metros de distancia… cinco minutos después las calles laterales se inundan, y el agua llega a las rodillas; el trayecto es un equilibrio continuo para evitar poner el píe en las lagunas marrones por las que circulamos y tras el susto inicial, nos damos cuenta que conducir en la lluvia es otra muestra más de incorporación plena.

La gente nos mira asombrados con una sonrisa, como dando la bienvenida a nuevos locos. La sonrisa Camboyana engancha, es una sonrisa cariñosa, acogedora, friendly, warm (absolutamente maravillosa), y dice muchísimo de un país, de un pueblo.

Camboya es tierra virgen, un pequeño paraíso natural de cultura ancestral donde la semilla del sufrimiento ha florecido con forma de inocencia y bondad. Un pueblo que me recuerda al polaco, siempre en manos de sus vecinos, Tailandia y Vietnam, vapuleado por unos y otros, conquistado, manoseado… y que en el último siglo, ha sufrido la humillación de ser destrozado por su propia gente, arrasado por el régimen de Pol Pot y rematado por los vietnamitas, lucha por levantarse.

Quizás por todo eso los Camboyanos son alumnos aventajados de la escuela de la vida, la escuela del dolor. Son gente sufrida, humilde y sonriente. No son alumnos fraudulentos, de los que aprueban y pasan de curso con chuletas y cambiazos, sino alumnos sufridos de los que sudan cada décima de punto y quizás por eso lo disfrutan más. Gente maravillosa que sabe llevar el sufrimiento con dignidad, e incluso (herejía postmoderna) con alegría. Entre ellos los chicos de la calle han hecho un Master, no se si se puede decir que tuvieron mejor profesor pero lo que no hay duda es que despertaron a golpes y aprenden cada lección a velocidad de vértigo…. Inglés, español, artes de negociación, relaciones humanas… ninguna asignatura se les resiste.

Además de la gente, lo más maravilloso del país, naturaleza y cultura hacen muy buena pareja e invitan a volver… No se porque pero más que a volver aquí todo invita a quedarse.

La situación política del país deja bastante que desear, el Primer Ministro es Hun Sen, un auténtico mafioso, antiguo Khemer Rojo, huido a Vietnam antes de la debacle de Pol Pot, con un patrimonio personal situado entre las mayores fortunas del mundo, y que controla absolutamente todo el país. Aún así existe un amago de democracia, con tres partidos políticos, de los que los dos primeros gobiernan en coalición, el Partido del Pueblo de Camboya (Cambodia People Partie) del Primer Ministro, el FUNICIPEC, Partido Monárquico del hijo del Rey, y el Sam Raysi, partido de izquierdas, al que da nombre su líder, y que es realmente el único partido de oposición. Actualmente hay bastante polémica por la intención del Rey, que vive exiliado en Corea del Sur, de presentar su renuncia, algo que no está previsto en la Constitución. El Primer Ministro se niega, en lo que considera un intento por desestabilizar el país, y no debe andar desencaminado porque la historia del Rey Norodom Shihanouk es para eso y mucho más, este reyezuelo recuerda, hasta en lo físico, a Samarach, un auténtico camaleón, con una capacidad de adaptación increíble que ha sabido sobrevivir a todos y cada uno de los distintos regímenes por los que ha pasado su reino en el último siglo. Empezando por el protectorado francés, la independencia, los Jemeres Rojos, los vietnamitas y ahora Hun Sen… resulta sorprendente que nadie se haya decidido a llevar su vida a la gran pantalla. Económicamente el país se encuentra retrasado, en los últimos años ha crecido económicamente gracias a la entrada de empresas extranjeras, y se nota en el aumento de tiendas, sobre todo de electrodomésticos y moda occidental.

Entre las actividades del viajar deadiario hay una que es muy ilustrativa, la del cine, así que siguiendo con nuestro plan de integración nos plantamos en el cine, ante la expectación del respetable, que no podía entender que se nos había perdido allí. Como la necesidad agudiza el ingenio, y ellos lo han pasado muy mal, lo primero que hicieron fue evitar males mayores y situarnos en las últimas filas para evitar que tapáramos al resto de los espectadores, más bien bajitos. Nuestra primera sorpresa fue después de los anuncios, cuando todos se pusieron de pie al unísono, apareció la bandera nacional en pantalla, y muy serios comenzaron a escuchar una canción, imagino que el himno nacional. Después comenzó la película, en perfecto khmer, sin subtítulos, no se entendía ni una palabra, y por eso nos conformamos con nuestra versión particular, que considero bastante fiel a la realidad. Un señor casado con 2 mujeres, una dócil con una hija encantadora, y otra absolutamente viperina, con dos arpías como hijas, esta parece que se ha hecho con su afecto y lo utiliza fundamentalmente en contra de la otra mujer, enfrentándola cada vez más y poniendo todos los medios para hacerle la vida imposible, hasta que el marido acaba matándola a remazos, en una escena que debería estar prohibida… En este momento, según el espíritu budista, la mujer se reencarna en pez, no se qué quiere decir exactamente esto en la escala de meritos budistas. Todas las noches la mujer se acerca a la orilla para hablar con su hija, hasta que es descubierta por la bruja que la pesca, y le corta el cuello…. momento en el que aprovecho para abandonar el cine, absolutamente desmoralizado. Alguna vez he escrito sobre la influencia del cine en la sociedad, y su peso a lo hora de construir el “way of life”, de marcar el paso de la normalidad, y si aun no he conseguido acostumbrarme al horror occidental, de un cine, sin familia, sin amor, sin vida, lo llevo con resignación. Quizás por falta de costumbre me ha chocado tanto el cine Camboyano, y sus primos hermanos de Camboya, Indonesia y Vietnam, cine hiperagresivo, en el que la vida carece de todo valor y el mal es uno de los protagonistas fundamentales, sin permitirse ningún tipo de valoración.

Otro elemento fundamental del día a día es la comida, basada en el arroz, los y las salsas. Siempre había considerado algo bastante snob, oír como los amantes de la comida oriental despreciaban los restaurantes de Madrid….y allí he entendido de una vez la diferencia entre comida oriental y restaurante chino. Comida con diferentes sabores, ligera, sabrosa… auténticamente deliciosa… Cualquier hueco sirve para dar de comer en la calle, que está llena de puestos de comida, cafés en la calle que sirven sopa de nuddles y arroz.
La gente come y muchos de ellos viven en la calle a pesar del Monzón.

Hoy me he sorprendido dando vueltas a una idea: “He visto gente que es feliz”, y me sorprende mi sorpresa, pero es verdad, el hombre feliz en occidente es una especie en extinción, pero aquí hay dos mujeres plenamente felices, se les ve en los ojos, en la sonrisa, en la mirada, en la forma de hablar, de tocar, de querer. Desbordan dulzura de la buena, de la que ya no queda y hacen de un vaso de agua y unas galletas danesas, un banquete celestial.

Y eso se nota en los niños, que día a día van cogiendo más confianza. Son el sueño de cualquier matrimonio, traviesos, divertidos, revoltosos, pero obedientes, respetuosos, pendientes unos de otros, se sienten familia y se respira el amor y la autoridad de los mayores… el espíritu de familia. Así las casas de las hermanas son auténticos hogares de paz. Chicos de la calle y adopción. Es una gozada conocerlos uno a uno, distinguirles a pesar de su cara de chino, ponerles nombres, Chun li, Kim Lui, Kim lai, Net, Mau, Eva, Asiriam…

El ambiente de AFESIP es distinto, falta Dios y se nota. Su trabajo es absolutamente imprescindible, trabajan con las víctimas de la prostitución infantil e intentan ayudarlas a abandonar ese mundo y reintegrarlas en la sociedad. En su labor encuentran distintos problemas, madres que dan a sus hijas en venta por un puñado de dólares, el rechazo de la misma familia que las vendió, cuando estas regresan…

Somalí Man, tiene distintas casas, las de acogida en las que dan la bienvenida a las muchachas después de las operaciones de rescate, las residencias, en las que las educan y alimentan, y las de integración… hemos visitado una de las residencia, en las que más de 30 chicas, que no superan los quince años, tratan de apartarse del mundo de la prostitución. La residencia parece una fortaleza, de muros altos y opacos, nos cuentan que es para proteger a las niñas de los proxenetas que tratan de recuperar sus piezas, y mandan mensajes con amenazas, les suministran drogas… cualquier cosa para tratar de recuperar sus fuentes de ingresos…

En el centro reina el buen humor, acaba de nacer una niña. Su madre de catorce años, tumbada en una estera mira a su hijo emocionada, y recibe la visita encantada. En el centro hay cierto ambiente español, 2 voluntarios imparten sesiones de autoayuda, con bailes, carreras y juegos, llegamos en el momento del clímax, donde todas gritan y saltan… Uno de ellos es un diseñador gráfico madrileño, que tiene edad de la movida madrileña, y que tras emigrar a Barcelona, pasó por Camboya de visita y como el dice se quedó enganchado y se ha establecido allí hace ya más de un año. Trabaja como diseñador gráfico y colabora con Somali Man, es la imagen de una vida realizada, (de una vida plena, de las que no salen en televisión) el describe su situación de maravilla, “estoy superestimulado, muy centrado”, y con verle sonreír, se descubre que es la pura verdad… La chica que le acompaña es su hermana, recién llegada de Barcelona, José cuenta que fue ella la que se lo llevo a Barcelona hace años, y que esta es su particular venganza… Las otras dos españolas que andan por allí, son profesionales de la cooperación, ambas trabajan en AFESIP, y responden al 100% al perfil de Cooperante (una palabra que siempre me recuerda a Juan Luis Cano, y al viaje a Kosovo).

Todo esto me hace pensar en lo grandioso de cualquier labor social, de cualquier actividad de ayuda a los demás. Así frente a la visión de los agoreros, pesimistas profesionales, que es la careta que se ponen siempre los egoístas para justificar su inactividad, vuelvo a reafirmarme en la teoría de la gota de las gotas de agua, que van llenando de agua el desierto (a nadie decimos que no)…

Y aquí estamos todos, aprendiendo a ser felices, de los mejores maestros, los sencillos, que son los únicos que tienen la receta, en la que la confianza en Dios, en la oración es un ingrediente fundamental.

Shakhainuville,

Por las tardes hemos aprovechado para hacer algo de turismo. Una de las visitas obligadas en Phon Pen son los Killing Fields, uno más de esos monumentos al horror, que pretenden que nunca se repita, lo irrepetible. En este caso se trata de un monumento de cinco o seis metros de altura, en las que se amontonan las calaveras ordenadas por sexo y por edades, algo macabro, pero real e imagino que con esa intención de personalizar el drama, ante el peligro de convertir la tragedia humana en un problema demográfico, histórico o macroeconómico más. Asusta ver las consecuencias del mal, su fuerza, su poder de destrucción y de seducción… nada lo puede representar, y un monumento, por macabro que sea, y cuatro fosas comunes, resultan fríos… Lo más impresionante ha sido un árbol, apartado fuera del recorrido, en el que a los pies se podían ver un par de huesos y unos dientes; yo no se por qué, paradojas de la vida, esa imagen me ha dejado sobrecogido, y es que la muerte es sucia, pilla por sorpresa y no deja tiempo a ordenar… como el monumento de huesos.

Bienvenido al Paraíso.
El Señor cuida de todos sus hijos, y no se porque pienso que cuida más de los que se ponen en sus manos, de los que se dejan cuidar, como si le preocupara que aquellos que se dejan la vida en lograr sus objetivos y acuden a el como un elemento más para conseguir estos, se acabaran creyendo autosuficientes, como si su vida dependiera solo de ellos… por eso basta con estar atento y dejarse llevar, no empeñarse nunca en nada y convencerse de que todo lo que pasa, viene de Dios y por eso es sin duda lo mejor que nos puede pasar. Por eso cuando una noche en una cena, un italiano nos habló de unas islas paradisíacas, situadas a menos de 2 horas de Bangkok, algo me hizo tilín ahí dentro (como dicen ahora). Así que al planificar la vuelta añadimos una etapa más, a las ya previstas de Angkor y Battambang, la Isla de Kosa Med.

El barco a Angkor, subiendo el TonleSap, del que todo el mundo habla maravillas, me decepcionó. Solo el final en el que el barco atraviesa un poblado flotante para llegar al puerto, me resultó interesante, era una Venecia de madera podrida y mal olor, pero Venecia en fin, un nido de insalubridad, en el que los niños saludaban a los turistas que se asomaban a la cubierta del barco (ningún local puede permitirse los 23 dólares de rigor), y en medio de todo ello, una iglesia flotante, que porque no decirlo me reconfortó. Debe ser una frivolidad decir que me encantan los palafitos, construidos en altura, dentro del agua o en la orilla, y reconozco que debe ser bastante incomodo vivir en esas condiciones, pero la verdad es que por allí no he visto caras tristes, y puestos a valorar…

Los Templos de Angkor, son una de las 7 maravillas del mundo, una inmensa extensión, de palacios y templos, construidos entre el siglo IX y el XIII, en un derroche de grandeza y originalidad, en medio de una naturaleza viva que hoy vuelve a demostrar como las obras de Dios son más fuertes, más bellas y más perdurables que las de los hombres.

Ta prom, es la mejor muestra de esta lucha secular, allí conviven la fuerza de la naturaleza y la robustez de la piedra, como algo mítico, salvaje… testigo único de la lucha entre el hombre y los seres de la creación que se resisten a someterse a un amo tan negligente. Descubierto por un arqueólogo francés a mediados del siglo XX, durante los años 80 se convirtió en la “sierra maestra” de los Khemeres rojos que resistían allí, asaltando a los infortunados que se atrevían a adentrarse en su territorio… Hoy es el símbolo de Camboya, su principal atracción y una buena fuente de ingresos. Es la parada obligatoria, y quizás la única, en el Tour de Indochina, y merece la pena. Aunque ya han empezado a llegar los cazaturistas, aun permanece a medio explotar… por poco tiempo…

Angkor Wat es majestuoso, impresionante en su grandeza y su señorío; fuera los niños juegan con los turistas y les ofrecen sus baratijas a un dólar, sin saber que la gente debería pagar muchísimo más sólo por ver su sonrisa, su mayor tesoro, el más valioso de Camboya. La escuela de la calle, aquí, donde hay muchas más clases, es universidad. Niños cuatrilingues, auténticas calculadoras humanas, con una conversación súper sugerente y conocimientos de geografía, política, deporte…

La segunda etapa de nuestro viaje de vuelta es Battambang, la ciudad del noroeste de Camboya, donde un Obispo Jesuita Español, (no se cual es el orden adecuado, y me pongo a jugar con las palabras, Español Obispo Jesuita, Jesuita Español Obispo, Obispo Español Jesuita… sírvanse ustedes mismos, yo me quedo con la primera; obispo por la gracia de Dios, Jesuita por vocación divina, y Español por que hacía falta mucho carácter para bienllevar semejantes regalos)

Punto y seguido

Al llegar a Heatrow, Londres llora, como siempre, y una vez más, al final de cada aventura.

Ahora es cuando los recuerdos desfilan pidiendo pasar. Cuando uno se pregunta si valió la pena y trata de meter en su cabecita aquello que le ayuda a ser un poco mejor, como ha ido metiendo en la maleta mil y un regalos “imprescindibles” que sin ninguna dudad acabarán amontonados en algún cajón.

En el primer puesto pelean de una forma u otra el sentido de la cruz con la confianza en la providencia divina. De la cruz he visto sus frutos, paciencia, humildad, mansedumbre… alegría y por eso se viene a la cabeza la pregunta… todo esto ¿no es posible sin cruz? Y la respuesta que dan los santos, esta vez ha sido el Padre Pío: parece que no… es algo radical pero necesario y cuanto antes se entienda, mucho mejor, para llevarla con alegría, para ver a Dios detrás… para “vivir la vida”.

La providencia nos recuerda que estamos en manos de Dios, “hasta los pelos de vuestra cabeza están contados”, pero también que “si eso hace Dios con los pájaros que no hará con vosotros” y eso hay que recordarlo aquí en la City, donde todo parece darme otra vez la bienvenida a la civilización, donde pare que incluso me recriminan una escapada tan peligrosa e insisten en avisar de que se trata solo de unas vacaciones, un paréntesis, un kit-kat… y deja claro cuales son los elementos indispensables para sobrevivir con éxito a esta sociedad: comodidad, seguridad, apariencia… sociedad de bienestar que totaliza y ridiculiza cualquier otro sentimiento que intente rivalizar con aquellos. Cada vez me parece más claro que es como si dijera “prohibido ser feliz” y ahora veo la relación directa “sin sufrimiento no se puede ser feliz”… Cuando el principal objetivo de una sociedad es huir del sufrimiento (sociedad del bienestar), la sociedad se aleja a la misma velocidad de la felicidad. Es entonces cuando descubro la radicalidad que se necesita para ser feliz en este mundo.

Vivir en el mundo sin ser mundano, decía Escrivá de Balaguer, estar en el mundo sometido a otras leyes, las del hombre (Tao, las llama C.S Lewis en La abolición del hombre), las del amor las llamará S. Pablo… Y esto hace aparecer como necios delante del mundo… mejor, así debe empezar el sufrimiento (“hambre, frío, sed, dolor, incomprensión… estos son los tesoros del hombre sobre la tierra”).

Así que ahora toca volver a empezar, a instaurar el reino del amor sobre esta tierra, y para eso dedicarse sólo a lo importante, sin perder el tiempo en tonterías que llenan la cabeza de nubes y consiguen devolverme a las calles de este mundo…

D. Santiago Martín lo remacha en la homilía, el cristianismo nos dice las cosas como son, nos invita a reconocer nuestros errores… condición sinequanon para mejorar. Y pienso en mi forma de ser, mi justificación constante, mi búsqueda de debilidades, mi falta de comunicación, mi echar en cara, aunque sea en silencio… y no tiene ningún sentido.

BUDISMO EN CAMBOYA… SIGLO XIII, conversión de los reyes y misteriosa extensión…

El budismo es una prolongación del hinduismo, pero difícilmente puede entenderse como una religión desde nuestra concepción. No reconoce un alma substancial, ni Dios providencia, es ante todo CAMINO, camino de perfección.

Las 2 ramas del budismo (Mahayama e Hinayana) se diferencian en que la vieja comunidad de la India central ha conservado el sello monacal y disciplinado, deteniéndose en el ideal santamente egoísta del arhat, preocupados por escapar del dolor y romper todos los obstáculos que les separan de la liberación. Las sectas del noroeste han preferido invocar al príncipe de la caridad. Así nació y se ha ido afirmando el cisma interno. Unos poniendo el acento en la compasión, en la benevolencia universal, en la abnegación desinteresada, en el amor al prójimo extendido a todos los seres vivos y llevado hasta el completo olvido de si (Metro); otro encaminado al repliegue sobre si mismo, la concentración de espíritu, la atenta y constante vigilancia de actos, palabras y pensamientos, la meditación solitaria y la supresión radical de toda emotividad (Apramada).

El Budismo es, por tanto, una religión abierta al otro, y así establece los 4 grandes compromisos con el prójimo:
a) Ecuanimidad: Imparcialidad y desinterés, calma imperturbable frete a las afretas; ausencia de resentimiento de toda inclinación a devolver mal con mal.
b) Compasión: Respeto a los sufrimientos que no excluye el deseo de calmarlos.
c) Alegre simpatía: toma parte en la felicidad del prójimo.
d) Metro o Metta: Amor que un padre y una madre sienten, aunque les cueste la vida, por su único hijo.

El budista se redime a si mismo por la virtud pero al hacerlo trabaja por la dicha universal.

En las 4 verdades Buda finaliza enumerando las 8 ramas del camino de la virtud: doctrina, resolución, palabra, acción, medios de existencia, esfuerzo, atención, recogimiento y en todas ellas el neófito ha de ser CORRECTO, mantenerse en el JUSTO MEDIO. Y por eso da un valor esencial a las formas externas, prohibiendo chuparse los dedos, hablar con la boca llena, la negligencia en el vestido…

Cuenta que Adjatasatru tras apoderarse de su reino, asesinando a traición a su amigo Bimbisara decidió extenderlo aun más y antes de emprender su empresa se dirigió a consultar a Buda cuyas palabras se cumplen inexorablemente.

El maestro define así los 7 fundamentos inquebrantables de la prosperidad. Mientras sigan teniendo asambleas, vivan en concordia, observen sus leyes, honren a los ancianos, respeten a las mujeres, veneren sus santuarios y traten bien a sus santos seguirán siendo invencibles…

* Oido al vuelo en tráfico hablando de un artista o de un intelectual: “es muy mayor, está acabado ya no sale en televisión, ni na…”

Setubal revisited

Setubal revisited

Estar cuatro días en Setúbal sería como venir de visita, ver viejos conocidos, recordar momentos, añorar amigos pero como ya he contado en alguna otra ocasión, no se que tiene esta casa que hace que desde que uno llega se siente en familia, y como en las familias numerosas se pone a trabajar.

Y uno en casa, en familia, vuelve a la realidad, a la realidad del servicio, del que puedo hacer por ti, sin esperar nada a cambio, donde un despiste supone ver como otro vuelve a echarte una mano. Uno se despista y la comida esta hecha, otro y la mesa puesta, nuevo despiste y todo esta fregado… que fácil se entiende asi el amor, la caridad.

Los niños crecen una barbaridad:

Natalia esta enorme, mas guapa y, sorpresa, ya sabe andar sola, solita… las sisters quieren darla en adopción asi que si alguno sabe de alguien…

Catherina esta mucho mas mayor, y a sus cuatro años ya tiene ojazos de señora, mira calmada, tranquila incluso cuando llora.

A Irina, se le han caido las pecas sin avisar y, como buena pelirroja, tiene la cara limpia, lechosa… mia gordinha, ha adelgazado un poquito (un bocadinho) y esta preciosa;

Ana estos días ha estado un poco mejor, y solo el domingo ha podido levantarse de la cama, pero sigue sonriendo encantada ante la voz masculina;

Miguel sufre y sonrie, tiene algo de fiebre, una pequeña infección;

Toni, que los primeros dias asistía pasmado al espectáculo, pequeño, casi sin ser, como apagándose sin parar de recibir cariño, Amor… el ultimo dia estaba despierto, con unos ojos que hablaban de todo (es cierto cualquiera podía entenderlos).

Las Sisters siguen bien (cubiertas de chaquetas y bufandas que hagan el Invierno mas llevadero), dejan los pocos calefactores que han conseguido para las habitaciones de los niños, no gustan de usar medicamentos… Mahima lleva diez dias resfriadísima, sin voz, y no se termina de cuidar. Se “conservan” muy bien, imposiblemente bien, parece increíble… siempre rodeadas de 30 niños, 60 problemas, mil cosas por hacer… repartiendo paz, alegría, cariño…

La superiora sigue haciendo de comodín, como oculta, es la primera en fregar, en hacer de pinche de cocina, y de “mandar” (imaginárosla mandar suena como demasiado fuerte), de dirigir la barca con brazo firme cuando hace falta.

Sister Pret Anjolie (o como se escriba) es lo permanente, cariñosísima, encantada de servir y pendiente de cualquier capricho de los voluntarios… tiene mucho prestigio entre las señoras, las niñas… dice las cosas con fortaleza, cuando hay que decirlas y calla cuando se pueden dejar pasar. Bombazo, el ultimo dia nos dijo que se va de Superiora a la casa de las Sisters en Faro, al Sur de Portugal.

Sister Josie, sigue eternamente joven, preparando biberones entre canciones y bromas… siempre dispuesta a alegrar; con una alegria que parece ingenua, de jovencita loca… pero basta oirla cantar. Por cierto pasa por Madrid, el dia 2 de enero.

Sister Blondine maneja a los 30 niños, a golpe de frances, portugues inventado, lleva con gracia los cincuenta y con mucho cariño su carácter frances.

Sister Mahima sigue como siempre, no pierde el buen humor, ni su carácter pragmático, no para de repartir juego, tiene todo en la cabeza y no pierde oportunidad, siempre en broma, siempre en serio… y siempre viva.

Solo vimos a Sister Fortunella el ultimo dia, el dia de la Inmaculada renovo sus votos y paso unos dias recogida en oración, el sabado estaba radiante.

Y nosotros, poco que contar, todos nuevos, dispuestos a aprender… no hemos parado de disfrutar, unos se han dedicado a la cocina con un menu muy hispano: paella, tortilla de patatas, tarta de manzana y pasta a las siete fuentes (invención de la casa), el resto con los deficientes por la mañana y con las niñas por la tarde, una tarde en la playa y una noche jugando por Setúbal, pañuelo, concurso de estatuas… con gran expectación y un fin de fiesta con MacFurry en el MacDonalds, viendo pasar la noche del viernes desde la terraza, saludando a las compañeras de colegio desde ese lugar “privilegiado”. Como decia ayer Tomi, al dar las diez y media recien llegados a Madrid, (nueve y media en Setúbal) “se echa de menos… Deo gratias!!”.

Un año más (Setubal)

Un año más

Todos prometemos volver, y lo decimos de verdad, pero luego llega la vida (el Tío Paco) con las rebajas y no encontramos el momento. Por eso de vez en cuando hay que lanzarse sin red y a mi me ha tocado este fin de semana.

Viernes, 12.00. Estación de Autobuses de Autorres en Conde Casal y a eso de las 19.00 ya estaba en Setubal, con peli y cocacola, como en el cine. Las niñas estaban entusiasmadas, Joseline guapísima, Fernanda echa un toro, fortísima, Julia cariñosísima, Vanessa divertidísima, Sandra traviesa y zumbona, Ruth timida y generosa, un trozo de pan… Abajo, en las crianzas hay muchísimos cambios, recordaba a Fai, Milene y Naomí, el resto Candida, Carla, Isabella, un niño Nino (pobrecito entre tanta mujer)

De los enfermos, Irina, la gordiña, está aun más gordi con más cara de pan y con esa sonrisa y esos ojazos que conquistan; Nati, que anda, corre, está más tranquila, mejor; Caterina, recién operada de la columna tiene una escayola que no le deja moverse pero conserva esa sonrisa de pilla; Ana se sigue volviendo loca cuando oye a un hombre y no para de reir; Miguel anda un poco peor y su hermano, Ze, al que algunos no conoceis es un auténtico primor, dotado de una viveza y una inteligencia superior (y no soy su padre, es verdad), tiene mil achaques y sufre un montón, pero es alucinante ver como con tres años, aguanta el dolor, intenta no llorar, sonreir… para dar muchas gracias a Dios.

Entre las monjas, hay dos incorporaciones, Sister Felicitas, una monja-abuela repleta de juventud, y Sister ¿ (ya se me ha olvidado), Sister Pretangeli, se fue a Faro, al Sur de Portugal y Sister Francesa (tenía nombre de bombón) ha empezado una nueva casa de las hermanas en Murcia.

Por la mañana el trabajo como siempre, niñas, niñas y más niñas; además como por ser hombre en casa de las hermanas se te supone habilidoso, toda una serie de arreglos a lo Pepe Gotera y Otilio, todo en uno, ya sabeis que la habilidad material no es una de las infinitas virtudes que me asisten. Y por la tarde,¡Viva el cine! Intrigado por una película “Quiero ser como Beckham” y un poco espeso de imaginación he decidido organizar un jogo de futbol con las niñas de la casa y cual ha sido mi sorpresa al ver el éxito del plan. Ha sido un espectáculo ver a las niñas entre 8 y 14 años, todas negritas, tocando el balón, corriendo la banda… Todas quieren ser como Figo, que aunque no es Beckhan, por lo visto, no tiene nada que envidiarle.

Y nuevos proyectos, las niñas han escrito la Carta a los Reyes, y como ya sabeis que en Oriente las cosas andan un poco revueltas, tenemos que asumir su papel, ya podeis ir ofreciendoos y en breve mandaré la lista para que cada uno ejerza la magia, (menuda oportunidad) al menos una vez en la vida.

Turista en Madrid (Las Ventas, 2002)

No soy ducho en la materia, ni me atrevería, yo subalterno suplente, a emular al maestro Roldán pero quizás esta visión de giry-hispano-en-los-toros pueda entretener.

Anunciaba el cartel corrida de domingo, de fin de semana, corridas para principiantes, turistas y no iniciados. La feria se vive entresemana y los profesionales, después de tanta fiesta, necesitan descansar.

Un chico joven francés, de 21 años, Juan Bautista; una confirmación de alternativa, Jesús que sorprendente tenía mi edad; y un matador más curtido, David Lunganillo. De este advertía el programa que se trataba de un torero de duende, de esos que compensan en una tarde mil decepciones a los entendidos pero con los que uno, que tiene en los toros un vicio bianual, no puede arriesgar.

Madrid desde las andanadas se contempla diferente. Las Ventas como una mujer que se sabe atractiva y se hace de rogar y uno entiende que los toreros, cansados de conquistar, intenten dar candela en los primeros compases para retirarse dignamente si no han logrado el feeling necesario. La ciudad, que sorprendida por el verano, no sabe qué hacer con este agosto en mayo y sin tiempo de buscar la ropa de verano se limita a ir quitándose capas, se presenta irreal, ciudad de turistas y aficionados a los toros, que siempre tienen un sabor peculiar…

Y así pasó la tarde, sin pena ni gloria, en un día en el que los toros andaban flojos y no había mucho que hacer. Aun así los toreros derrocharon voluntad, ganas, valor y, en mi opinión sacaron de los toros todo lo que se podía sacar. Yo mientras, ejerciendo de guía de mis acompañantes, un amigo californiano y su amigo inglés, me convertía en cicerone de unas niñas de Texas en viaje de estudios que no dejaban de preguntar….

El secreto está en la salsa (Setubal con las MC)

The secret’s in the sauce. (Fried Green Tomatoes) (

Alguien digo alguna vez que en Portugal conviven los ordenadores con las gallinas, en la misma habitación. Y en la calle ropa tendida y antenas parabólicas, es un país inacabable, que nunca se termina, un país que siempre anda a medias, como esperando los últimos retoques. Un país de mujeres con bigotes y figurines de Hermes, de ejecutivo con prisa y sabios populares que te regalan con dichos como “uno no saba nada, todos lo sabemos todo” o “rápido, rápido tanto que no llega nunca a ningún lado” (en portugués por supuesto).

Uno se olvida un poco de esos tres nuevos enemigos de la felicidad del homínido contemporáneo, Prisa, Éxito y Ruido; Al sur de Lisboa, en Setubal, las Misioneras de la Caridad llevan una residencia de deficientes psíquicos y una casa para niños de la calle, Las misioneras de la caridad, hijas de la Madre Teresa de Calcuta, gozan de común admiración y respeto, quizás por su labor entre los más pobres de entre los pobres y uno se preguntan qué tendrán estas muchachas encencles que pasean su característico shari azuliblanco por los cinco continentes, con más de 600 casas repartidas en todo el mundo.

Tras pasar unos días en su casa podría decir que son auténticas mujeres: señoras pendientes, atentas, señoras de su casa con personalidad y mucho carácter.

Mujeres que han descubierto con el Papa que la oración y el silencio, son herramientas imprescindibles para caminar por este mundo.

Mujeres de otra galaxia que está muy metidos en esta tierra y sorprenden con una elegancia y unos detalles propios del mejor jefe de protocolo. (Helados, peajes…)

Mujeres que rebosan alegría, simpatía, buenas sensaciones…

Mujeres que dominan el trabajo en equipo

Mujeres con un abandono absoluto en la Providencia, con un comportamiento que para muchos podría ser un vivir continuamente “in the edge”, tentando la suerte. Una inestabilidad nada recomendable cuando todos nos empeñamos en agarrarnos a la seguridad, laboral, afectiva, vital… que les permite vivir despreocupadamente y con una seguridad absoluta de que las cosas si se tienen que hacer

Mujeres sin historia que van haciendo la historia, gota a gota, grano a grano construyendo sin alboroto un mundo mejor, con una pala de alegría y cemento de silencio y oración.

La hermana superiora, Sister Joeyline, ejerce de superiora, es una persona firme, exigente, con gran personalidad, ejecutiiva, que está en todo, sabe lo que quiere y para conseguirlo no duda en arrodillarse a raspar pintura, o subirse a una escalera a pintar… para todo esto desborda cariño.

En la conversación surgen vidas de novela, Sister Prety Angeline, que salió de Africa y desde su poblado ha conocido ya tres continentes: su Africa natal, Calcutta, Roma… con años de experiencia habla de la Madre Teresa con veneración, conoce las historias de los niños y sueña…. con volver a Calcutta.

Sister Mahitma, pone toda su educación yankee al servicio de su trabajo, bromista, exigente, gran trabajadora, podría definirla como un tiburón de la solidaridad, una ejecutiva de las papillas y los biberones, los pañales y las medicinas… y del amor de Dios.

Sister Josefine, Sister Blondine y Sister Fortunella… Un equipo en el que hay simpatía, “buen rollo” al servicio de los deficientes, gobernado por Bella una señora joven, 35 años, con mil vidas. Hija de familia numerosa, sin instrucción, educada por la vida desde niña asumió las responsabilidades familiares y comenzó a trabajar con las hermanas, sin descuidar a la familia. Un hermano alcohólico, otro muerto de Sida… lo que, por temor al contagio, estuvo a punto de costarle lo que más ama en esta vida sus niños de Setubal.:

Ana, una chica en esa edad imprecisa en la que se empieza a mirar distinto a los niños, niña talludita, presumida; de familia tres hermanas de distintos padres. Una noche entró en el Hospital con un cuadro clínico sencillo, sarampión, y salío fuera de si, sin movimiento en ninguno de sus miembros y sin conocimiento, parece ser que duplicar la vacuna del sarampión tiene efectos terribles. Hoy, coqueta, mira al infinito y sonríe a carcajadas cuando escucha una voz de hombre, y se ilumina cuando va de estreno.

Catherina, es un bombón, suave, frágil, fruto de un intento de aborto, que mira como perdida, cuando llora lo hace desconsolada y por momentos llega a parecer normal.

Los favoritos de Bella, son Irina y Toni: la primera, a la que llama Gordiña, parece totalmente normal pero parece que se muere por dentro; el segundo Toni, al que llaman chorizo, es la imagen de la muerte, delgado, esquelético, se alimenta a través de una sonda directa al estómago. Natalia, Miguel…

Y de tanta historia, mil lecciones de la dureza del trabajo material, la importancia de la constancia en cualquier momento de la historia, de terminar las cosas, hacerlas bien sin dejarse llevar por el cumplimiento. Silencio, oración, calidad frente a la prisa, el éxito, la cantidad y el trabajar de cara a la galeria. Y toca sacar las cuentas que como siempre me saldrán negativas: todo en el Debe y nada en el Haber. Solo puedo dar las gracias, y pedir esa pintura rojita, color albero (y olé) que sirve para fijar la pintura y embadurnarme bien para recordar las “recetas” del Papa: Silencio y oración, Santidad y Oración (MCD) y recordar a Javier Aranguren y a “sus enemigos”, que son mis enemigos: éxito, prisa y ruido. Y pedir la humildad del que no sabe ser humilde, en insiste en recordarlo; y la obedencia, que exige asumir que “somos muchos”, la dependencia de unos demás; y la sonrisa perpetua; y el estar encima de los detalles para hacer un poco, un granito más felices a los demás; y el sacrificio en el trabajo, en el acabado de las cosas, en llevarlas hasta el final y no contentarme con ir lanzando “flores” que sin el abono del trabajo tienden a marchitarse; y que exige “autocorrección” que va más allá del “si cuela, cuela”. Y ese dejar de pensar mal de los demás, condescendiente calentamiento de cabeza, del que se cree por encima, que va segregando jugos más corrosivos que los gástricos y que al derramarse sobre alguién, rara vez se suelen volcar, le corroen la piel… Ser yo mismo, o volver a ser yo, si alguna vez lo he sido; estar siempre un poco “lejos del mundanal ruido”, “tan lejos, tan cerca” que nunca pueda ser neutral, indiferente.

Las monjas dan como el que no tiene, pero valoran infinito lo que dan, lo que les prestan aunque no sea suyo ni vaya a ser suyo.

Uno se deja llevar y se va haciendo a ese ritmo de calma y oración. Un mundo en el que la gente anda despacio, mira a la cara y se pregunta qué puede hacer para que estés un poco mejor, que mira, piensa, te sugiere, hace… todo para facilitarte las cosas y hace que uno diga, quiero vivir en un mundo así. Uno se asusta, recuerda aquello de la “descansada vida”, y al fin se rebela y se pinta su propio ideal: “un ritmo de vida que me permita pensar, rezar, mirar a las personas a mi alrededor y preguntarles con la mirada ¿qué puedo hacer por ti? Unos amigos que miren/piensen/vivan así. Unas tareas que me permitan empezar el día diciendo hoy en quién hay que pensar. Quiero vivir asi/aquí.

Y un día, 15 de agosto, de los que tiene que brillar el sol nos marchamos de excursión, al Santuario Mariano de Fátima. El día prometía, el plan abierto, en manos de Dios, al salir un intento vano de distribuir, a imitación de los ejecutivos de las grandes compañías, a las 6 hermanas entre los dos coches, ellas, que no saben de previsión decidieron ir juntas, política de empresa.

Durante el viaje el coche desborda música, canciones y alguna oración, no hay preparación, muchísima ilusión, y a uno le entran ganas, envidia de vivir así sin preocupaciones, abandonado totalmente en manos de Dios. A alguno podría parecerle temerario, tentar la suerte… pero no hay ningún signo de prepotencia, nada más que un abandono total en manos de la providencia que les permite vivir asi, despreocupadas, seguras, convencidas de que, pase lo que pase, será lo mejor, y, esto hay que verlo, no se trata de inteligente resignación sino plena confianza en la voluntad de Dios. Da igual que sea la hora de una cita, el encontrar aparcamiento o conseguir el dinero necesario para comprar unos yogurts…

A la hora de comer decidimos comer en el campo, el cielo amenaza lluvia, no hay problema ya despejará, hay sonrisas, entrega total en manos de Dios, ni una queja, con la sonrisa puesta incluso se permiten bailar la danza de la lluvia, sin gran éxito. De todos modos, como no podía ser de otra manera, encontramos en el bosque un espacio perfecto al abrigo de los arboles.

Continuará