Periodismo y polarización: ¿cuánto necesitamos la verdad?

Periodismo y polarización: ¿cuánto necesitamos la verdad?

Ethosfera y Ethic reunieron a un grupo de periodistas, filósofos y académicos en el webinar ‘Periodismo democrático frente a la polarización’.

La verdad. La información veraz, y en concreto, el periodismo, deberían ser uno de los pilares fundamentales para sostener las sociedades democráticas a la hora de contextualizar y transmitir la información que compone su realidad. Y es que, dentro del ecosistema informativo, el ruido no es mundanal, sino (casi) divino: omnipresente, se enreda en las redes sociales entre los bulos diseminados a través del boca a boca, multiplicado hasta el infinito por el clic, y da origen a términos como la ‘posverdad’, un concepto de largo recorrido en la sociedad actual. Esta ha sido la génesis de Periodismo democrático frente a la polarizaciónun debate organizado por Ethic junto al think-tank de Ethosfera que, enmarcado dentro del 30 aniversario del Día Internacional de la Prensa, tuvo como leitmotiv la información como bien público.

En su introducción, el editor de Ethic, Pablo Blázquez, advierte sobre cómo «el fenómeno de la posverdad se diferencia de la mentira en la predisposición del individuo de aceptar el engaño». «La posverdad se aprovecha de cierta actitud acrítica. El ciudadano no busca tanto verdad como reforzar una suerte de identidad ideológica», apunta.

La Directora de Ethosfera y moderadora del debate, Elena Herrero-Beaumont, pone el acento sobre la cuestión de los estándares de los propios medios de comunicación y anuncia algo esperanzador, y es que se está negociando con las plataformas tecnológicas para que «se premie a aquellos medios que apuestan por el periodismo y la información de calidad». Y en esa línea pregunta a la periodista Ana Pastor cómo la transparencia sobre los estándares de los fact-checkers está contribuyendo a generar una mayor confianza con los usuarios y lectores.

Pastor, fundadora de Newtral, responde abriendo el debate con la realidad de que España es, hoy, uno de los países con mayor grado de polarización del mundo. En este sentido, defiende que uno de los factores que ha alimentado la mecha de la división social ha sido la proliferación de las noticias falsas. Y apunta hacia la autocrítica: «La primera pata de quienes tienen que fabricar una vacuna contra los bulos son los medios y los periodistas». Pero hay más culpables: las instituciones y las plataformas de redes sociales también deben formar parte de la lucha por una información veraz y contrastada. Incluso la propia sociedad, responsable última de la dispersión, tiene su labor contra la desinformación. «La gente considera a la clase política un problema a causa de la polarización», señala Pastor en relación a la profunda división social e ideológica de la sociedad española.

Giles Tremlett, escritor y corresponsal de The Guardian en España, apunta al nuevo sistema de suscripciones como un cambio sustancial en el ecosistema periodístico. «Este modelo hace que los lectores sean más exigentes con nosotros, con los periodistas», explica. Sin embargo, hace falta engrasar una pieza fundamental del engranaje: el desarrollo del pensamiento crítico en la educación nacional. «El gran problema es el lector: tenemos que ayudar a educar a los lectores para que sepan distinguir lo que es noticia de lo que no. Esto no es fácil, el pensamiento crítico no es especialmente bueno en el sistema educativo español», subraya Tremlett. Algo en lo que también coincide Ana Pastor, que añade además el factor de «la gente más joven que ha ido incorporando unas rutinas que vienen muy viciadas de origen por culpa de la tecnología». Es decir, que el lector más joven, en ocasiones, ni siquiera se plantea diferenciar lo que es información veraz de lo que no.

Diego Garrocho, filósofo y Presidente del Consejo Académico de Ethosfera, hace hincapié en el hecho de que este no es un fenómeno espontáneo. «Hay una crisis de nuestra percepción con la realidad», señala el filósofo en relación a la hegemónica visión relativista occidental. «El periodismo no solo debe vincular información veraz. También es un elemento vertebral a la hora de construir la opinión pública. La democracia liberal necesita un clima saludable de competencia entre ideas, que es uno de los motores esenciales del sistema». Algo tan sencillo como complejo ya que, como él mismo admite, «el libre mercado de la atención no siempre premia el mejor producto disponible». Es precisamente esto lo que abre la puerta, en su opinión, a la posibilidad de una regulación estatal sobre la información. Pero regresamos al mismo problema de fondo: la educación. Tal y como defiende el profesor en relación a las identidades políticas, «lo que tendríamos que operar son proyectos educativos para dejar de vivir como adolescentes».

La información, así, ha de saber desgranarse, ha de saber interpretarse. En ello coincide también Rafael Rubio, experto en comunicación política, quien señala la deuda histórica que las democracias tienen con la Ilustración. «La democracia representativa se vincula básicamente con la verdad. Cuando uno descubre que la verdad existe, uno entiende que la razón es la única forma de llegar a la verdad. Y esta forma es colectiva, por medio de una competición de ideas», reflexiona. La información, al fin y al cabo, construye nuestra realidad y esta solo puede ser útil y benigna si es veraz. Rubio defiende, eso sí, que solo los valores comunes de una sociedad permitirán el diálogo. Si no existen, o si chocan entre sí, la conversación será imposible.

Por su parte, Ricardo Calleja, profesor de ética de IESE, subraya la necesidad de que las auténticas democracias de corte liberal conviertan «lo común», la verdad y lo plural en un todo. «En las sociedades occidentales se ha cultivado durante décadas una actitud posmoderna donde solo hay interpretaciones, perspectivas diferentes», critica. «Si nunca hay un momento de búsqueda de lo común, de inclusión del otro en los espacios comunes e institucionales… entonces es sencillamente imposible». La posverdad y la polarización son, así, dos caras de una misma moneda. No es algo fácil de mitigar: la posverdad influye en la medida en que un individuo –y un colectivo– esté dispuesto a creer una mentira y se den las condiciones para ello. Por eso es esencial reconducir el volante hacia el destino más mencionado durante el evento: la educación. Como concluye Gremlett, «hay que darles a los jóvenes una oportunidad de caminar por el mundo sin perderse ni marearse».

 

Publicado en ethic.es

 

El fomento de la lectura en clubes de lectura (I)

El fomento de la lectura en clubes de lectura (I)

Por Raquel Jiménez Jiménez | La lectora de Guermantes

Desde este blog de Zenda, animada por la información del reciente Informe de Lectura, me propongo conocer de cerca la realidad del fomento de la lectura en España. Por ello me aventuro en este nuevo post de La lectora de Guermantes a entrevistar a algunos clubes de lectura de los muchos que existen en nuestro país. ¿Cómo funcionan? ¿Quién los promueve? ¿De qué adolece España en cuanto a la creación del hábito lector? En el artículo anterior, Susana Rizo nos había comentado la gran demanda de actividades cómo éstas.

Entrevistamos a las responsables de los clubes de lectura La plaza de Poe, Breviario y Casa del Libro de Gran Vía

La Plaza de Poe

Entrevista a Eva Losada Casanova, escritora, guionista, profesora de escritura y directora en La plaza de Poe, un espacio de creación literaria de Madrid.

1.¿Qué actividades promovéis desde vuestra organización que pueden potenciar la creación de un hábito de lectura?

La plaza de Poe es un espacio, una plaza, donde impartimos talleres, convocamos certámenes, programamos charlas literarias y cada 4 o 5 semanas realizamos CATAS. En estas CATAS animamos a alumnos y a cualquiera que le guste leer, que lea un libro determinado. Escribo reseñas y artículos en el blog para motivarles sobre esos libros o autores. Si hablas de un libro con pasión ayuda mucho.

En este país se lee poco pero los que leen lo hacen con avidez. Somos una especie en vía de extinción, lo sabemos. Intentamos llegar a ese público pero sobre todo, al otro, al que es más perezoso. Les motivamos con el vino, el queso y un lugar muy atractivo. No pueden resistirse y leen. Luego te agradecen que seas tan pesada con los libros. Les cuesta.  Por ese motivo, las CATAS, las hacemos cada 5 semanas. Les damos tiempo suficiente. Cuando la CATA termina, comparto con ellos sus inquietudes para la selección de futuros títulos. Cuanto más desconocido es el autor/a y la editorial, más reacios son a leer, pero tampoco quieres literatura solo de entretenimiento. Buscar el equilibrio entre ligereza y calidad narrativa es importante. Una vez que se acostumbran a leer un libro al mes ya se convierte en un hábito. Igual que correr o hacer bicicleta todas las mañanas.

  1. ¿Creéis que hay algún agente o colectivo que debe impulsar fervientemente actividades de este tipo?

Claro. Ayuntamientos, bibliotecas, centros culturales de barrio, etc. Lo que ocurre es que, los que coordinamos los Clubs de Lectura, en su mayoría escritores o libreros, también comemos, pagamos hipotecas y tenemos hijos. Queremos fomentar la lectura, por supuesto, pero que nos ayuden a hacerlo.

«¿Queremos niños y niñas que disfruten leyendo o niños y niñas a los que se les castigue a leer? pregunta Eva Losada»
  1. En líneas generales, ¿qué recepción tenéis en los clubes de lectura que lleváis a cabo?

Lo normal es que se apunten unas 7-9 personas, siempre las mismas. Entre 40-70 años. Mujeres casi siempre. En este país las que leen son mujeres.

  1. ¿Tenéis alguna ayuda de alguna institución a la hora de organizar estas actividades (cesión de espacios, promoción en la web, alguna cuantía económica,…)?

Nada. Es más, promocionamos los libros en redes; esto ayuda a los autores y a las editoriales. Nosotros tenemos nuestro espacio propio, no dependemos de librerías. Pero, dudo de que exista una librería que se niegue a acoger un club de lectura. Cada vez hay más, los necesitan. El Club de Lectura es lo que hace revivir a una librería. Y si, además, das un vino o unas patatas, tienes a fieles lectores bien dispuestos. Y, los escritores, necesitamos a los Clubs de Lectura para que nuestros libros se muevan. A mí me encantan los encuentros con lectores, me lo paso muy bien. Aprendo muchísimo. Ah, y gratis, claro. Nadie te paga por ir a un Club de Lectura. A nadie se le ocurre, ni siquiera, sugerirlo.

  1. ¿Podéis explicarnos la dinámica de un club de lectura como el vuestro?

Anunciamos las lecturas para los próximos dos meses. Las publicamos en redes, durante ese mes escribo algo sobre el libro y el autor. Elegimos muy buena narrativa. Nadie nos dice qué elegir. El mercado no nos condiciona. Es decir, somos libres: Buzzati, Woolf, Berlin, Musil. La semana que viene programaremos mayo y junio. Y el año que viene me gustaría mezclar autores consagrados con autores vivos, que vengan a la CATA y se tomen un vino con nosotros.

Aquel lector o lectora que quiere apuntarse entra en la web, en el Programa de catas. A través de una plataforma se registra.Son muy divertidas y se aprende muchísimo. Más que frente al televisor, en el futbol o en un centro comercial. Acuden de todas las edades y condiciones. Llegan con el libro leído, claro. Algunos no lo han terminado, eso también sucede. El día de la CATA hablamos del autor, sus influencias, su obra y especialmente de ese libro. La CATA dura dos horas y media y siempre la acompañamos de vino, queso, embutidos, etc. Nuestros alumnos acuden gratis, aquellos que no lo son pagan por asistir 10 euros. Si puedo traigo al traductor o bien al editor. El año que viene quiero que vengan autores. Todavía estamos afianzando el club, solo llevamos un año con las CATAS, cada vez vienen más lectores a ellas. Hemos abordado autores como Lucía BerlínDino Buzzati y  Virginia Woolf.

«Las librerías son una buena manera de enganchar a lectores jóvenes- dice Eva Losada«
  1. ¿Dónde- a vuestro juicio- ha fallado nuestro país a la hora de potenciar la lectura (en la familia, en el colegio,…)?

Si tus padres leen, eso no garantiza que tú leas pero la probabilidad de que lo hagas es más alta. Si hay libros en tu casa, sucede lo mismo.

En cuanto a los colegios, el problema es grave. Creo que no eligen bien las lecturas y lo que hacen es desincentivar la lectura, acabar con los futuros lectores. ¿Queremos niños y niñas que disfruten leyendo o niños y niñas a los que se les castigue a leer? Lo primero, sin duda. Por ese motivo, hay que elegir libros que enganchen a los estudiantes. No metas en tu programa La Colmena de Cela o El sí de las niñas de Moratín o a Berceo. Así lograrás que detesten leer. No tienen edad para esos libros, independientemente de si son o no obras maestras. Dejen al niño que descubra más adelante ese tipo de literatura, ayuden primero a que le guste leer. La formación vendrá luego. Edgar Allan Poe, Darhl, Lovecraft o, una joven escritora española: Laura Gallego. Todo lo anterior son muy buenas alternativas. Las sagas de esta escritora, muy buena, por cierto, o un clásico como Sin noticias de Gurb de Mendoza, o incluso los cuentos de Juan José Millás, son libros estupendos, perfectos para atrapar y enganchar a jóvenes lectores. Si el profesor o profesora es un gran lector sabrá qué libros recomendar a sus alumnos.

Las librerías son una buena manera de enganchar a lectores jóvenes.

  1. ¿Qué más podemos hacer? ¿Se os ocurre alguna actividad de dinamización de la lectura para todo tipo de lector?

Los Clubs de Lectura, como sucede en Inglaterra, Francia o Italia. En cada barrio hay un Club de Lectura. Poco tiene que ver con el precio. Nada. Eso son excusas ridículas para el pirateo, pero sobre todo para aquellos que no les gusta leer porque, de niños, nadie les enseñó a disfrutar de la lectura.

Charlas en colegios. Los escritores estamos encantados de ir a colegios e institutos para fomentar la lectura.

Con talleres de escritura. Nosotros tenemos talleres para jóvenes, ellos escriben, leen y publican sus trabajos. Las lecturas que les damos están muy pensadas.

Con buena literatura. El lector no es idiota. Da igual si tiene catorce años o cincuenta más.

Con actividades en bibliotecas y centros culturales.

El Breviario

Continuamos entrevistando a diferentes actores que intervienen en el proceso de creación de un hábito de lectura, Rafa Rubio Imma Aguilar, fundadores del club de lectura y pensamiento político El Breviario
  1. ¿Qué actividades promovéis desde vuestra organización que pueden potenciar la creación de un hábito de lectura?

El Breviario propone la lectura de un libro para ser debatido cada dos meses. No es mucho pero para mucha gente que lee poco, es un reto.

  1. ¿Creéis que hay algún agente o colectivo que debe impulsar fervientemente actividades de este tipo?

Creo que la política está también para eso. Asociar la lectura a las actividades humanas en que media la decisión y la creación lo requiere, pero más allá de eso, debe haber un convencimiento y firme voluntad de la necesidad de fomentar el hábito de la lectura desde la educación

  1. En líneas generales, ¿qué recepción tenéis en los clubes de lectura que lleváis a cabo?

Notamos que a la gente le gusta mucho esta iniciativa y se involucra. El hecho de debatir entre amigos y retarse a leer cada vez convence a más personas. Solemos recibir entre 30 y 40 personas

  1. ¿Tenéis alguna ayuda de alguna institución a la hora de organizar estas actividades (cesión de espacios, promoción en la web, alguna cuantía económica,…)?breviario3

No, qué va. Es una iniciativa privada entre amigos, apoyada también por amigos. Las librerías en que hemos celebrado el club de lectura nos ceden el espacio y se vuelcan a ayudar, muy especialmente Cervantes y Cía.

«La familia influye mucho desde el ejemplo – sentencia Imma Aguilar»
  1. ¿Podéis explicarnos la dinámica de un club de lectura como el vuestro?

Proponemos la lectura de un libro y, a veces, una película/ teatro/ serie siempre en torno a un tema relacionado con el pensamiento político. Siempre es ficción, porque ya bastante ensayo leemos todos por nuestras profesiones.

El libro tiene cierta relación con el tema o mucha, depende. Dos meses después nos reunimos con algún invitado relacionado con el tema o, en ocasiones el propio autor. Debatimos y nos tomamos unos vinos. Siempre informamos y convocamos por redes del tema, la propuesta literaria, la fecha, etc.

  1. ¿Dónde- a vuestro juicio- ha fallado nuestro país a la hora de potenciar la lectura (en la familia, en el colegio,…)?

Creo que es una decisión colectiva y por tanto, política, debe serloLa familia influye mucho desde el ejemplo, desde la normalidad del hábito de la lectura.

  1. ¿Qué más podemos hacer? ¿Se os ocurre alguna actividad de dinamización de la lectura para todo tipo de lector?

Se me ocurre que los escritores sean los que acudan a las tertulias de la TV, los que protagonicen la actualidad.

Se trata de la comunicación.

Casa del Libro

La tercera entrevista de este artículo es a Abril G. de Enterría, coordinadora del Club de Lectura* de Casa del Libro de Gran Vía.

1. ¿Qué actividades promovéis desde vuestra organización que pueden potenciar la creación de un hábito de lectura?

En Casa del Libro, además de contar con espacios fijos y cambiantes de recomendación de títulos, realizamos diversas actividades con las que pretendemos potenciar el hábito de lectura y dar a conocer lo que se publica. Estas actividades van desde las clásicas presentaciones y firmas de libros a noches y semanas temáticas, cuentacuentos y actividades infantiles, encuentros con autores, talleres y ciclos temáticos y clubes de lectura. Todas las actividades son gratuitas y abiertas, con el fin de facilitar el acceso al mayor número de lectores y lectoras. Actualmente tenemos en marcha 13 clubes de lectura que se reúnen mensualmente en ocho de nuestras 39 librerías, algunos de ellos -como el de Rambla Catalunya (Barcelona) y el de Córdoba- de muy reciente creación y el resto con un recorrido que oscila entre uno y cuatro años. Todos ellos se reúnen una vez al mes y es de esperar que poco a poco vayamos ampliando su número. Algunos de estos clubes son generales, como los de Gran Vía (Madrid), Rambla Catalunya (Barcelona) y el Salón de libros perdidos de Valencia; otros son temáticos, como el de literatura policíaca de Valladolid y el de novela romántica de Passeig de Gràcia. Además, contamos con tres clubes de literatura juvenil en nuestras librerías de Maestro Victoria (Madrid), Valencia y Sevilla.

2. ¿Creéis que hay algún agente o colectivo que debe impulsar fervientemente actividades de este tipo?

Considero que estas actividades deben ser impulsadas por toda la sociedad, desde organismos públicos como el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a las consejerías y concejalías de educación y cultura de comunidades autónomas y ayuntamientos, pasando por los centros educativos de todos los niveles, los centros culturales y las bibliotecas públicas -que están haciendo una labor magnífica, al menos en lo que se refiere a la Comunidad de Madrid-, hasta entidades privadas como las librerías, las escuelas de creación literaria, colectivos como asociaciones vecinales y culturales y medios de comunicación. Además, los propios lectores pueden ser agentes activos -y de hecho lo son- organizándose en actividades como los clubes de lectura, y existen experiencias preciosas de grupos que se reúnen desde hace una o dos décadas.

3. En líneas generales, ¿qué recepción tenéis en los clubes de lectura que lleváis a cabo?

Los clubes de lectura que llevamos a cabo tienen una muy buena acogida y son una oportunidad para conocer a los lectores y aprender a través de sus propias lecturas. Contamos con lectores y lectoras muy fieles (en su mayoría mujeres, aunque no siempre), que conforman grupos que varían desde la media docena de participantes a algo más de una veintena, que participan en las propuestas de lecturas sugiriendo temas, autores u obras, y que enriquecen las tertulias con sus experiencias lectoras y vitales. Al tratarse de grupos abiertos, siempre contamos con nuevas incorporaciones y, aunque hay algunas participantes esporádicas y el número suele aumentar considerablemente cuando contamos con la presencia de autores, lo habitual es que se formen grupos heterogéneos que dan lugar a debates muy interesantes.

En el caso concreto del Club de lectura de Gran Vía, que es el que coordino, comenzó hace cuatro años con apenas media docena de participantes y en la actualidad lo habitual es que rondemos la veintena. Si llegamos a superar este número de forma estable, deberemos plantearnos la necesidad de poner en marcha nuevos grupos, de forma que podamos mantener las condiciones que permiten un desarrollo adecuado de la actividad con intervenciones por parte de todos los participantes. Las lectoras -en nuestro caso habitualmente es una mayoría abrumadora de mujeres- valoran de forma muy positiva la presencia de autores, editores y traductores en nuestras tertulias y, además de poner en valor la experiencia de compartir y conocer diferentes puntos de vista, suelen destacar la oportunidad que el club les ofrece para conocer obras y autores o acercarse a temáticas que si no fuera por nuestros encuentros probablemente no habrían despertado su interés y de cuya lectura han disfrutado.

4. ¿Tenéis alguna ayuda de alguna institución a la hora de organizar estas actividades (cesión de espacios, promoción en la web, alguna cuantía económica,…)?

Cada una de las librerías de Casa del libro donde contamos con clubes de lectura habilita un espacio en el que poder realizar las tertulias y todas nuestras convocatorias se publican en la página web casadellibro.com, en el apartado dedicado a eventos. Contamos con cartelería en las librerías, difusión a través de las listas de correo y cuentas de Facebook e Instagram de cada librería; y algunos clubes de lectura, como el de Passeig de Gràcia (Barcelona), disponen de usuarios propios en redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram. La presencia en redes es especialmente importante en clubes como el de literatura juvenil de Maestro Victoria (Madrid), que está coordinado por la bloguera y booktuber del canal de literatura Millones de letras. Este club tiene un fuerte impacto en redes sociales y genera conexiones entre los lectores, que acostumbran a organizar quedadas y es una estupenda manera de promover el hábito lector entre los más jóvenes. Además, es muy importante la colaboración que prestan autores, traductores y editoriales, así como otras personas como las autoras del blog La teva lectura i la meva que participan junto con una de nuestras libreras en la coordinación del club de Passeig de Gràcia.

«La promoción de la lectura es algo que atañe a toda la sociedad- comenta Abril G. de Enterría»

5. ¿Podéis explicarnos la dinámica de un club de lectura como el vuestro?

Desde hace dos años y medio nuestro club de lectura está muy orientado a contar con la presencia de autores o personas relacionadas con las obras propuestas, y la dinámica habitual de nuestros encuentros se resume en una breve presentación del libro y de los invitados, a continuación damos la palabra a los invitados que nos hablan sobre el texto y su proceso de creación y el resto del tiempo al debate con los participantes. La duración de los encuentros es de aproximadamente dos horas y su periodicidad mensual, y durante la tertulia trato de no intervenir demasiado para ceder el protagonismo a las participantes. Aproximadamente una semana antes del encuentro enviamos un correo electrónico a nuestra lista de lectores en el que se contextualiza la obra y se presenta tanto ésta como a los invitados, y después del encuentro enviamos un resumen de la tertulia que sirve a los asistentes para recordar lo comentado y a quienes no han podido asistir para seguir el hilo de los encuentros. Además, con cierta frecuencia publicamos crónicas de nuestras tertulias en Los diablos azules, el suplemento cultural de InfoLibre, que generosamente nos cede un espacio en su sección Club de lectura.

6. ¿Dónde- a vuestro juicio- ha fallado nuestro país a la hora de potenciar la lectura (en la familia, en el colegio,…)?

Como con casi todo, es difícil limitarse a un único espacio en el que se haya fallado a la hora de potenciar la lectura, aunque quizá buena parte del origen esté en los recortes de las partidas presupuestarias dedicadas a la cultura en los ámbitos estatal, autonómico y municipal. Esto, unido a las sucesivas leyes educativas, a la influencia de los medios de comunicación de masas y a la dificultad generalizada de conciliar la vida familiar y laboral, estaría -en mi opinión- en el origen de las causas. No obstante, como comentaba antes, la promoción de la lectura es algo que atañe a toda la sociedad y por ello tanto desde el ámbito público como el privado se debería reflexionar sobre su responsabilidad en el estado de la lectura en nuestro país. Sin olvidar la reflexión personal, pues las acciones y los modelos que desempeñamos cada uno de nosotros a partir de ellas también tienen un efecto en nuestro entorno más próximo.

7. ¿Qué más podemos hacer? ¿Se os ocurre alguna actividad de dinamización de la lectura para todo tipo de lector?

En el caso de Casa del Libro, creo que sería muy positivo extender las actividades que implican un contacto directo con los lectores a todas nuestras librerías, promoviendo actividades menos frecuentes como los recitales de poesía y las lecturas dramatizadas, así como poner en marcha clubes de lectura infantiles dirigidos a diferentes grupos de edad y clubes intergeneracionales. Desde el ámbito público, la mejora continua de la red de bibliotecas y la implantación de programas específicos de animación a la lectura en centros educativos, culturales y bibliotecas, entre otros. Y por supuesto, en todos los casos, aprovechar las oportunidades que nos brindan Internet y las nuevas tecnologías promoviendo blogs especializados, ampliando las secciones dedicadas a la lectura y los libros en los suplementos culturales de los medios de comunicación con presencia en Internet y generando espacios de participación de los lectores adaptados a todo tipo de lector.

 

© de las imágenes: La plaza de Poe, Breviario, Carma Casulá (imagen de la tertulia de Casa del Libro en torno a la novela Como si fuera esta noche la última vez, publicada por Los libros del lince)

* El Club de Lectura de Casa del Libro de Gran Vía se encuentra parado desde el mes de marzo hasta la finalización de las obras de reforma a las que se está sometiendo la librería.

 

Publicado en Zenda