«Esta campaña electoral es un auténtico paraíso para los consultores políticos»

«El debate a cuatro lo ganó Albert Rivera, pero Rajoy cumplió mejor sus objetivos»

La campaña electoral del 26J quizás canse a los ciudadanos, pero para los consultores políticos es «un auténtico paraíso», según admite Rafa Rubio, quien impartió ayer una conferencia en la UCAM. Cree que va a ganar Rajoy, y que en la última semana se dilucirá si Podemos adelanta al PSOE.

Por David Gómez

¿Cómo ve esta campaña electoral tan diferente que estamos viviendo?

Esta campaña es un auténtico paraíso para los consultores político, más allá que el ciudadano pueda estar agotado y los propios políticos también. Nunca se ha hecho una campaña con tanta información disponible para definir mensajes y estrategias. Es tremendamente atractiva para los expertos en la materia, que tienen materia prima suficiente para hacer bien su trabajo. Todo el debate de fondo de esta campaña va sobre la gobernabilidad, y eso favorece en gran medida al PP, porque ha estado en el Gobierno durante cuatro años. También está quedando claro que hay dos partidos imprescindibles para formar gobierno: PP y Podemos.

¿Qué diferencias nota en los principales candidatos, sus estrategias y sus mensajes, con respecto a diciembre?

Son infinitas. Rajoy se presenta desde la presidencia del Gobierno y casi duplica en edad al resto de los candidatos, por lo que aprovecha el elemento esencial de la experiencia. Pablo Iglesias lleva tres semanas proclamándose socialdemócrata, con un tono, un mensaje e incluso una forma de vestir que vienen a suavizar sus posturas con el objetivo de que lleguen a más gente. A Rivera y Sánchez les veo con problemas de posicionamiento. Pedro Sánchez Sánchez en la primera campaña tuvo un papel predominante y ahora ha pasado a un segundo plano. Albert Rivera, el líder político más valorado por sus bases, ha decidido ahora dar más papel más relevante dentro de la estructura de Ciudadanos.

A su juicio, ¿quién ganó el debate a cuatro?

Desde el punto de vista técnico, lo ganó Albert Rivera, pese a su sobreactuación del último minuto. Pero en el plano estratégico, ganó Mariano Rajoy, que fue el que cumplió mejor los objetivos que tenía antes del debate.

¿Qué pronóstico hace para el 26 de junio?

Creo que las elecciones generales las va a ganar el Partido Popular, con distancia considerable respecto a la segunda fuerza política. También pienso que PSOE y Podemos están muy ajustados. Que se produzca el ‘sorpasso’ dependerá de la estrategia de campaña en la última semana. Cualquier cosa que pase en la próxima semana va a ser determinante. Hay muchas provincias en las que los escaños pueden bailar por muy pocos votos.

Usted trabaja como asesor del Partido Popular. ¿Cree que la corrupción pasó ya en mayo y en diciembre de 2015 toda la factura que tenía que pasar?

Creo que eso es una frase hecha. En general, hay un porcentaje muy importante de la ciudadanía descontenta por la corrupción política en general, que afecta más a los partidos que tienen más gobiernos, en este caso el PP. La corrupción nunca dejan de pasar factura. Si la corrupción dejara de incluir, las personas que dejaron de votar a un partido a causa de la corrupción habrían vuelto. Y está claro que no. Quizás no hay mucha más gente que vaya a dejar de votar ahora por la corrupción, pero sí habrá gente que seguirá sin votar por este motivo.

Publicado en La Opinión de Murcia

Conoce nuestras firmas: Rafa Rubio

Conoce nuestras firmas: Rafa Rubio

Ya sabrás que los firmantes de El Subjetivo son gente intelectualmente irresistible. Por si acaso, con este cuestionario –elaborado por Ignacio Peyró, editor jefe de la sección- te invitamos a conocerlos mejor.

IP: Defínase políticamente. Ya, ya sabemos que es difícil.

RR: Conservador inquieto.

IP: ¿Qué le falta –y qué le sobra- al periodismo español de hoy?

RR: Le sobra prisa, anda escaso de reflexión y de dosis de empatía.

IP: Un maestro periodístico. O, ya puestos, columnístico. De aquí o de fuera de aquí.

David Brooks

IP: Las columnas: ¿con “yo”o sin “yo”?

RR: Sin yo (si puedo darme cuenta), en algún caso con nosotros

IP: Las redes: ¿gran tertulia o servidumbre contemporánea?

RR: Ni lo uno ni lo otro, un teléfono con altavoces al mundo, que han hecho posible una utopia: el selfie vital.

IP: ¿Qué temas echa en falta en nuestra conversación pública, y cuáles tienen un exceso de presencia?

RR: Me sobran los que para simplificar retuercen los problemas y me faltan los que se atreven a proponer soluciones complejas.

IP: ¿Seguir el propio interés o inspiración, o escribir pensando en los lectores?

RR: Seguir la inspiración, que escasea y no es cuestión de darla de lado. Y cuando uno disfruta algún lector encontrará, aunque sean amigos.

IP: ¿Sobre qué temas le suele interesar más escribir?

RR: Sobre los que pasaron hace más de 48 horas: el impacto de la tecnología en la democracia y la educación; elecciones, política y políticas, Iberoamérica… soy bastante previsible.

IP: Leer: ¿actividad cada vez más elitista?

RR: Hoy leer es un ejercicio de curiosidad, el único que nos permite descifrar las imágenes con las que percibimos la realidad.

IP: ¿Qué le gustaría aportar a los lectores de este medio?

RR: Un paréntesis entre tanta actualidad

Publicado en The Objective

EL DEBATE DE LA 1 – 04/05/16

¿Cuál es la pregunta que decidirá quién gobierna España? ¿Los líderes de los cuatro partidos salen fortalecidos o debilitados por esta legislatura fallida? ¿Cómo hacer la próxima campaña lo más austera posible? El Debate de La1 entrevistará a responsables de las campañas del PP, el PSOE, Podemos y Ciudadanos, y contará con la presencia de cuatro expertos en campañas electorales, comunicación política, sociología y demoscopia: Rafa Rubio, profesor de Derecho Constitucional de la UCM; Luis Arroyo, sociólogo; Fran Carrillo, consultor político; y Manuel Mostaza, director de Operaciones de Sigma Dos. Junto a ellos, los periodistas Pilar Gómez, directora adjunta de La Razón, y Chema Crespo, director de Público.

Expertos cuestionan efectividad de campañas de troles políticos

Expertos cuestionan efectividad de campañas de troles políticos

Expertos con amplia trayectoria en el estudio y ejecución de campañas políticas internacionales analizan la temática

Dos expertos en comunicación política y redes sociales analizaron para elsalvador.com este tipo de prácticas en el contexto de las denuncias sobre una red de troles políticos que opera en el país, en la que se vincula al alcalde de San Salvador, Nayib Bukele.

“Cuando se descubre que un político u organización está detrás de un ejército de trolls es perjudicial”, asegura el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí. De nacionalidad española y con amplia experiencia en la materia, Gutiérrez-Rubí ha asesorado campañas políticas en España y varios países de Latinoamérica.

Para Gutiérrez-Rubí, “la reputación se ve todavía más perjudicada cuando trascienden contratos o cifras de lo que cuestan dichas estrategias (de troles políticos). Lo que la ciudadanía penaliza realmente es el uso de fondos en campañas negativas”.

Cuestionado sobre la constante tentación que pueden tener los políticos por llevar a cabo estrategias de spam político y troleo, Gutiérrez-Rubi sostiene que la tentación por incluir bots que inflen el número de seguidores de una cuenta “está dada por la obsesión que tienen algunos a evaluar su comunicación online con unas pocas métricas, cuando lo que verdaderamente importa es la generación de relaciones y alianzas y la capacidad de influenciar y motivar a la audiencia”.

“Algunos troleos son más agresivos que otros, más sucios, pero todos buscan desprestigiar al destinatario de la agresión (…) sembrar dudas en los internautas indecisos”, concluye.

Rafa Rubio, asesor en temas de comunicación y profesor del Máster en Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra, en España, sostiene que sigue existiendo “cierta identificación de la red con el volumen”, y los políticos “caen en la tentación de subir el número de sus seguidores, lograr Trending Topics, o difundir información falsa sobre sus rivales”.

José Luis Orihuela, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y autor del libro Los medios después del Internet, asegura que la puesta en marcha de bots y troles con fines propagandísticos “son prácticas que están en las antípodas del concepto de red social como espacio de conversación y suponen una degradación de la comunicación política”.

“Una estrategia de comunicación basada en la mentira y la manipulación es una estrategia equivocada, no es comunicación y es mala política”, añadió.

Éticas o no: ¿Son efectivas estas prácticas?

“La utilización de bots para aumentar el número de seguidores o para lograr un trending topic puede servir en un corto plazo porque aumentan la notoriedad inmediata del político o la organización. Pero al poco tiempo dejan de servir porque no se están usando las redes para crear nuevas relaciones o para afianzar las existentes”, sostiene Gutiérrez-Rubí.

Rubio, por su parte, considera que “no son muy efectivas para mejorar la reputación propia pero pueden obligar al contrario a perder tiempo, y desmentir, contestar, bloquear (…) lo que puede resultar muy molesto”.

Sobre el mismo tema, Gutiérrez-Rubí advierte que “las campañas sucias en todas sus facetas a menudo actúan como un boomerang, puesto que en ellas también se pone en juego la credibilidad, la moralidad y la rectitud del emisor”.

Consejos para los políticos en redes sociales

Rubio aconseja a los políticos que, antes de pensar en las redes como un nuevo medio de comunicación, “que piense las redes como un instrumento que puede contribuir a lograr los objetivos y las usen solo y de la manera que sirvan para lograr ese objetivo”.

Para Orihuela, una buena estrategia en redes sociales debe ser parte de un plan global de comunicación que integra medios convencionales y acciones en el mundo físico. y que no se limita a gestionar los medios propios (cuentas de partido y candidatos), ni los comprados (propaganda electoral en redes), sino que “se enfoca en los medios ganados (electores afines), que son quienes convierten de manera natural los mensajes en corrientes de opinión”.

Según Gutiérrez-Rubí, el político “tiene que aprender a escuchar. Las redes permiten un nivel de escucha atenta, activa, sensata y profunda sobre la opinión y el estado de ánimo de la gente. Sólo después de comprender y escuchar, llega el turno de hablar. Y hay que hacerlo con el mismo lenguaje de la gente, de las redes: audiovisual, infográfico”.
 
Publicado en El Salvador

Entrevista a Rafael Rubio Núñez

Para poner en su integridad la biografía de Rafael Rubio necesitaríamos casi el mismo espacio que el dedicado a su entrevista. Nos limitaremos, pues, a resumirla y a remitir a su página personal (ww.rafarubio.es) a quienes estén interesados en conocer con más detalle sus trabajos, intereses y publicaciones.

Rafael Rubio Núñez es doctor en Derecho tras defender su tesis doctoral sobre el lobby (Los grupos de presión, 2003) y Profesor Titular de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesor visitante en las Universidades de Harvard (1998), Georgetown (1999), George Washington (2008) y en la Scuola Superiore St’Anna de Pisa (2012). Ha impartido o imparte clases en distintos masters y posgrados de la Universidad Complutense, la Universidad Carlos III, la Universidad Pontificia de Comillas, la Universidad de Navarra, el CEU, el Centro Universitario Villanueva o el Instituto Universitario Ortega y Gasset.

Está especializado en analizar la participación política y la incidencia de las nuevas tecnologías en la democracia, especialmente en los procesos electorales. Su ámbito de intereses profesionales se extiende asimismo a la promoción internacional de la democracia en los procesos de transición; al papel de la Iglesia Católica en la promoción de la democracia; y al bioderecho, temas sobre los que ha publicado varios libros y numerosos artículos en revistas especializadas.

Es socio fundador de la empresa DOG Comunicación (www.dogcomunicacion.com) dedicada a la consultoría política y corporativa, con especial incidencia en las redes sociales e internet. Como consultor político ha asesorado a diversos partidos en campañas electorales municipales y autonómicas,  en las elecciones europeas de 2004 y en las generales (para Mariano Rajoy) de 2011. En el año 2008 conoció de primera mano, en el cuartel general de campaña de John McCain, las elecciones presidenciales en Estados Unidos. También ha asesorado y llevado a cabo trabajos de consultoría y de formación para políticos y diplomáticos en México, El Salvador, Venezuela y Perú.  Al margen de la política, ha intervenido en la gestión de la comunicación de las Jornadas Mundiales de la Juventud en Madrid (2011) y Río de Janeiro (2013).

 

Cuando hablamos de asesores o consultores de comunicación política, la imagen que primero se nos viene a la cabeza es la de Toby Ziegler de El Ala Oeste de la Casa Blanca o la de Stephen Meyers de la película Los idus de marzo, pero más allá del retrato que Aaron Sorkin o George Clooney nos han querido pintar sobre vosotros, querríamos saber ¿cuáles son las principales funciones de un asesor de comunicación? ¿En qué consiste tu trabajo?

El trabajo del asesor de comunicación política tiene muchas caras. Siempre que me hacen esa pregunta recuerdo un chiste de Forges que respondía de forma magistral a la pregunta sobre las funciones del ama de casa (y que mi madre todavía no ha despegado de la nevera):
– ¿Profesión?
– Limpiadora, cocinera, doncella, costurera, planchadora, niñera, maestra, telefonista, recepcionista, choferesa, psiquiatra, enfermera, puericultora, economista, matemática, intendente, sensual geisa y amante
– Todo eso no cabe
– Pues ponga “ama de casa”, es lo mismo.

En el caso del consultor político se podría decir: estratega, secretario, asesor de imagen, escritor de discursos, confesor, coach, community manager, psicólogo, compañero fiel, ¿amigo?…

En tu página www.rafarubio.es detallas tu vida y trayectoria pormenorizadamente. Nos gustaría conocer qué camino hay que recorrer, más allá del esfuerzo, estudio e inteligencia, para alcanzar una posición parecida a la tuya.

Yo no sabía que quería ser consultor político pero, a la vuelta de Estados Unidos, decidí someter mi tesis doctoral, al juicio de la persona que más sabía del tema en ese momento. José Luis Sanchís, me recibió, me ayudó con mi tesis y en pocos días empecé a colaborar con él y, de repente, me encontré siendo consultor político. A partir de ese momento, quizás suene a tópico, pero he ido descubriendo que lo más importante es tener claro cuál es el objetivo, y poner los medios para lograrlo. Son muchos los caminos que te llevan a trabajar como consultor político, cualquier trabajo puede ser, de alguna forma, un buen camino pero es necesario entenderlo así y, como decía hace poco Ashton Kutcher al recoger un premio, aprovecharlo (link al video). Además creo que hoy en día, el camino pasa por la especialización. El consultor político general es una especie en extinción, hoy tiene muchas más posibilidades de abrirse camino una persona especializada en leer la opinión pública, un experto en discursos, en debates, en audiovisual, o en comunicación digital.

Tras haber conocido a buena parte de los políticos europeos y americanos, ¿crees preciso tener unas aptitudes necesarias para dedicarse a la política o basta con el asesoramiento adecuado para que cualquiera pueda destacar en este mundo?

Me faltan muchos por conocer, realmente casi todos, pero por lo que he podido ver, es necesario tener una pasta muy especial para ser político hoy en día. Quizás lo más importante sea tener mucho aguante, capacidad de resistencia, una pasión por el mundo político, que no es el más agradable de los entornos laborales, y cierto sexto sentido…

Durante la campaña de Obama de 2008 las redes sociales pasaron a ocupar un lugar destacado dentro de la agenda política, pero ¿hasta qué punto han condicionado el mensaje de los políticos? ¿Ha llegado el momento en que una campaña puede ganarse o perderse dependiendo de cómo se gestionen las redes sociales?

Estoy convencido que en las redes sociales no se ganan las elecciones pero que cada día es más difícil ganar una elección sin entender las redes sociales y las dinámicas comunicativas y organizacionales que generan. No se trata de estar en las redes sociales, sino de entender los cambios profundos que estas provocan en la forma de vivir, de comunicarse, de relacionarse, de organizarse y sus efectos en la sociedad.

¿Crees que la calidad de nuestros dirigentes es tan mala como percibe la sociedad o es sólo una reacción a la mala situación que atraviesa el país?

Los partidos políticos no están adaptados a la sociedad, y sus procesos de selección no responden a una lógica de liderazgo moderno. Sus estructuras y procedimientos internos responden a estructuras sociales más propias del siglo XX y eso afecta a que aquellos que dirigen los partidos, y que terminan ostentando cargos públicos, respondan a criterios distintos a los del mérito y la capacidad, tan necesarios para el gestor público y el avance social.

Internet va desplazando a los medios de comunicación e incluso al Parlamento como escenario del debate público: ¿Cómo puede afectar este fenómeno a la política tradicional en los próximos años?

No es un problema de internet, es un cambio social radical, la comunicación pasa a ser conversación y la seducción, pasa del gustar al convencer. La política tradicional tendrá que abandonar los muros en los que vivía, más preocupada de las luchas internas, y salir a la calle para involucrar a los ciudadanos en la gestión pública. No hay otra alternativa.

En un marco más general ¿Crees que es posible que como consecuencia de la actual crisis se pueda producir un cambio o incluso pueda darse una ruptura dentro el sistema político español?

Estoy convencido. El sistema político tiene que dar respuesta a la realidad, y tengo la sensación que la realidad ya no cabe en este sistema político. Las personas tienen otras expectativas, actitudes distintas, estructuras diferentes y todo ello afecta a su manera de entender el bien común, su papel en la sociedad… o el sistema político es capaz de dar respuesta a estas nuevas demandas sociales, o el choque cultural se lo acabará llevando por delante.

En tu condición de profesor y empresario, ¿qué recomendarías al recién licenciado? ¿Emprender, adquirir experiencia previa trabajando o dedicarse al sector público?

Quizás mi experiencia determina la respuesta. He visto cerrar dos empresas que había empezado, y aprender haciendo, sin miedo a fracasar, es quizás la mejor lección. Se que no están las cosas para ir eligiendo pero ver cualquier oportunidad como un paso adelante, pegarse a buenos maestros, allí donde podamos trabajar, no dejar de aprender, de sorprenderse a diario y rodearse de gente valiosa resulta imprescindible para no dejar de avanzar.

Como profesor de Derecho Constitucional has vivido la implantación del Plan Bolonia y el tránsito de la licenciatura a los grados ¿Cómo crees que evolucionará la Universidad en los próximos años?

Bolonia es una buena oportunidad de poner otra cara al sistema universitario español, de adaptarlo a las nuevas necesidades educativas de una generación, la del milenio, que ya no se conforma con asistir a clase sino que precisa de otras fórmulas para aprender. El problema es que para su aplicación la universidad española necesitaría muchos más recursos que los que recibe y no todo se puede sustituir por buena voluntad y esfuerzo, algo que, por lo general, los profesores estamos haciendo.

Por último, la cuestión común a todos los entrevistados ¿Cómo ves la sociedad española dentro de quince años?

Soy optimista a quince años vista. Tengo mucha fe en la sociedad española que, a través de microproyectos políticos y sociales está adquiriendo un protagonismo cada vez mayor. A pesar de los pesares conservo la esperanza en que las dinámicas que la sociedad ha puesto en marcha acabarán por ser recogidas por los poderes públicos y dando sus frutos. La forma en la que se implemente la ley de transparencia y buen gobierno será un buen termómetro.

Publicado en En Silencio

España se pone las pilas con los lobbies: los regulará… pero de manera descafeinada

España se pone las pilas con los lobbies: los regulará… pero de manera descafeinada

El Grupo Parlamentario Popular ha presentado esta semana una propuesta para regular la actividad de los lobbies. Los expertos en el sector aplauden a medias este avance, ya que se limita al poder legislativo y no se define con exactitud la labor de estos grupos de influencia.

Por Íñigo Zulet

Los lobbies lo pedían a gritos. Y Bruselas también lo exigíaEspaña debía regular la actividad de los grupos de influencia. Y ahora parece que el partido del Gobierno, después de muchas promesas, ha reaccionado y comienza a abordar la normalización de los lobbies: el Grupo Parlamentario Popular (GPP) ha presentado esta semana una propuesta para regular la labor en el Congreso de estos grupos de presión. La medida ha sido aplaudida, pero sólo a medias: se considera un avance, aunque se ha tildado de insuficiente, tanto por la oposición como por los expertos en el sector.

Con el objetivo de “dotar de plena publicidad y transparencia a los encuentros de los diputados con los denominados grupos de interés”, al actual Reglamento de la Cámara Baja, que data de 1982, el PP quiere añadir una disposición para crear, en el plazo de seis meses, un “registro público de carácter obligatorio donde deban inscribirse” los lobbies.

La propuesta gira en torno a tres ejes: registro público obligatorio para los lobbies, una agenda de reuniones y garantizar un código de conducta

La propuesta del GPP se construye en torno a tres grandes ejes: el registro público ya mencionado, una agenda en la que se deje constancia de las reuniones entre diputados y lobbies y, por último, la aprobación de un código de conducta para comprometer a estos grupos de presión “a no obtener ni información o decisiones de forma deshonesta o mediante un comportamiento inadecuado”.

La crítica principal que se le achaca a esta propuesta es que se limite únicamente al poder legislativo. “Lo óptimo sería ampliar los controles al Ejecutivo nacional, entendido como la Administración General del Estado pero también las administraciones autonómicas”, reclama María Rosa Rotondo, presidenta de la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales (APRI). “La regulación nace ya muy parcial, ya que el 80% de la actividad de los lobbies se desarrolla frente al poder ejecutivo”, comenta Rafael Rubio, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid e investigador del fenómeno de los lobbies.

“Es una medida de mínimos”, indica Cristina Moreno, de la Fundación Civio, y añade: “Se deja fuera una parte importante de las actividades que estos grupos pueden hacer a nivel del Gobierno y ministerios”. “Cuando se regula tarde es una buena oportunidad para ser innovadores, y aquí no lo estamos siendo”, lamenta Rafael Rubio.

Para extender la medida al control del Gobierno y los distintos ministerios, la regulación de los lobbies debería haberse incluido dentro de la Ley de Transparencia y Buen Gobierno, pero el PP lo rechazó porque entendía que eran los propios partidos políticos y no los grupos de presión quienes actúan de “enlace legítimo” entre la sociedad y los poderes públicos. En este sentido, desde APRI esperan ahora que el Gobierno ceda y establezca un registro de lobbistas en el Ejecutivo a partir del proyecto de ley de altos cargos presentado dentro de la batería de medidas anticorrupción anunciadas por Rajoy este jueves.

El principal problema es que la medida se limita sólo al poder legislativo, sin tener en cuenta las reuniones con el Gobierno y los ministerios

“Incluir la regulación en la ley es importante en un país como España, donde la toma de decisión y los anteproyectos de ley vienen prácticamente cerrados desde el Ejecutivo”, señala Cristina Moreno.

La agenda de reuniones «no aporta demasiado»

Aunque la incorporación de un cuaderno de reuniones, en palabras de Rubio, “permite ver con quién se reúnen los legisladores para obtener así un mapa de los agentes de influencia”, su existencia no deja de ser “redundante”. ¿El motivo? En esa agenda sólo aparecerán los lobbies inscritos previamente en el registro, lo que “sólo serviría para ver cuáles están más activos”. Para convertirla en un instrumento más útil, este experto propone incluir todas las reuniones de trabajo de los parlamentarios para que esa agenda “sirva de elemento de mayor transparencia”.

El problema que surge con los lobbies no es sólo normativo, sino también cultural y de concepto. El PP, en su propuesta, habla del estos grupos como “personas físicas o jurídicas que lleven a cabo de manera organizada acciones para influir en el poder legislativo en defensa de los intereses comunes de sus miembros”. La definición no gusta a la oposición porque se considera «demasiado genérica y un pelín abstracta”, según Rafael Rubio. Tanto la Izquierda Plural como el PSOE piden mayor claridad y que se explique qué se considera lobby y si las ONGs o los colectivos sociales entran en este concepto.

El problema que surge con los lobbies no es sólo normativo, sino también cultural y de concepto

“Una parte del problema cultural tiene que ver con la regulación. Al no haberla, se tendía a relacionar el mundo de los lobbies con prácticas oscuras, lo que acrecentaba su mala fama”, explica Rubio.

Problemas de definición, una agenda poco útil y la opacidad en las reuniones con cargos o funcionarios públicos que no sean diputados empobrecen el intento de los ‘populares’ de mostrarse transparentes ante la ciudadanía. Y la propuesta tiene más taras: para Civio, el PP no ha tenido en cuenta “otras formas de comunicación que no implican reuniones en persona, como llamadas telefónicas o correos electrónicos”. Asimismo, tampoco se establece un régimen sancionador para los parlamentarios que no estén en la lista previa. “¿Qué pasará si un diputado se reúne con un lobbista no registrado?”, se preguntan.

Publicado en Vozpópuli