¡Madrid, llibertat!

¡Madrid, llibertat!

El equipo estratégico de Díaz Ayuso apuesta por replicar el modelo de discurso del populismo ultranacionalista. Las coincidencias con el argumentario del secesionismo catalán presenta un curioso fenómeno de comunicación política

El pasado 21 de septiembre, Pedro Sánchez visitó la sede de la Comunidad de Madrid como prueba de su voluntad de colaborar institucionalmente con el control de la expansión del virus en la región más castigada de Europa. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, respondió con un discurso ambivalente en el que mostraba su voluntad de llegar a acuerdos pero, a la vez, advertía de que la comunidad no podía ser tratada como el resto, porque era peculiar. Desde el atril, delante de la llamativa hilera de banderas españolas y de la comunidad lanzó su ya popular mensaje de que «Madrid es España dentro de España». En su intervención, concluyó que «tratar a Madrid como al resto de las comunidades es muy injusto».

El discurso de Díaz Ayuso fue objeto de todo tipo de chanzas. La peculiar definición de una injusticia basada en que te traten igual que a los demás tampoco era fácil de asimilar. Sin embargo, en ese momento empezaba a perfilarse una línea de comunicación política que intenta marcar el actual debate público. De la noche a la mañana, el PP madrileño parece haber encontrado una atalaya en la que situarse. Piensa que puede darle una posición ventajosa frente a sus oponentes. La estrategia pasa por replicar la estructura de un discurso nacionalista similar en muchos aspectos cruciales al que ha utilizado hasta la saciedad el movimiento independentista catalán.

El PP ha conseguido extender entre buena parte de sus votantes su posición de un abierto enfrentamiento entre gobierno central y autonómico. De hecho, entre ellos se ha extendido la idea de dos partes enfrentadas a las que se exige buscar una solución. Como explica Rafa Rubio, profesor de comunicación política de la Universidad Complutense, «vamos a seguir encontrándonos la pelea permanente entre dos relatos que utilizan la realidad a su antojo para defender una posición. Cuando hay tantas decisiones entrecruzadas es muy complicado atribuir la responsabilidad a unos u a otros».

El nacionalismo madrileño

Este fin de semana, el periodista Pablo Ordaz recogía en las páginas de El País el testimonio del sociólogo Narciso Michavila, el asesor electoral de Pablo Casado: «Es mi mirada de sociólogo, pero creo que la pandemia ha hecho desde la primera ola que aflore en Madrid un sentimiento que no había aflorado jamás en Madrid, y es un sentimiento de nacionalismo madrileño, provocado en parte por una especie de madrileñofobia que ha podido surgir en el resto de España por temor al contagio. (…) Y yo creo que lo que hace Isabel, y Miguel Ángel Rodríguez, es enarbolar el sentimiento nacionalista».

Efectivamente, todo el trabajo de comunicación desarrollado desde la Puerta del Sol cimenta un discurso basado en un principio conocido de todos: existe en España una región castigada y perseguida por un gobierno central autoritario y antidemocrático ante el que sólo cabe el enfrentamiento abierto en defensa de la libertad, la dignidad y la democracia. Escuchar estos días a Díaz Ayuso supone recordar palabra por palabra las intervenciones de Torra o Puigdemont, cambiando Cataluña por Madrid.

Queda la duda de a quién beneficia la situación actual. Toni Aira, profesor de comunicación política en la UPF Barcelona School of Management, afirma que «esta era la crónica de un estado de alarma anunciado, la teatralización de unos y otros llevaba a pensarlo. Ayuso quería que se le aplicara el estado de alarma para victimizarse y quitarse de encima lo más antipático de la gestión. Se ha mostrado absolutamente incapaz al frente de una crisis de estas dimensiones».

La victimización como elemento movilizador

El principio de victimización, clásico de los nacionalismos excluyentes, pretende extender un impulso de movilización en torno a una serie de símbolos que, supuestamente, se ven amenazados por la vileza y la maldad intrínseca en un poder dictatorial. En el caso catalán lo representaban la Corona y el Gobierno del Estado. Mientras, desde el nacionalismo excluyente madrileño, el enemigo que acecha y ataca es un Gobierno socialcomunista que no conoce límites en su deseo de destruir el propio Estado que debe administrar. Como señala Toni Aira, «es una situación muy esperpéntica y la antítesis de lo que debería ser la acción política y más en tiempos de pandemia».

Al igual que ha ocurrido en Cataluña, el populismo ultranacionalista vive de atribuirse una representación universal que nadie le ha dado. El pacto de los populares con Ciudadanos y la extrema derecha de Vox le permitió a Díaz Ayuso ocupar la presidencia. Desde esa posición ha asumido que lo que ella defiende es lo que los madrileños en su totalidad defienden. Al igual que Puigdemont mantiene que es la voz del pueblo catalán, la presidenta madrileña no duda en mantener que representa a los madrileños en su totalidad. Cabe recordar que el PP en las elecciones autonómicas de Madrid obtuvo el 22% de los votos. Fue apoyado por poco más de 700.000 madrileños. El PSOE fue el partido más votado, por encima del 27% y casi con 900.000 votos. Rafa Rubio cree que «el argumentario del PP reafirma un relato que va mucho más allá del Covid, es decir, la propia utilización de las instituciones por parte del Gobierno».

Atribuirse poderes fuera del marco constitucional

En un esquema idéntico al que sigue el secesionismo catalán, su decisión de imponer un discurso unilateral, lleva al gobierno madrileño a enfrentarse a la legislación vigente que otorga al estado español atribuciones avaladas por la Constitución. La decisión de Pedro Sánchez de aprobar el estado de alarma, ante la negativa de la CAM a seguir las indicaciones del Gobierno, se considera bajo este escenario un acto de opresión y de aplastamiento de los intereses reales de los madrileños que, por supuesto, sólo representa Díaz Ayuso.

Para que este modelo de autoatribuciones funcione son necesarios símbolos que permitan la identificación del grupo dominante. Desde esa perspectiva, la derecha madrileña ha elegido hacer suyas instituciones del Estado en su conjunto, como la figura de Felipe VI. El despertar del sentimiento republicano tras los escándalos hechos públicos protagonizados por el rey emérito sirve de apoyo a un movimiento de defensa de la figura del actual monarca, tan absolutamente innecesario como aparente. La bandera española y el himno nacional pasan a ser los símbolos de una sojuzgada comunidad de Madrid porque, como dijo la presidenta: Madrid es España, dentro de España. Para Toni Aira, «el PP en Madrid ha exacerbado dos tendencias o maneras de hacer política: erigirse siempre como los más liberales pervirtiendo el propio concepto liberal y una especie de nacionalismo madrileño, envueltos permanentemente en la bandera de Madrid».

El conflicto madrileño y el conflicto catalán

Todo lo ocurrido parece haber abierto un «conflicto madrileño» de la misma forma que subsiste el llamado «conflicto catalán». En realidad, en ambos casos, el enfrentamiento surge de la no aceptación de los dos gobiernos autonómicos de la limitación de su poder según la Constitución. Por este motivo, esgrimen con un lenguaje casi idéntico la apertura de un diálogo consistente en que deben ser aceptadas sus posiciones como única alternativa.

La representación de la realidad que pretenden transmitir es sencilla: ellos son los que defienden de verdad a los ciudadanos de sus comunidades, mientras el Gobierno del Estado busca dañarles con saña. No sólo buscan destruirles económicamente, si no que no les importa acabar con la vida de los ciudadanos que los gobiernos autonómicos sí que protegen. La idea que pretende trasladar es que todo lo que viene del Estado maligno y autoritario es negativo para los habitantes de la región, mientras todo el ansiado bienestar proviene de la bondadosa y eficaz administración autonómica.

Ciudadanos en el rol de ERC

Al igual que en el caso catalán, la coalición que sustenta el gobierno autonómico tiene serios rasgos de inconsistencia. Ciudadanos acaba por repetir, para su desgracia, el siempre incómodo rol desempeñado por ERC. Si en Cataluña, Puigdemont acaba por decidir el rumbo de la mayoría independentista, en Madrid, el PP decide con innegociable autoridad lo que hace el gobierno. Ciudadanos superó los 600.000 votos en las elecciones y quedó a menos de 100.000 del PP. Ya nadie parece acordarse.

Ayer mismo, Begoña Villacís, líder de Ciudadanos en el Ayuntamiento de la capital, realizaba unas llamativas declaraciones a los medios en las que mantenía que lo que sucede en la comunidad de Madrid supone «un fracaso de la política» que sólo puede ser superado si las partes en conflicto se sientan a hablar y a acordar soluciones. Sólo le faltó decirlo en inglés: «Sit and talk». Ciudadanos, al igual que ERC, vive en un estrecho habitáculo pese a su amplia representación parlamentaria. No se atreve a enfrentarse abiertamente a Díaz Ayuso para no ser acusado de traición al emergente movimiento ultranacionalista. Tampoco quiere secundar de forma inquebrantable todas las iniciativas del PP para no verse abocado a su desaparición por la inutilidad de su propuesta. Como ERC, es partidario del pacto, pero al final no pacta.

El otro problema que vive Ciudadanos es el de compaginar su papel a nivel nacional con el que desempeña en Madrid como coaligado del gobierno. Rafa Rubio ve que «Ciudadanos ha intentado jugar la misma carta que viene jugando hasta ahora, la de ser el intermediario útil, pero esta es una posición muy compleja cuando se forma parte del Gobierno. Este intento de jugar a hacer de mediador político en Arrimadas funciona, pero en Aguado es difícil de manejar».

El fantasma electoral

Al igual que ocurre en Cataluña, el fantasma electoral sobrevuela sobre la coyuntura actual. En el caso de Madrid, toda la presión actual la tiene Ciudadanos que es es quien sostiene el gobierno de Díaz Ayuso. Tal y como explica Toni Aira: «Ciudadanos parecen ser lo más centristas de la clase, piden sentido común y te vienen a dibujar, con poca lealtad hacia su socio, que si por ellos fuera la cosa se estaría conduciendo de otra manera. Estas diferencias podrían perfectamente no haberlas hecho públicas, como ocurre en otros Gobiernos de coalición, pero quieren ponerse en valor con el fantasma de la posible moción de censura y cuidar la relación con el PSOE».

Algunos analistas quieren ver en el giro ultranacionalista madrileño del PP la posibilidad de forzar un adelanto electoral que le diera una mayoría suficiente para gobernar sin el condicionante de Ciudadanos y adelantando por la derecha a Vox. Parece claro que los populares están marcando la agenda informativa. El actual debate público es el que Díaz Ayuso y sus asesores han buscado. Según Toni Aira, «El PP está encantado con que esto pase y la sobreactuación lo demuestra. Se nota que lo buscaban y, finalmente, cuando les ha caído el premio gordo, están exagerando en la reacción».

Dos frentes fragmentados e indefinidos

La estrategia de Díaz Ayuso y su asesor de cabecera, Miguel Ángel Rodríguez, se apoya en la fijación de dos frentes en conflicto. En realidad, la situación es mucho más compleja. Dentro del PP, no existe un consenso total respecto a que la batalla planteada desde la Puerta del Sol beneficie al PP en su conjunto. Hay quien cree que se trata de posicionar a la presidenta de Madrid como futura candidata a suceder a Pablo Casado y hacerla aparecer como la que mejor puede confrontar con Pedro Sánchez.

Para Vox y Ciudadanos, el actual escenario es más que incómodo. Vox, en Madrid, se queda sin hueco si es el PP el ariete contra el Gobierno de coalición. En toda esta batalla está intentando quedarse al margen colocando la moción de censura de Abascal como su escenario ideal. Ciudadanos vive su particular penitencia. Nada bueno va a obtener de la actual conflagración. Su papel queda desfigurado y sin un rol significativo.

Para Pedro Sánchez, el «conflicto madrileño» choca abiertamente con su propuesta de una respuesta unitaria frente a la emergencia sanitaria y económica. Dos no acuerdan si uno no quiere. Parece claro que la derecha no va a facilitar una posición de consenso nacional en los tiempos actuales. Unidas Podemos necesita tener su propio espacio político. La tensión existente le permite asumir un papel más relevante en sus manifestaciones públicas, aunque, por contra, tiene que resistir un ataque permanente al ser utilizado como flanco prioritario de las embestidas contra el Gobierno de coalición.

Por José Miguel Contreras y Eva Baroja
Publicado por eldiario.es
La comunicación política «es como el maquillaje», indican los expertos

La comunicación política «es como el maquillaje», indican los expertos

«Trata de ocultar aquello que no queremos que se note y destacar lo que más nos favorece», explican los consultores

Por J.M. Requena

La comunicación política «es como el maquillaje», ya que «trata de ocultar aquello de lo que no queremos que se hable y destacar lo que más nos favorece». Así lo explicó ayer Rafael Rubio, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y consultor político en una charla, dentro de los Encuentros de la Juventud de Cabueñes, con Fátima Micheo, exsubsecretaria de Comunicación de Presidencia del Gobierno de la República Argentina. «Es un juego permanente para tratar de destacar lo bueno y hacer pasar desapercibido lo malo, eso es crear agenda política: que se hable de los temas que más nos favorecen, en los que estamos más a gusto, con los que más nos identificamos y nos puedan hacer ganar más votos», incidió Rubio en el coloquio, moderado por el redactor jefe de LA NUEVA ESPAÑA Eduardo Lagar. Cuando no se puede lograr, los gabinetes de comunicación tratan de lanzar «cortinas de humo» con temas que perjudiquen menos al político y que puedan desviar la atención.

Rubio se mostró «dispuesto a trabajar con cualquiera, me caiga bien o mal, siempre que, de salir bien la estrategia, no fuera un perjuicio para la sociedad». Y remarcó que «el único que audita es el mercado, pero a veces premia la falta de honestidad». Para Micheo, «la comunicación política busca el consenso, explicar las medidas del gobierno y generar entendimiento, aceptación y no enfrentamiento», con lo que «debemos trabajar para que se entienda por qué hacemos lo que hacemos».

No obstante, indicó que «se están acelerando tanto los tiempos en la toma de decisiones que se complican mucho el diseño de las políticas y su comunicación». «El denominador común de las políticas de comunicación es el caos: tenemos estrategias de comunicación, sabemos qué tenemos que transmitir, pero después no es tan fácil porque hay pocas ventanas de oportunidad para comunicar lo que queremos», indicó. «Los dirigentes acostumbran a gastar más tiempo respondiendo a los ataques que les llegan», remató.

Publicado por La Nueva España

La Junta de Castilla y León deja fuera de la ley de Transparencia la regulación de los lobbies

La Junta de Castilla y León deja fuera de la ley de Transparencia la regulación de los lobbies

Transparencia está trabajando en un proyecto de huella legislativa para publicar en cada norma todos los documentos del expediente.

La Junta de Castilla y León deja al lobby fuera de la ley de Transparencia que prevé aprobar esta legislatura. Los grupos de presión, que comienzan a estar regulados en autonomías como Asturias, Cataluña o Madrid, no están actualmente regulados en Castilla y León. Ni lo están, ni lo estarán a corto plazo, según las estimaciones del gobierno autonómico, puesto que prevén abordar esta cuestión «de forma integral» en una norma específica.

Así lo explica en su exposición de motivos: «La ley no aborda aspectos vinculados a la participación ciudadana o la regulación del lobby con los que la transparencia presenta una evidente y estrecha relación. La razón no es otra que el propósito de abordar esta materia en una iniciativa específica que contemple de forma integral la participación de la sociedad en la gestión de los asuntos públicos».

En 2013, el gobierno de Mariano Rajoy elaboró la primera ley de Transparencia, a partir de la cual, las autonomías podían ampliar la regulación. En 2015, la Junta de Castilla y León elaboró una norma con «déficits», por lo que la Consejería de Transparencia, de la mano de Francisco Igea (Cs), pretende iniciar «una verdadera política autonómica de transparencia» y un «mejor acceso» a la información.

«En España se ha avanzado en términos de transparencia con la Ley 19/2013 pero es incomprensible que no se haya puesto en marcha una regulación sobre los lobbies. El lobismo informal y opaco manda», lamenta el exdiputado por Esquerra y doctor en Derecho Joan Ridao.

«El anteproyecto de ley de Transparencia de Castilla y León, aunque no la he estudiado en profundidad, es bastante avanzado», valora María Díez, investigadora en Transparencia por la Universidad de Valladolid, que sí considera que se deberían regular estos grupos de presión por transparencia.

Fuentes de la Consejería de Transparencia informan que ya ha terminado el trámite de observaciones de las consejerías, aunque quedan pendientes los informes de los Servicios Jurídicos de la Consejería, la Dirección General de Presupuestos y Estadística y del Consejo Consultivo. Entonces se remitirá el proyecto a las Cortes de Castilla y León.

Por Alba Camazón

La Junta de Castilla y León también está trabajando en un proyecto de huella legislativa para publicar en cada norma todos los documentos del expediente. Aunque todavía no se conoce cómo se aplicará, el objetivo de la huella normativa es analizar cómo ha evolucionado un texto legal a lo largo de todos sus meses de tramitación.

Agendas de altos cargos

De momento, en Castilla y León se mantiene la normativa de 2015, esa en la que el actual gobierno autonómico (PP-Cs) reconoce «déficits». Es decir, la Junta debe someter a la participación ciudadana (individual y colectiva) los anteproyectos de ley, los proyectos de decreto, las estrategias, los planes y los programas. Una vez recibidas las alegaciones, la Junta debe justificar el rechazo total o parcial de las aportaciones.

La actual ley de Castilla y León apenas roza esta cuestión que afecta a la participación de organizaciones, empresas y colectivos de todo tipo. No existe un registro ni se plantea una huella digital que permita saber el resultado de las reuniones. Lo más parecido que tiene Castilla y León es la publicación de las agendas de los altos cargos: reuniones, eventos y encuentros -presenciales y a distancia- que mantengan en el desempeño de sus funciones todos los altos cargos de la Junta así como los presidentes, consejeros delegados, directores generales, gerentes o asimilados de las empresas públicas o fundaciones públicas.

El problema que presentan muchas veces las agendas de cargos públicos es que se queda en lo «superficial», explica a elDiario.es Antonio Castillo, co-cooordinador de un grupo de investigación nacional sobre el lobby. Este catedrático de la Universidad de Málaga asegura que en estas agendas no se comprueba si finalmente se han reunido o no y de qué asunto se habla realmente.

«Yo puedo decir que me reúno con los cazadores, pero en realidad los términos de la reunión son más complicados», ejemplifica. «Al institucionalizar estos grupos de interés, que ya existen, puedes hacer todo más transparente, porque uno de los reproches que se les hace a los lobbies es que actúan en la sombra», continúa.

Castillo insiste en la importancia de «fiscalizar» las agendas públicas para saber con quién, para qué, qué temas se han abordado, si se ha entregado o recibido documentación y qué propuestas están sobre la mesa».

En esta cuestión hay disparidad de opiniones. «Confundimos tres niveles de información pública: la secreta, la confidencialidad y la transparente. Hay que tener cuidado con pedir transparencia, porque para algunas cosas hay que transmitir confianza. Las negociaciones deben ser secretas, pero la trazabilidad, pública», agrega Juan Luis Manfredi, de la Universidad de Castilla-La Mancha. «Quiero ver la evaluación y ver los resultados que ha producido esa llamada de Telefónica al Ministro, por ejemplo», añade.

Registros de lobbies

«Tiene que haber un registro que la gente pueda consultar, sería un gran paso», apuesta Díez, que cree que «no tiene por qué ser malo» un diálogo entre el interés privado de asociaciones o empresas con el poder público. Para esta doctora, es «relativamente sencillo» publicar las actas de las reuniones «aunque sea de forma resumida» en este mundo digital. «Que no piensen que esto no interesa a la ciudadanía», remarca.

La Comisión Europea sí que tiene un registro de estos grupos de interés (grupos de presión o lobbies), entre las que figuran ocho específicamente de Castilla y León, entre los que se encuentran la compañía AB Azucarera Iberia, la asociación agraria Asaja y la sociedad de investigación y explotación minera de Castilla y León (Siemcalsa). Este registro es obligatorio para que estos grupos puedan reunirse con representantes de la Comisión Europea. En España solo existe un registro, el de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC): se trata de un registro voluntario que agrupa empresas, ongs y corporaciones de derecho público.

Ridao cree que debería imponerse un «registro obligatorio» de estos grupos de interés. «En el nivel institucional de la UE funciona un registro voluntario y ello permite enmascarar el lobismo real. También una regulación en la esfera ejecutiva y legislativa, y en el caso del mundo local bajo los auspicios de la comunidad», plantea.

Sobre esta cuestión tampoco hay un consenso, porque los registros pueden utilizarse para dificultar el acceso de la ciudadanía, en función de los requisitos que soliciten. En algunos casos, solo es necesario un nombre, pero se puede solicitar, por ejemplo, un documento que acredite que se trata de una asociación solvente, cuando se puede tratar de una asociación de padres y madres sin gestión económica. Manfredi sostiene que estos registros «no sirven de nada» si no van acompañados de trazabilidad para saber el efecto que tienen estas reuniones.

La huella legislativa

Estos grupos de interés juegan «un papel importante» en la elaboración de las leyes, defiende Francisco Javier Paniagua, doctor en Ciencias de la Información. Estas organizaciones y empresas, que pueden tener intereses sociales o económicos, «tienen mucho que decir y aportar». Pero la clave está en que todo sea con luz y taquígrafos.

Para eso existe la huella legislativa: la prueba pública de la influencia que los lobbies ejercen en un texto legal. «La idea es ver cómo empieza una ley y cómo y dónde cambia», relata Castillo. Es decir, ver qué efectos tiene una reunión con una asociación o una empresa, como un cambio en el cuerpo del texto una vez esté publicado un anteproyecto. «Aunque yo si fuera un buen lobby, me hubiera reunido antes de que se elaborara el anteproyecto y después también, en comisiones, por ejemplo», agrega.

«La transparencia no significa que los que controlan más o tienen más poder no sigan influyendo, pero al menos que se conozca quién accede a los altos cargos», señala Castillo. «El resultado de las reuniones y la rendición de cuentas tienen que ser transparentes», agrega Manfredi.

«Si después de reunirte cambias el borrador, eso quiero verlo. Eso perite evaluar qué grupos tienen capacidad de influencia», destaca Manfredi, que apuesta por que haya una memoria institucional y evaluación de políticas públicas. Este nivel de transparencia no existe actualmente en España. «Durante las deliberaciones no es bueno que haya transparencia, pero después sí, además de la importancia de la evaluación de las políticas públicas», defiende.

Rafael Rubio, profesor titular Derecho Constitucional Universidad Complutense de Madrid, apuesta por «conocer el iter de cualquier decisión pública desde el principio de su elaboración, así como los distintos cambios que a propuesta de afectados, interesados y expertos se han ido introduciendo, con el fin de dotar de mayor transparencia a todo el proceso y permitir a los ciudadanos saber cómo ha evolucionado una norma y en qué sentido». «Esta huella incorporaría no sólo una relación de los actores que han intervenido, sino el momento en el que lo han hecho y la información proporcionada por cualquier vía durante el proceso» refleja Rubio en su artículo ‘La actividad de los grupos de presión ante el poder Ejecutivo’

Los lobbies y los partidos políticos

«Una de las debilidades que tiene el modelo democrático es que los parlamentario están bastante desnudos frente a los lobbies», explica Manfredi, director del grupo de investigación Comunicación Pública: Poder, Derecho y Mensaje, que propone que las Cortes de Castilla y León -y otras cámaras parlamentarias- tengan unos técnicos que puedan elaborar informes propios. «Tienen muy poca información de los asuntos que va a legislar, no hay un servicio de estudio propio que les pueda ayudar a elaborar las normas», lamenta. Manfredi ejemplifica esta situación: Si se propone privatizar la Sanidad, por ejemplo, tendrán que saber qué impacto tendrá esta decisión, cuánto costará… O si se trata de la nueva ley de la caza o los toros, apuesta por que no sean las asociaciones las que presenten sus propios estudios a los políticos, sino que las Cortes tenga un servicio que elabore estudios independientes.

Publicado en eldiario.es

Pedro Sánchez y Boris Johnson, cuando el virus se llama polarización

Pedro Sánchez y Boris Johnson, cuando el virus se llama polarización

Los gobiernos de España y Reino Unido son los más castigados por los ciudadanos en la segunda etapa de la pandemia. Mientras, la Italia de Conte se refuerza y Merkel afianza su liderazgo

El apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez el 12 de marzo, dos días antes de que se decretara el estado de alarma, era del 35%. Ese porcentaje de ciudadanos consideraba que el Gobierno de PSOE y Podemos estaba manejando bien o muy bien la gestión del coronavirus. Era el Ejecutivo europeo que partía con menos apoyo de todos los que YouGov, firma internacional de análisis de datos basada en internet, incluyó en sus encuestas. Solo estaba por detrás México, con un 33% de apoyos.

Seis meses después, cuando España encabeza los datos de contagios en toda Europa, la percepción apenas cambia. Según este mismo banco de datos, el porcentaje de ciudadanos que apoya la gestión del Gobierno de Sánchez es muy similar, del 33%. Ahora solo hay por detrás otro país, Reino Unido, con un 30% de apoyos. Boris Johnson partía de un apoyo mucho mayor, del 55%. Pedro Sánchez llegó a tener en junio, tras terminar la alarma y pasar la gestión a las comunidades, el apoyo del 50% de los ciudadanos. Ambos caen en valoración en mitad de un ambiente de dura crispación, donde la guerra política se suma a la batalla contra la pandemia. En España, la crisis con Madrid termina por dinamitar los puentes entre socialistas y populares. En Reino Unido, la errática gestión de Johnson tiene cada vez más fracturada a la sociedad británica.

Los expertos avisan de que aún es muy pronto para calibrar los efectos de esta segunda ola de la pandemia en términos electorales. Aún el tsunami está sobre nuestras cabezas y es difícil saber si será devastador o remitirá antes de que sea catastrófico. Las señales no son buenas pero queda mucho otoño. Sin embargo, sí que hay elementos comunes en los distintos países que permiten sacar ya algunas conclusiones.

Sin trasvase de votos

«Al final la pandemia es un ‘shock’ que no cambia las cosas en los grandes países sino que acentúa lo que ya estaba pasando. Hay mucha polarización, muchas reformas pendientes que no se han hecho. En Reino Unido pasa igual que en España. A quien no le gustaba la globalización ahora le gusta menos. La gente que estaba enfadada, ahora lo está más. Todo se acentúa. En Alemania no pasa porque no existía ese caldo de cultivo. Para analizar este fenómeno hay que analizar qué es lo que pasaba antes en cada país», señala Luis Cornago, analista en la consultora Teneo.

Desde Londres, Cornago señala las similitudes en la erosión del liderazgo del socialista Sánchez y del conservador Johnson, que ha caído por una gestión llena de bandazos, con mensajes poco claros en asuntos clave como las restricciones o el uso de mascarillas. «En la primera parte de la crisis los gobiernos se beneficiaron del efecto que los politólogos llaman ‘rally around the flag’, el efecto caballo ganador. Los ciudadanos se repliegan, cierran filas, ocurrió en EEUU después de 11-S. Es un clásico. Suben los socialdemócratas en Dinamarca o la CDU en Alemania. En Reino Unido también subió Johnson en los primeros meses. Pero ese es un efecto temporal y aquí se ve muy bien», apunta el consultor de Teneo.

Verónica Fumanal, presidenta de Asociación de Comunicación Política (ACOP), cree que el desgaste de los gobiernos aún no se puede medir. «La mayoría de los gobiernos todavía aprueban por la gestión de la pandemia», anota, «no sufren desgaste porque todavía estamos en medio del tsunami». Los ciudadanos, explica Fumanal, todavía piensan en cómo salir de esta o en qué dimensión alcanzará el desastre pero aún no pasan factura electoral. En España se vio en las elecciones vascas y gallegas, donde sobrevivieron los mismos gobiernos autonómicos. Eso sí, avisa de que se detecta una «radicalización de las posturas», una polarización entre quienes votaron izquierda y derecha, se compactan los bloques.

La subida de Trump y Bolsonaro

Esa polarización se observa sobre todo en Estados Unidos y en España. Según los datos de Pew Research Center, el 77% de estadounidenses cree que su país está más dividido que antes de la pandemia. El 59% de españoles piensa así. Además el 70% de votantes de Donald Trump aprueban su gestión, con una diferencia de 50 puntos frente a quienes la rechazan y no votaron al republicano. España es el segundo país donde esa diferencia es mayor, de 35 puntos, entre la valoración de sus votantes y los que no votaron al PSOE. En Italia la diferencia entre lo que opinaban los votantes de derecha o de izquierda es de 18 puntos.

«Mirar a Estados Unidos o Brasil, con los líderes más populistas, da que pensar porque los datos aseguran que la pandemia ha reforzado a Trump y a Bolsonaro, pese a una errática gestión de la crisis. La polarización les ha venido para mantener o subir su apoyo. En Estados Unidos la proximidad electoral sirve para reforzar el voto natural o activarlo cuando estaba dormido», subraya Rafa Rubio, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.

La diferencia de Conte

El caso de Italia es paradigmático porque la primera ola fue mucho más devastadora en este país que en España y sin embargo el Gobierno de Giusseppe Conte resiste con muy buena puntuación. El 60% de italianos cierra filas con su gestión, según YouGov. «El presidente ha sido mucho más cercano a la oposición y ha contado con un apoyo de Sergio Mattarela, presidente de la República, sólido, que le ha hecho el juego. Se reunió con todos los líderes de la oposición y todo el cuerpo político entró en un modo de negociación, de acuerdo, y eso lo ha promovido de forma muy directa el primer ministro. Ha tomado decisiones visualizando de manera muy clara la profesionalidad, montó el comité de reconstrucción liderado por el exconsejero delegado de Vodafone (Vittorio Colao) que en su momento hizo mucho ruido. Ha ido llegando a consensos y acuerdo de manera visible con muchas partes de la sociedad y con eso ha conseguido involucrar a todos, también con las regiones italianas, que se han sentido copartícipes a pesar de que es un estado mucho más centralizado que España», considera Rubio.

«De momento no observamos grandes sorpresas ni trasvases importantes de votos. El caso italiano es interesante porque hubo elecciones hace pocos días y no se votó en términos de covid. En Corea del Sur también se celebraron elecciones y fueron de continuidad. Hubo muchos artículos al principio de la pandemia que decían que esto era el fin de populismo y la vuelta al centrismo y a los tecnócratas. Tampoco ha pasado eso. Hemos visto que esto no es el fin del populismo ni lo contrario. La marca es de estabilidad en general», señala Cornago.

Salvini cae, ¿cae el populismo?

En Italia el retroceso del partido de Matteo Salvini no puede leerse en términos de castigo al populismo porque en ese espacio de ultraderecha crece otra marca, la de Hermanos de Italia que ha aupado Georgia Meloni. En España, los expertos señalan que aún es pronto para ver qué efecto hay sobre partidos como Vox. «En España está pasando la pandemia pero también otras muchas cosas, la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, la gestión de los fondos europeos, la coalición… De momento, no hay alternativa clara para una moción de censura. Hay que ver qué pasa con Vox. Se está creando un caldo de cultivo que habrá que esperar para ver las consecuencias. España lleva mucho tiempo políticamente jugando con fuego», considera el analista de Teneo.

Manuel Mostaza, politólogo y director de asuntos públicos de Atrevia, cree que hubo cierto desgaste del Gobierno español al final de la primera ola y que al final de la segunda irá a más. Hay ya encuestas, como la publicada por ’20 Minutos’ y el Grupo Heneo, que sí habla ya de desgaste. «Los dos partidos en el Gobierno pierden casi cinco minutos entre los dos respecto a noviembre. El PSOE cae 2,5 puntos y Podemos alrededor de 2,2″, subraya Mostaza. Y eso que «la segunda ola está recién empezada y estamos entrando en ella». «En cuanto acaben los ERTE, qué va a pasar con los ERE, ese es un escenario complicado para cualquier Gobierno», advierte este politólogo.

Las CCAA se salvan, por ahora

El desgaste de momento se centra en el Gobierno de la nación por encima del coste político para las comunidades autónomas. Pero aquí también se abre otra frase. «En las encuestas sobre la Comunidad de Madrid en todas hasta ahora al PP le iba bien. Le iba bien a (Díaz) Ayuso. Qué va a pasar ahora y cuál va a ser el relato que salga de esto. Eso no lo sabemos. Está claro el interés del Gobierno en que las comunidades asuman su parte alícuota de responsabilidad en la gestión, claro, pero está por ver», concluye.

El responsable de Atrevia insiste en que «todo va en función de cómo está afectando la pandemia«. «En Alemania o Suecia, que fue un desastre al principio pero ahora va bien, los gobiernos salen adelante. En Reino Unido o España, con malos datos, hay una erosión importante», destaca Mostaza. «La política mejor valorada en la pandemia ha sido Inés Arrimadas, Pablo iglesias sufre peor valoración que Pablo Casado. Claro que hay un desgaste en el Gobierno. Si exceptúas el CIS, claro», agrega.

«En general todos los gobiernos han salido reforzados de la primera ola. Lo excepcional es desgastarse o quedarse igual», advierte Rubio. «Los países en situaciones sanitarias de crisis, cuando hay un enemigo exterior claro, tienden a unirse y solo cuando avanza el tiempo y se van viendo los resultados en el día a día, cuando se abandona la situación de excepcionalidad, los ciudadanos empiezan a tener un juicio de valor. Mientras, la gestión es tremendamente emocional y suele ser de apoyo al líder», destaca el consultor y profesor de la Complutense.

La crisis económica

Es otra conclusión en la que coinciden todos los expertos. El verdadero coste se verá cuando azote la crisis económica. «El Gobierno va a sufrir de verdad desgaste cuando lo económico empiece a llegar al bolsillo de la gente. Cuando las ayudas que están manteniendo la situación de forma artificial acaben. Habrá un efecto cascada a nivel familiar, empresarial y económico. No solo serán los que se queden en paro, en la calle, sino que habrá mucho más detrás. Además el programa social es el ‘cuore’ de este Gobierno, al menos de su comunicación, no se va a poder cumplir y se van a poner más en evidencia sus contradicciones y sus divisiones internas», señala Rubio.

«El desastre de la segunda ola dependerá de cómo de fuerte sea. En España ya sabemos que es fortísima en relación con otros países. Hay que ver si países como Reino Unido simplemente van un par de semanas por detrás o no llegarán a esos niveles. Dependerá también de las medidas que se adopten. Se descarta un confinamiento como el de marzo pero ya sabemos que habrá restricciones y que la popularidad de estas medidas es cada vez menor. Los ciudadanos están cada vez más cansados. La vuelta al confinamiento es ahora mismo una especie de tema tabú en España. Nadie quiere tomar la responsabilidad y el contexto de polarización y de descentralización de España no ayuda», apunta Luis Cornago. «La estrategia del Gobierno fue esa. Pasar la gestión a las comunidades, porque tenía sentido, era razonable porque las competencias son así pero había también estrategia. (Pedro) Sánchez comparece en Madrid porque reacciona y detecta una demanda de que alguien debe actuar. La gente no sabe bien de quién es competencia cada cosa. El Gobierno central se va a desgastar más también en esta segunda ola aunque es pronto para medir cuánto será ese castigo», apunta este experto.

Fumanal subraya la tabla de valoración de los líderes en septiembre publicada por ACOP. Pedro Sánchez, con datos del CIS está en un 56% de aprobación, lejos del 71% de Merkel, pero también por encima del 41% de Johnson o del 41% de Macron, otro de los líderes europeos que más desgaste esta sufriendo, con elecciones francesas en 2022. «Insisto en que aún los ciudadanos no piensan en modo de recuperación o reconstrucción. Todavía estamos en modo rescate», advierte.

Publicado en El Confidencial por Isabel Morillo

Qanon: este movimiento conspirativo también te desinforma sobre la pandemia

Qanon: este movimiento conspirativo también te desinforma sobre la pandemia

Qanon es un movimiento de EE.UU. que combina teorías de la conspiración, de la extrema derecha y esotéricas. VerificaRTVE empezó a seguir su presencia en las redes españolas hace meses al observar que un canal de Telegram que frecuenta la desinformación mencionaba sus postulados. El análisis muestra cómo algunos usuarios están aprovechando el malestar por la COVID-1 para introducir su agenda política, mezclarla con desinformación sobre salud o simplemente ganar visitas.

Qanon (o Q), que es la vez una teoría de la conspiración y el movimiento de personas que la apoyan, afirma que existe un estado profundo (deep state), un estado dentro de otro estado donde un grupo de poderosos tratan de retener sus privilegios mediante la corrupción. Según ellos, lo conforman las élites de la inteligencia, la política y la economía y lo integran personas como Bill Gates, George Soros, o las familias Clinton y Obama, además de los grandes medios de comunicación. La “verdad” se va revelando a través de filtraciones (drops) que ciertas personas depositan aquí y allá con lenguaje codificado o esotérico. Por eso los qanons se suelen presentar a sí mismos como “investigadores”.

Muchas de estas afirmaciones forman parte de otras teorías de la conspiración, pero Qanon añade peculiaridades. Promueve la idea de que en ese estado profundo ha arraigado una red satánica pedófila y caníbal, y también la de que Donald Trump es el héroe que está combatiendo a esos poderosos corruptos (el establishment). Los qanons creen que con su ayuda una “tormenta” permitirá el “despertar” (the great awakening). Cuando Trump habla de “drenar el pantano” (drain the swamp), una frase de larga tradición en la política estadounidense, para ellos significa que está peleando contra quienes impiden la depuración.

¿Qué hace que esta teoría se esté expandiendo?

Según Rafael Rubio, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid y asesor político, su fuerza es posible por la endogamia de las redes sociales, sus burbujas y la visión parcial de la realidad que eso provoca: “Como en una película de los hermanos Cohen, la sucesión de pequeños hechos posibles (considerados aisladamente) terminan en una visión de conjunto totalmente descabellada. Y aunque desde fuera resulta increíble que alguien pueda llegar a creer y tomar decisiones en función de la misma, responde a una “lógica” interna”.

“El conspiracionismo entronca perfectamente con los miedos y ansiedades típicos de la derecha extrema en torno a la globalización, el multiculturalismo y los encubrimientos gubernamentales, que confluyen en la creencia de que se trata de imponer un nuevo orden mundial. Es por eso que son los grupos más de extrema derecha (aunque no sólo) quienes más lo difunden”, explica Xavier Peitybi, consultor de comunicación política en Ideograma y autor, junto a Sergio Pérez-Diáñez, del libro “Cómo comunica la alt-right. De la rana Pepe al virus chino”.

El movimiento qanonista está entroncando internacionalmente con la corriente negacionista, que rechaza la existencia misma de la pandemia. En España, aunque es todavía una presencia minoritaria, hemos indagado en el movimiento por una razón principal: su extravangancia política está convergiendo con una desinformación sanitaria que, partiendo de estos canales minoritarios, termina amplificada en foros de redes sociales con mucha mayor audiencia.

En una comprobación realizada en agosto, encontramos menciones a Qanon en iniciativas españolas anti confinamiento, anti mascarillas o anti vacunas que a priori se declaraban apolíticas, pero que quedaban impregnadas así de una agenda foránea y extrema. También ocurría al revés: canales nacionales de identidad más política empezaban a incluir en su menú desinformación sociosanitaria, aprovechando el interés que suscita cualquier cuestión relativa al bienestar personal ante la COVID-19.

Crece la popularidad de algunas cuentas que difunden el mensaje qanonista, algunas de ellas muy jóvenes y creadas a partir de marzo al calor del desconcierto del estado de alarma. No disponen de un número de seguidores masivo, pero son muy activas en la elaboración de contenidos y tienen potencial de movilización.

En canales y grupos de Telegram españoles (en los primeros el usuario solo recibe información, en los segundos también puede debatir), el goteo de sus ideas conspirativas se mezcla con asuntos locales que despiertan polémica, aumentando la polarización. Además, algunos canales ofrecen toques pro Qanon aquí y allá sin explicar qué es, hurtando a los seguidores conocimiento básico sobre una corriente que tiene mucho de adictiva y que se ha llegado a comparar con una secta.

Confinamiento y Qanon

VerificaRTVE empezó el análisis por un canal de Telegram ampliamente reportado en prensa, @stopconfinamiento, por recibir desinformación sanitaria desde él con mucha frecuencia. Se creó el 20 de abril para promover protestas contra la “recuperación pacífica e inmediata del espacio público” y oponerse a las prórrogas de la desescalada. El 11 de junio anunció que no convocaría más concentraciones, pero ha seguido proporcionando avisos de otras que se celebran, como la del 16 de agosto en la Plaza de Colón de Madrid, que dio a conocer a muchos el movimiento negacionista en España.

El 14 de agosto contaba con más de 5.200 seguidores y había difundido más de 1.400 enlaces, 600 fotografías, 400 vídeos y 110 archivos. En poco más de un mes (21 de septiembre), ha crecido relativamente poco en términos de suscriptores (5.400) pero ha pasado a más de 2.300 enlaces, 1.000 fotografías, 593 vídeos y 179 archivos (documentos, audios o mensajes de voz).

En sus debates son constantes los argumentos anti mascarillas (199 mensajes las mencionaban específicamente en agosto y 314 lo hacen en septiembre) y anti vacunas (166 en agosto, 243 a 21 de septiembre). Pero decenas de sus contenidos apuntan también a ideas de Qanon. Muy pocas veces se menciona específicamente el movimiento, pero cuando lo hace sorprende que sea para abordar asuntos muy locales. La fuente de un documento distribuido para quejarse a los ayuntamientos españoles de la instalación del 5G procede del usuario “Q Awakening”, y se informa a los miembros del grupo de que cualquier información que se requiera será facilitada por “Q”. Como ya ha contado VerificaRTVE, a día de hoy no existen pruebas científicas sólidas que vinculen tecnología 5G y coronavirus.

Lo llamativo del canal, teniendo en cuenta que es de corte muy nacional (se inspira en el levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra el Ejército francés), es el número de veces que se alude negativamente a Bill Gates (57 mensajes) y George Soros (30). En un sólo día, hay cinco envíos negativos contra Gates (vídeos, fotografías o mensajes). En total, las publicaciones que tratan asuntos Qanon aunque sea sin mencionar a esta corriente (contra los dos inversores mencionados pero también contra los Clinton u Obama; contra los medios; sobre pizzagate o la pederastia, o a favor de Trump, entre otros) ascienden a 155.

“Pizzagate es real”, explican en un comentario sobre el estado profundo, aludiendo a uno de los bulos bandera de Qanon. Según esta historia, repetidamente desmentida por los verificadores, Hillary Clinton y algunos de sus estrategas de campaña sostenían un círculo pedófilo en las elecciones de 2016 que se extiende aún a personalidades de Washington y Hollywood.

Gates y Soros son víctimas preferentes de Qanon y los conspiracionistasSe les asocia con problemas locales y la expansión del coronavirus. “Vídeo urgente!! sobre la oleada masiva de taxis acuáticos con miles de mercenarios salafistas que Jew Soros ha enviado a España durante las últimas horas, y en plena oleada de supuestos rebrotes de coronavirus”, explican en una republicación.

“La agenda global es pedófila, no hay duda de esto ya. Háganse a la idea de que en nuestro país tenemos los mismos dictadores de la moral en el poder”, explican en un mensaje con origen en Argentina. Qanon ha “secuestrado” en las redes internacionales esta supuesta preocupación por los niños y en concreto la etiqueta #Savethechildren. Esto da problemas a ONG que llevan años utilizándola para la defensa real de los menores.

Aunque ni siquiera los hemos contabilizado, también hay numerosas referencias a términos que tienen que ver con “despertar” por oposición al “borreguismo”. “Despierta España”, piden en un aviso sobre la creación del “primer campo de concentración COVID” del país. Se trata de la unidad multiusos habilitada en julio de 2020 en el Auditorio de Zaragoza para pacientes asintomáticos.

Los organizadores del canal aglutinan su imaginario en un mapa de conocimiento llamado “Humanidad2020”. Dicen que en él hay información sobre el “deep state español” aunque conduce a muchas de las ideas engañosas que han tenido ocupados a los verificadores durante la infodemia.

De Telegram a YouTube

El análisis de redes de Qanon suele compararse con la “caída en la madriguera” que experimenta Alicia en el País de las Maravillas, donde este personaje se va topando con paradojas y elementos extraños. En realidad el movimiento es de doble sentido, con descenso al anonimato que proporciona Telegram y ascenso a plataformas tan expuestas como YouTube.

Porque los grupos españoles de Telegram que muestran ideas de Qanon descansan mucho en vídeos impulsados por personas que son, o quieren ser, influentes. Son usuarios muy activos que además suelen solicitar y recibir fondos por lo que consideran un trabajo a través de Paypal u otras vías de pago. En algunos casos promocionan también productos como libros.

Según la herramienta de análisis de Telegram Tgstat.com, entre los canales de Telegram que más menciona @stopconfinamiento están los dos que impulsaron la convocatoria negacionista de Madrid el 16 de agosto. Otros dos canales que aparecen a menudo, y que ya han sido identificados por sus contenidos desinformativos por expertos en redes sociales como Marcelino Madrigal (@soymMadrigal), son @R y @T. VerificaRTVE ofrece sólo sus iniciales. Ambos dedican atención a Qanon y han conocido cierres y bloqueos de sus canales en YouTube por incumplir las políticas de la plataforma, pero siguen activos en ella.

El canal de Telegram de @R, conocido por mantener recientemente un enfrentamiento con una conocida Youtuber especializada en ciencia, apareció en marzo de 2019 y supera los 59.000 suscriptores. Pero su “marca” ya existía en YouTube desde 2014, y cuenta con 146.000 seguidores. En el pasado habló de la presunta conspiración feminista y la del 11-S. Uno de sus vídeos más vistos ahora, según Socialblade.com, es el que titula que la televisión italiana RAI ya anunció en 2015 la creación del actual coronavirus, algo desmentido por VerificaRTVE.

El canal de Telegram de @T, que ya negó el VIH, se creó el 26 de abril y tiene 17.200 suscriptores. Se muestra contrario a los partidos políticos pero algunos de sus mensajes reproducen contenido de la formación de ultraderecha Democracia Nacional, sin representación en el Congreso. Uno de sus comentarios resume la mezcla de imaginarios Qanon que intentamos describir: “Este vídeo descodifica el último mensaje de Trump sobre vacunas. En lenguaje codificado está diciendo que los pederastas son el virus y los militares, la vacuna. Ojo porque en España ha salido una noticia similar, recientemente, lo que indicaría que el ejército español está sincronizado con los marines”. En YouTube, @T está abierto desde febrero de 2020, donde tras un bloqueo de la cuenta ha vuelto a lograr 7.700 seguidores, aunque ha tenido muchos más.

Las menciones a Qanon a partir de estos canales de Telegram y YouTube conducen a un joven conocido como JL, popular en las redes desde hace años por impulsar teorías de la conspiración relacionadas con casos de pederastia como el crimen de Alcàsser o los asesinatos del belga Marc Dutroux en Bélgica. JL ya ha tenido problemas con la justicia y es una de las 20 personas investigadas aún por desinformar en el marco de la causa abierta en 2016 sobre el caso, también sobre pederastia, del Bar España.

“Quiero defenderme con la ley natural, la ley de Dios. La única ley que puede juzgarme es esa ley”, decía en 2019, sosteniendo que su vida corría peligro y que no se le dejaba hablar. Recientemente ha aprovechado las manifestaciones anti mascarilla de la Plaza de Callao en Madrid para lanzar discursos desde este lugar. También ha ido introduciendo el uso de etiquetas Qanon en su canal de YouTubeNació en 2012 y tiene un crecimiento notable. Ha pasado de 63.500 seguidores en agosto de 2020 a 90.440 el 21 de septiembre de este año.

Otro canal de YouTube mencionado en @StopConfinamiento es el de EA, con 139.000 suscriptores desde 2011. En la Red pueden rastrearse contenidos pasados del autor que le vinculan con posiciones políticas antisemitas y de extrema derecha. Además de promocionar continuamente un libro, en su canal incluye noticias sobre Qanon (acerca de Trump, el Gran Despertar o episodios de abuso de menores) y contenidos engañosos sobre la pandemia. Uno de sus vídeos anuncia un “bombazo” y dice que el Hospital de Huesca ha establecido relación entre las muertes por Covid y la vacuna de la gripe. Es otro bulo desmontado en VerificaRTVE. El informe al que alude no está respaldado por el Hospital y, a día de hoy, no existe base científica para culpar del coronavirus a la vacuna de la gripe.

Afiliaciones políticas

¿De dónde parte Qanon?, ¿quién lo apoya? Aunque últimamente aparecen más nombres vinculados al núcleo central del movimientola línea de mando no está demostrada. “Ni siquiera quienes mejor han estudiado el fenómeno, como Adrienne LaFrance, se atreven a decirlo. No están claros ni sus supuestos vínculos con la inteligencia militar. Lo que nadie puede negar es que, con sus contenidos, repican o alimentan muchas de las mentiras y teorías de conspiraciones de Trump. Resumiendo, otra herramienta de manipulación y desinformación al servicio del trumpismo”, explica Felipe Sahagún, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid.

Más allá de influentes como los anteriormente mencionados que tratan todo tipo de conspiraciones y de Qanon están aprovechando el actual tirón, lo que VerificaRTVE ha observado es que los grupos y usuarios españoles que se identifican con esta corriente más directamente, resaltándola en su biografía, suelen mostrar afinidad por ideas de la extrema derecha. No están aparentemente ligados, al menos de modo formal, a ningún partido político español, aunque cuando manifiestan preferencia abierta por uno, es por Vox.

En un canal de Telegram con inicial @R y subtítulo “La Tormenta” al que nos deriva la navegación, la atención combinada a Qanon, a Vox y a información pseudosanitaria es palpable. Tiene más de 2.000 seguidores. Otro grupo de Telegram encontrado, @C, presenta la misma triple oferta: “El sistema intenta defenderse y está levantando “murallas” ante el tsunami que se aproxima”, dicen ante una noticia que advierte del cierre de cuentas de Qanon por parte de Twitter. @C muestra poco más de 2.600 suscriptores, pero está conectado con una página de Facebook sobre “incorrección política” llena de ideas extremistas y racistas. Ahora ha desaparecido pero en agosto tenía más de 22.000 seguidores.

Cualquier vínculo político es difícil de detallar, confirmar o descartar porque el movimiento hace del anonimato su bandera, lo que dificulta la comprobación de identidades. Anonymous afirma que Qanon se creó desde el lado conservador para desacreditar su corriente.

Además, el apoyo a Vox no es unánime. En algunos grupos hay críticas contra la formación -para algunos es demasiado tibia- y sobre todo se echa en cara su apoyo a las vacunas infantiles obligatoriaspresente en el programa electoral. Esto se consideró una traición.

Según algunos comentarios, todos los partidos sin distinción deben mantenerse alejados de la protesta negacionista actual. “Bueno al que insista con el tema política va fuera……ni vox (sic) NI leches ya…lo tenemos superado los que nos desprogramados…políticos en España kaka”, dicen en el canal “oficial” de los Qanons España en Telegram. Se reprocha también en algún grupo la participación en la concentración de Madrid de Carlos Garcés, que fue presidente de Vox en Barcelona. Pero Garcés abandonó el partido en octubre de 2017 y desde entonces solo ha emitido críticas contra la formación en los canales analizados.

Qanon en Twitter

En general los grupos, canales y usuarios mencionados anteriormente tienen mayor alcance que las “cuentas públicas propias” de Qanon en Telegram o Twitter. En esta última red social, @QanonSpain empezó en marzo, en agosto seguía a 684 personas y contaba con 826 seguidores. Entre los únicos 21 seguidores que se identifican explícitamente con algún partido con representación en el Congreso (Vox) está una cuenta que se presenta como Vox en Texas, @TexasVox.

Analizando la etiqueta todavía incipiente #QanonEspaña con el recurso Twitter SNA de la extensión InVid, este arrojó 323 tuits, 776 retuits y más de 1.200 me gusta desde el 1 de enero hasta el 22 de agosto de 2020. Entre los usuarios que la emplearon más activamente, el segundo y el tercero han publicado, además de tuits con información falsa sobre salud, tuits de apoyo a Qanon y a Vox, aunque en algún caso se critiquen aspectos puntuales del partido.

Según el grafo socio-semántico de #QanonSpain proporcionado por InVid (que muestra etiquetas y actuaciones derivadas que estas provocan en los usuarios) las cuentas @voxfloridaeeuu y @vox_newyork participan en conversaciones asociadas a Q, pero en una posición de escasa influencia. Qanon tiene muchas otras etiquetas identificativas que se podrían analizar, como la propia Q, las relacionadas con tormenta, despertar o WWG1WGA (donde va uno, vamos todos, según las siglas en inglés).

El buscador de Twitter Followerwonk muestra más cuentas que manifiestan específicamente el apoyo combinado a Qanon y a Vox en su biografía, algo que no sucede con otras formaciones españolas con representación en el Congreso. Una de esas cuentas, @adelanteVox28A, tiene más de 8.300 seguidores, muy por encima de @QanonSpain, y está apoyada por menciones desde otra cuenta trumpista con más de 58.500 seguidores, @JDPHD2.

En Twitter hay otras cuentas de Qanon en español. La que dispone de una comunidad más amplia abrió en marzo, tiene más de 7.300 seguidores y dirige la mayoría de sus enlaces a una página en inglés de filtraciones (drops). Sigue a 104 usuarios. Solo 27 son españoles.

Muchos de los perfiles tuiteros observados muestran solidez en la herramienta Twitonomy.com (hay congruencia entre lo que afirman ser y lo que expresan). Pero a veces aparecen comentarios que hacen dudar. Una usuaria que utiliza las etiquetas #Vox y #QanonWorldwide en el perfil, @cadarmarian, muy defensora en este caso de vacunas y mascarillas, hace referencia en un tuit a “gobiernos comprados por Soros y por los Qanon”.

Qanon no es unívoco

En realidad el movimiento Qanon no es uniforme y tampoco lo son los canales negacionistas en los que está entrando, por eso es difícil sacar una foto fija del calado real del movimiento o de su asociación con nadie. Las acusaciones de “disidencia controlada” (o pusilanimidad con el sistema dominante) son continuas. Se critica a alguien por no organizar manifestaciones y aprovecharse del esfuerzo actual de los demás. Se menciona el oportunismo. Se debate quién es y quién no es líder.

Algunos promotores destacados de Qanon no se siguen entre sí dentro de la misma plataforma. Y ya antes de la pandemia, algunos foros reflejan enfrentamientos entre algunos conspiracionistas que se han hecho populares ahora. Pilar Baselga, una de las representantes del movimiento negacionista Médicos por la Verdad, mantuvo diferencias con JL hace años.

El propio Trump generó marejada en el mundo conspirativo con dos apoyos: uno a Ghislaine Maxwell y otro a las vacunas. La primera era socia de Jeffrey Epstein, un millonario cercano al poder y acusado de tráfico sexual de menores que se suicidó en prisión y está en el centro de las obsesiones de Qanon.

En cuanto a la vacunación, muchos no han sabido cómo interpretar el giro del presidente de EEUU, que ha pasado de desdeñar la existencia del coronavirus a anunciar una vacuna antes de fin de año. “Creo que yo les gusto mucho, lo que aprecio”, dijo Trump recientemente, reconciliándose con un movimiento que hasta ahora ha estado inequívocamente con él.

En @Stopconfinamiento pueden leerse todavía mensajes que apoyan a Trump. Pero también se manifiesta el enfado. Bajo un vídeo con palabras del presidente recomendando mascarillas, se dice: “Este es el que según DESINFORMADORES de DISIDENCIA CONTROLADA […] va a salvarnos […]. Es DISIDENCIA CONTROLADA, para que te quedes sentado sin HACER NADA, esperando una ayuda que NUNCA LLEGA. Estamos sólos en esta lucha. DESPERTAD YA. Q anon NO OS VA A SALVAR. Sólo vosotros podéis salvaros”.

Qanon como grupo-conspiración todavía no es sólido en España, pero sí se está infiltrando entre los argumentos negacionistas y se está dando a conocer aprovechando la pandemia. Muchas de las cuentas encontradas siguen un patrón claro de crecimiento.

Para el profesor Rubio, el aislamiento ha agravado las circunstancias: “Hace imposible el diálogo y la empatía necesarias para contrastar nuestra visión del mundo con otras visiones diferentes, que son consideradas directamente como artimañas del enemigo”. Según este especialista, “en este ecosistema personal y comunitario los hechos son insuficientes, siempre es posible encontrar hechos alternativos con los que enfrentar al otro, convencidos de estar en la verdad frente al enemigo”.

Las redes de mensajería instantánea, y en concreto Telegram por facilitar la ocultación de la identidad, son propicias para la expansión de este movimiento: “Telegram, que es ampliamente utilizado por la extrema derecha estadounidense y ucraniana para lanzar bulos compartidos –y traducidos- en todo el mundo, ha transmutado a su vez en una herramienta para lanzar también teorías de la conspiración, donde Qanon y sus vídeos tienen un especial predicamento”, explica Peytibi.

La peligrosidad de Qanon

Qanon toma su nombre de un usuario llamado Q que en octubre de 2017 publicó en la red anónima 4chan que disponía de información clasificada. De hecho, la letra Q hace referencia a una autorización especial que se concede en EE.UU. a personas del estamento de la inteligencia para consultar documentos de alto secreto.

Pronto pasó a ser un proyecto de grupo y a funcionar como un videojuego en el que el conocimiento se mostraba a los seguidores a través de pistas (drops) dejadas aquí y allá. Actualmente el FBI lo considera una amenaza potencial de terrorismo doméstico por su capacidad para alentar el extremismo. Preocupa su expansión en EE.UU. porque algunos de sus partidarios han llegado al Congreso.

El profesor Sahagún cree que “a Qanon no se le puede llamar secta mientras no conozcamos bien su origen”. Hay quien apunta el peligro de que se convierta en una religión, y The New York Times se pregunta si es un nuevo Tea Partyuna fuerza política muy conservadora y de alto impacto que también fue percibida como marginal en sus comienzos.

Twitter suspendió en julio 7.000 cuentas vinculadas al movimiento. Dejará de promover sus tendencias y bloqueará enlaces a los sitios que promocionen sus teorías.

Facebook cerró a principios de agosto un grupo con 200.000 miembros y ha constatado que los 10 principales grupos relacionados con la conspiración ya cuentan con 1 millón de miembros, mientras otras comunidades pueden estar incrementando la cifra de alcance hasta los 3 millones. Esta red social volvió a actuar contra el movimiento el 20 y el 22 de agosto.

En Europa, los medios han destacado la presencia de seguidores de Qanon en las últimas protestas anti-confinamiento. El equipo de NewsGuard, un proyecto para el seguimiento de la desinformación, ha detectado en un estudio que Qanon se está extendiendo al Viejo Continente, donde ha convergido con grupos conspirativos muy locales. El informe se centra en Francia, Italia, Alemania y Reino Unido. No hay datos sobre España. “Las noticias contra Q en español han aumentado desde hace unos días. ¿Por qué?” se preguntaba este verano un usuario en uno de los canales españoles pro Q.

Publicado en rtve.es