Abr 4, 2013 | Otros, Transparencia y Gobierno Abierto
Hace unas semanas el programa Salvados de la Sexta emitió un programa sobre el «Lobby Feroz», en el que analizaba la existencia, la influencia y las formas de actuación de estos objetos políticos no identificados. El programa, que podía haber aportado luz en un tema tan necesitado de debate y claridad, puso de manifiesto la dificultad de abordar esta materia de manera objetiva, y lo fácil, y lo peligroso, que puede resultar simplificar más allá de lo razonable.
Empezó el programa con una definición, genérica y confusa, que mezclaba acciones de presión legítimas con claras acciones de corrupción desarrolladas, no por lobbies, sino por las mismas instituciones del Estado. Desde el principio existía la intención de distinguir entre el lobby bueno y el lobby malo, sin entender que la labor del lobby en la mayoría de los casos se desenvuelve en un terreno neutro, en el que existen múltiples opciones difícilmente identificables con claridad en el lado de los buenos y los malos, sino en la defensa de interés contrapuestos que presentan distintos pros y contras.
Planteamientos como el del programa, si bien facilitan al espectador tomar una posición clara y contundente sobre la materia, corren el peligro de resultar claramente antidemocráticos al presuponer una toma de decisión previa por parte de los representantes, en la que decidirían qué está bien y qué mal, y una acción posterior de los lobbies que se identifican con esta posición (los lobbies buenos) que reforzarían la posición del representante. Nada más lejos de la acción de la sociedad civil que, el propio Salvados, defendía en otro programa.
El segundo punto planteaba el lobby como una fuente de desigualdad, de unos ciudadanos desvalidos, que «no tenemos medios para hacer informes» frente a unas estructuras que invierten infinidad de recursos en convencer a los políticos de su punto de vista. El diagnóstico es contundente, pero la solución, una vez más, se plantea de manera poco práctica. Como señalaba García Pelayo hace ya muchos años, «la participación de las organizaciones de intereses en las decisiones estatales no sólo es un hecho, sino que es parte de un mecanismo necesario para el funcionamiento de la sociedad y del Estado de nuestro tiempo», de ahí que sea un error adoptar la táctica del avestruz.
Dada la labor habitual de los lobbies, consistente en gran medida en proporcionar información, no legislar sobre ellas en el sistema político actual supone condenarlos a la oscuridad, facilitando actividades y comportamientos que no se realizarían a la luz del día. Como señalaba Madison, ya en 1780, “existen dos formas de paliar las consecuencias de una facción, la primera eliminando sus causas, la segunda controlando sus efectos. Por una facción entiendo un número de ciudadanos, que unidos por una misma causa, pasión o interés, se enfrentan a los derechos de otros ciudadanos o a los intereses de la comunidad”.
La tercera idea insistía en la resistencia numantina de los propios lobbies a su regulación. Según esta tesis son los propios lobbies los que han ido retrasando e impidiendo que su actividad se regule en los distintos ordenamientos. Sorprendentemente, la oposición a la regulación del lobby ha venido siempre de la mano de los que consideran el lobby como un enemigo de la democracia. Así podemos ver cómo en los debates parlamentarios de la proposición no de ley de 1993 la oposición más dura a su regulación viniera de la mano de diputados socialistas y de IU, que defendían que «el reconocimiento formal y la regulación de los lobbies oscurecen la capacidad del legislador para discernir entre interés público general e interés parcial, limitando también la capacidad de consulta y de concertación por parte de los poderes públicos».
En una línea parecida se manifestó el Diputado de IU Pablo Castellano: «Detrás de todo esto lo que hay es el intento de profesionalización de un conjunto de operadores sociales, que, en lenguaje más coloquial llamaríamos conseguidores, los mensajeros o los presionadores. Vamos a institucionalizarlos. (…) Para el papel del gestor político está la propia ciudadanía y no necesita inscribirse en ningún registro, está inscrita en el registro fundamental: la Constitución española. (…) Nosotros somos muy conservadores, queremos conservar el papel de los partidos políticos, de los sindicatos y de las asociaciones, porque no nos gusta que haya entidades mercantiles dedicadas a la mediación política».
Fueron los gobiernos del PSOE y el PP, y no los lobbies, los que recibieron del Congreso Proposiciones de Ley que pedían la regulación del sector y fueron ellos mismos los que dejaron el tema en un cajón, a la espera de un nuevo escándalo de corrupción. La asociación profesional de los lobistas de España (APRI), que desde su creación ha impulsado la regulación del sector, no ha dejado de encontrar dificultades entre todos los grupos políticos para lograrlo.
Por último, faltaron ejemplos concretos, parecía como si esta dificultad confirmara el carácter clandestino de este tipo de acciones. Aunque quizás, preocupados como estaban en encontrar al ‘Lobby Feroz’ en Bruselas, evitaron encontrar otras acciones de presión que tenían mucho más cerca, en su propia casa: la relación de Miguel Barroso con los socios de la Sexta cuando el Gobierno le concedió su licencia de apertura del canal en 2005. O el protagonismo de la misma cadena en la campaña de las televisiones privadas para lograr que TVE suprimiera la publicidad y no la volviera a autorizar. Sin duda, dos buenos ejemplos de lobby en defensa del interés general.
Mar 21, 2013 | Artículos, Transparencia y Gobierno Abierto
«No hay web sin plaza”, concluía el comentario sobre el artículo publicado por @damienlanfrey, en el que ponía de manifiesto la importancia de que la acción política online se sustente en una continua actividad en la calle, trabajando con grupos sectoriales y locales en la consecución de objetivos concretos. Pero tampoco hay plaza sin web. No es posible lograr organizar un volumen así de actividades y eventos sin haber entendido previamente la lógica de la red. En el caso del Movimento 5 Stelle, lo realmente novedoso es el equilibrio entre ambas, la retroalimentación que el movimiento ha logrado con éxito.
El movimiento ha entendido la idea de red, como algo distinto de la mera tecnología digital. La red entendida como forma de colaboración, no como un canal, con más o menos audiencia, para la difusión de mensajes. Esta colaboración desarrollada por los «grillos», tanto on como offline, sin duda ha resultado imprescindible para la organización de eventos multitudinarios, la certificación de cientos de miles de firmas, en las innumerables gestiones burocráticas del sistema político italiano -que en anteriores ocasiones se habían convertido en un obstáculo insalvable para otros intentos de dar el salto a la arena electoral local-, para consolidar el movimiento y hacer comprender a los activistas qué podían esperar unos de otros. En definitiva, para generar esa columna vertebral suficientemente sólida para sostener el movimiento en momentos de dificultad e incomprensión, que ha habido y habrá.
La red no es sólo aceleración y amplificación de mensajes, es reflexión, estudio, trabajo conjunto. Para muchos de los activistas que forman el núcleo duro del movimiento, este es ante todo una escuela, un grupo de estudio constante. A eso han dedicado años, tanto en Meetup.com como a través de encuentros presenciales, estudiando documentos y procedimientos, trabajando para los miembros del movimiento elegidos en instituciones locales o regionales.
Muchos activistas han usado, durante este tiempo, la metáfora de los “vasos comunicantes”: aquel que es elegido pasa las llaves de la información institucional a la base del movimiento, para que esta base social constituya grupos de estudio y garantice un feedback constante a estos representantes. Lo que ha caracterizado al movimiento no es el compromiso que se limita al periodo electoral, el tipo de participación online más utilizada entre los partidos políticos, sino el compromiso constante y duradero a través del estudio constante, la información crítica, actuando como un verdadero moviento cuya materia prima principal es la información.
En este sentido, ha sido el uso de la tecnología lo que les ha permitido plantear críticas del proceso político, en ocasiones acompañadas de propuestas de reforma. Se trata de una crítica que va más allá de la propuesta puntual y ha sido construida durante años con propuestas o acciones más o menos provocativas, que forman una línea más o menos coherente: críticas del perfil de los elegidos como empleados, al rechazo de la financiación pública de las campañas electorales, la crítica a los medios de comunicación italianos (y al proceso de mediación en general, en ocasiones de manera demasiado simplista), a favor de la reducción del coste de la política y de la introducción creciente de instituciones de democracia directa.
Democracia monitorizada
La crítica ha venido acompañada de una vigilancia constante, desarrollada inicialmente a nivel local, y que ha conseguido atraer la atención de los ciudadanos hacia el movimiento: la monitorización del proceso político de los ayuntamientos (denominado operación ‘respiración en la nuca’) o los mapas de poder local elaborados por el grupo de Florencia. Los seguidores de Grillo se convirtieron en proveedores voluntarios de servicios a la ciudadanía (en Brescia, por ejemplo, el grupo ha creado un blog para informar a los ciudadanos sobre los candidatos a las elecciones locales, recogiendo preguntas y planteándoselas a los propios candidatos) ganándose así el respeto de una parte de la ciudadanía. Protagonistas de lo que John Keane denomina la «democracia monitorizada», que en España Antoni Gutíerrez-Rubi ha bautizado como «democracia vigilada».
De ahí que podamos concluir que más que un «uso innovador de la tecnología», lo que caracteriza al movimiento es su capacidad de combinar la red y la plaza; la capacidad de separar la tradicional unidad del proceso político en un conjunto de acciones de intercambio y estudio y, por otra parte, de obtención y enriquecimiento online de los contenidos de la plaza. Ha mostrado una gran atención a los procesos claves en la sociedad actual: la monitorización, el compromiso, la mediación y la organización de los tiempos y los recursos.
Como se ha demostrado durante las últimas semanas, esta combinación es todavía insuficente para adoptar decisiones políticas, que no pueden ser simplemente el fruto de un trabajo de agregación de propuestas. En este punto se echa en falta una verdadera plataforma deliberativa, que permita realizar esta labor que a partir de ahora resultará imprescindible, y que servirá para garantizar la democracia interna (elemento que les distinguiría del resto de fuerzas políticas).
Algunos se han apresurado a criticar sus primeros movimientos legislativos. Para otros, el protagonismo de Grillo, que hasta ahora ha resultado imprescindible, puede empezar a estorbar al propio movimiento. De todas formas, la entidad del movimiento merece seguir atentos al desarrollo de un experimento que sigue en fase beta, a la capacidad de seguir aprendiendo de sus errores para construir un nuevo modelo de creación de políticas públicas que consiga involucrar a un número creciente de ciudadanos en el ideal del ciudadano vigilante e informado de Michael Schudson. De su acierto depende su futuro y, quizás, el de la democracia tal como hoy la conocemos.
Mar 7, 2013 | Artículos, Transparencia y Gobierno Abierto
En las dos últimas semanas se han publicado una decena de artículos sobre el, su líder Beppe Grillo y las posibilidades de que en España se produzca algo similar. Entre ellos destacaría algunos como el de Xavier Peytibi, Manuel Castells o, en estas mismas páginas, el de Angela P. Martin.
Entre lo publicado fuera de España me resulta especialmente interesante el análisis de Damien Lanfrey, que viene siguiendo el fenómeno desde el año 2005 (cuando se llamaban Amigos de Beppe Grillo). Durante este periodo ha podido hablar con activistas de más de 40 grupos locales, investigar los debates internos desarrollados en internet, … de ahí que haya decidido convertir este artículo en una glosa de su texto.
Mientras que los análisis publicados inciden en el personaje de Grillo, en la historia del movimiento y coinciden en adjudicar gran parte del éxito a la fragmentación de la clase política italiana y el abismo que les separa de la sociedad italiana, Damien Lanfrey va mucho más allá y nos aporta información muy valiosa para posible intentos de réplica.
Como señala, “no son pocos los movimientos que, a pesar de la fragmentación de las élites, no han logrado hacerse un hueco en la agenda política”. De ahí la importancia de buscar en otro sitio el “secreto de su éxito” y las diferencias con otros movimientos del momento, con raíces similares, como podrían ser los indignados.
Señala la existencia de un voto estable del partido, en algunos casos decidido hace años y luego mantenido en el tiempo. Se trata del voto de los miles de activistas que son la columna vertebral del movimiento y que Lanfrey conoce bien, por llevar años en contacto estrecho con ellos.
Un apoyo creíble, duradero y a menudo estratégico
Lo primero que destaca es la vinculación con la ciudadanía. Una vinculación “prolongada, continuada”, la única que logra eficazmente hacer que la gente se involucre en la acción colectiva. Son ocho años de contacto constante, con la presencia habitual, y colorida, en las plazas de las ciudadades, construyendo lazos, sobre el terreno, con el mundo del asociacionismo, con grupos de activistas, relacionados habitualmente con la izquierda y que “han encontrado en el movimiento un apoyo creíble, duradero y a menudo estratégico”.
Este apoyo consistía en la cesión de sus canales de comunicación online, amplificando los mensajes de protesta y cambio; la difusión, y en ocasiones la traducción de estos mensajes al lenguaje ciudadano; la organización de eventos, siempre de manera transparente, dando la cara, como corresponde a un movimiento propio de la sociedad de la información. Esto lo han hecho con grupos como el NoTav, el Forum Italiano dei Movimenti per l’Acqua Pubblica o el Movimento delle Agende Rosse, hasta llegar a colaborar con una cantidad enorme de asociaciones mucho menos conocidas como Arcipelago SCEC y la red de grupos de compras cooperativas como ReteGAS sul fronte economia sostenible.
Internet es un contenedor vacío sin los contenidos que proporcionan los territorios y estos se conquistan, realmente, con el trabajo en la calle. Como escribía recientemente Mozorov, las redes sociales pueden ser perjudiciales para los movimientos sociales. Grupos como el Partido Pirata serían el ejemplo de lo contrario, incapaces de generar verdadera implicación de la gente, a pesar de contar con una estupenda plataforma de e-participación como LiquidFeedback. Como señala Lanfrey, “No hay web sin plaza”.
Mar 6, 2013 | Cursos, Otros
La gente de políticaredes suelen organizar saraos de lo más interensantes, he podido participar en alguno de ellos y la impresión ha sido siempre buenísima. Ahora se han lanzado a la piscina con un nuevo proyecto que, a juzgar por el programa, promete ser un nuevo éxito.
Se trata de un Foro sobre regeneración democrática y ciudadanía que se celebra el próximo jueves 14 de marzo desde las 9 en el Ateneo de Madrid.
La lista de participantes, entre los que me incluyo, abarca gente de distintos campos, todos muy activo s en la red y conocidos por su capacidad de decir cosas interesantes. Los temas son importantes, especialmente en este momento en el que sabemos que necesitamos reformas pero no acabamos de ponernos de acuerdo en la forma de afrontarlas: lobby, transparencia y Open Data, ciberactivismo, las oportunidades que ofrecen las redes sociales, y el papel de los medios en este nuevo escenario.
Dejo aquí el programa para que veáis que no os engaño 😉
PROGRAMA Jueves 14 marzo. La Sección de Información y Comunicación del Ateneo de Madrid presenta:
- 9:00 Llegada de Asistentes
- 9:15h. Bienvenida.
- Carlos Gutiérrez – Creador de Política Redes y Socio Director de Gutiérrez Comunicación @GutierrezCarlos
- 9:30 h. Conferencia: Una apuesta por la Regeneración Democrática
- Benigno Pendás – Director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales
- 10:15h. Conferencia:Huida hacia adelante
- Rafa Rubio – Socio Director de Dog Comunicación y Profesor Titular en la Universidad Complutense de Madrid @RafaRubio
- 11:00h. Lobby/ Public Affairs: ficción y realidad
- Joan Navarro- Socio y Vicepresidente de Asuntos Públicos de Llorente&Cuenca @JoanNavarro0
- María Rosa Rotondo- Presidenta de la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales (APRI). Lobista profesional @mrrotondo
- Yolanda Román – Reincidente en LasReincidentes.es @stricto_sensu
12:00-12:30 Pausa
- 12:30h. Mesa Open Data: Transparentar las organizaciones políticas mediante una estrategia Open Data
- Marc Garriga- Experto en transparencia y procesos de apertura de datos @mgarrigap
- Alberto Ortiz de Zárate- Experto en Gobierno Abierto. Creador de Open Data Euskadi @alorza
- Carlos de La Fuente- Experto en Tecnologías de la Información y especialista en Open Data @carlosdlfuente
- 13:30h. Mesa ONGs: Ciberactivismo
- Emilia Sánchez– Responsable de Relaciones con Las Cortes y la UE – Intermón Oxfam @LaBruixa
- Miguel Angel Calderón – Director de Comunicación – Amnistía Internacional España @morchin
- María José Caballero – Directora de Campañas – Greenpeace @mjocaballero
- 16:00h. Mesa Guías de estilo y redes sociales: La información de las instituciones al servicio de la ciudadanía.
- Cristina Juesas – Responsable de Comunicación en la Fundación Euskampus.@Maripuchi
- Antonio Ibáñez Pascual – Responsable de Gobierno Abierto y Presencia en Internet” – Castilla y León @aibapas
- Miguel Gonzalo – Webmaster de Congreso.es @miguelgonzalo
- 17:00h. Mesa Medios. El papel de los medios en la Regeneración Democrática
- Juan Luis Sánchez – Subdirector El Diario.es @juanlusanchez
- Borja Ventura – Periodista. Creador de Sesión de control @borjaventura
- Sonia Sánchez – Jefa Política Cadena SER @sanchez_sonia
- 18:00h. Cierre evento