Internet y participación política en España
Opiniones y Actitudes
Eva Anduiza
Marta Cantijoch
Aina Gallego
Jorge Salcedo
Centro de Investigaciones Sociológicas
MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA GOBIERNO DE ESPAÑA
Opiniones y Actitudes
Eva Anduiza
Marta Cantijoch
Aina Gallego
Jorge Salcedo
Centro de Investigaciones Sociológicas
MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA GOBIERNO DE ESPAÑA
Felipe Heusser nos presenta Smart Citizen y nos explica en qué consiste el cambio de ecuación del que estamos hablando. Se trata de un cambio en la teoría política que introduce nuevas variables en la ecuación. Su proyecto está centrado en Latinoamerica.
Tenemos algunos buenos ejemplos como mysociety, Fundación ciudadano inteligente. Está centrada en latinoamérica. Comenzaron con votointeligente.cl, que reúne información, aplicaciones… Evaluaba la transparencia de cada político en función de lo que cada uno subía a internet. Se pueden elegir temas, políticos e incluso comparar. Ofrece a los ciudadanos la posibilidad de publicar y ofrece una aplicación, media naranja política, en la que se puede elegir al político más similar.
Han adaptado fixmystreet para denunciar, en Chile, los abusos de la campaña electoral. Además están recogiendo las promesas de los candidatos para poder ejercer el control una vez que sean elegidos.
El problema en la región es que dependen de la penetración de internet, ya que la televisión sigue siendo preponderante.
La clave son los proyectos, 1. identificar problemas, 2. construir herramientas que den solución, 3. Adaptando herramientas a nuestra realidad.
Es el turno de Grigorii Shvedov, director del Caucasian Knot, que insiste en la necesidad de lo local en las luchas globales, y su empeño en dar voz a la gente de la zona con el objetivo de que la gente pueda conocer la situación.
El sábado un montón de personas abarrotaron el centro de Madrid para pedir al Gobierno la retirada de la ley que convierte el aborto en un derecho de la mujer durante 14 semanas, y solicitar medidas de apoyo a la mujer embarazada como vía muchísimo más eficaz para luchar contra este drama.
A pesar de algunos intentos identificar la manifestación con los obispos y el PP, hay que reconocer que acontecimientos como éste son también parte de la vitalidad de la sociedad civil española.
No cabe hablar de estrategias políticas ocultas, ni de falsos disimulos, la manifestación del sábado fue el fruto de mucha gente convencida y dispuesta a emplear su tiempo y su dinero para defender sus ideas frente a lo que consideran un error político de trágicas consecuencias. ¿No es esto la sociedad civil? Hasta El País terminó reconociendo su error de tapadillo, diciendo algo así como «el PP se apunta a la manifestación», lo que no deja de ser curioso cuando llevaban días editorializando sobre su participación activa en la organización de la misma.
Hazteoir aprovecha el éxito de la manifestación para lanzar una nueva campaña online que tiene como objetivo la retirada de la ley. Al mismo tiempo Yopolítico.org lanza una campaña de apoyo a la ley, en la que solicitan enviar correos electrónicos a las diputadas, en defensa de la misma. No puedo estar más de acuerdo en esa decisión de entrar limpiamente en la batalla de la sociedad, la «batalla de las ideas», y, aunque el texto no puede evitar cierto olor a argumentario de Ferraz, se agradece haber prescindido de la demagogia barata de «sus mayores». La batalla social está servida y, o mucho me equivoco, o provocará resultados distintos, éxito de lo social y fracaso de lo político para unos, y viceversa para los otros.
Me parece muy bien que la neonata yopolítico, superado su tiempo de gestación, se «atreva» con la madura hazteoir, sabiendo que la comparación a estas alturas puede resultar pasmosa, pero momentos como éstos son los que hay que aprovechar para empezar a crecer.
El viernes tuve la suerte de tomar un café con uno de sus fundadores, Francisco Polo. Buena señal la de querer conocer a aquellos que se interesan por el proyecto, presentarles sus ideas y escuchar las opiniones. Tienen las ideas bastante claras, un posicionamiento evidente y aunque creo que van a pasar un tiempo en los cuarteles de invierno, el estar de acuerdo con el gobierno supone para una parte de la sociedad civil estar de acuerdo con sus ideas, y van a encontrar ahí, en tener la libertad de disentir con el PSOE, su principal reto.
Les auguro grandes éxitos, vienen a ocupar un lugar vacío y muy necesario para la vitalidad democrática de este país.
No suelo tratar de ciencia en este blog. Quizás porque en las ciencias sociales estamos tan acostumbrados a que no nos consideren ciencia que se nos olvida, pero esta oportunidad no podía dejarla pasar
Investigar en la Universidad es tarea casi imposible, especialmente para los jóvenes, llevo años intentándolo, intentando que me proporcionen los medios indispensables para hacer mi trabajo, y me confieso un auténtico fracasado. Siempre hay pegas, las últimas de antología del disparate. Un proyecto coordinado de más de 50 investigadores, de 10 disciplinas distintas, y que mezclaba jóvenes y experimentados investigadores (tal y como parecía promover la convocatoria) va camino de ser rechazado,(he presentado 20 folios de alegaciones) por falta dde experiencia y ausencia de multidisciplinariedad, realmente alucinante.
Si esto ha sido asi hasta ahora, infinidad de horas perdidas intentando que me dejen hacer mi trabajo, no quiero ni imaginar qué se nos viene encima. Crear un Ministerio y rebajar el presupuesto existente es un sinsentido que parece una broma, pero por desgracia no lo es. La España del ladrillo y el paro, necesita investigación, no hay otra alternativa sino queremos convertirnos en uno de los grandes perdedores de la globalización. Gracias a los organizadores de esta iniciativa podemos desahogarnos y comprobar que en esta España que bosteza, a veces, algunos se despiertan. Aunque sólo sea por eso habrá merecido la pena.
Comentabamos ayer algunas reflexiones de Lassalle sobre la Constitución, hoy le toca el turno a sus reflexiones sobre el poder y la sociedad civil.
Una aclaración previa, aunque Lassalle centra su primera conferencia en el poder del ejercito, pero en sus conclusiones insiste en que todo lo dicho es perfectamente aplicable a cualquier oto poder organizado dentro del Estado. Pone como ejemplo los funcionarios de justicia o los empleados de la administración pública…
Lo que me resulta especialmente interesante es la contraposición constante que realiza entre el poder de la nación, «un poder desorganizado, inorgánico» y el poder organizado, que aunque en realidad sea menor, resulta a la larga más eficaz que el poder, mucho más grande, de la nación. Es algo que he podido comprobar de primera mano en México, donde el PRI que todavía conserva una maquinaría de poder estatal y local impresionante, o el PRD en la Ciudad de México que supo construir un poder semejante, ha arrasado en las elecciones, gracias a su organización, su capacidad de movilizar a su ejercito de votantes, el famoso voto duro. Mientras una masa de gente poco politizada, de la que se reserva para los momentos cumbres, las Presidenciales, se quedaban en su casa, viendolas venir, sin entender que la derrota electoral en las elecciones locales tenía mucha más importancia de la que parecía, consolidaba el poder organizado, les hacía más débiles.
Lo explica bien Lassalle: la sociedad civil, el poder de la nación, «no está organizado; la voluntad de la nación, y sobre todo su grado de acometividad o de abatimeinto, no siempre son fáciles de pulsar para quienes la forman; ante la inminencia de una acción, ninguno de los combatientes sabe cuántos se sumarán a él para darla.» El poder organizado el real vive del pueblo, «compra los cañones con su dinero; los construye y perfecciona gracias a las ciencias que se desarrollan en el seno de la sociedad civil. Ya el solo hecho de su existencia prueba , pues, cuán grande es el poder de la sociedad civil, hasta dónde han llegado los progresos de las ciencias, de las artes técnicas, los métodos de fabricación y el trabajo humano. Pero aquí viene a cuento aquel verso de Virgilio Sic vos non vobis!» «Estas razones son las que explican que un poder mucho menos fuerte, pero organizado, se sostenga a veces, muchas veces, años y años, sofocando el poder, mucho más fuerte pero desorganizado, de la nación». El secreto, y la lección, se encuentra en que este poder «constituye una organización perfecta, puesta en pie y preparada para afrontar la lucha en todo momento, razón por la cual es siempre, a la larga, como hemos dicho, más eficaz y acaba siempre, necesariamente, dando la batalla a las fuerzas aunque más pujantes, inorgánicas, y dispersas del país, que sólo se aglutinan y unen en momentos contados de gran emoción».
No es casualidad que aquellos que aspiran a perpetuarse en el poder tenga entre sus prioridades la colonización de la sociedad civil, el ocupar su espacio natural, dificultando su organización o incorporandola a sus estructuras de poder organizado, algo que las constituciones bolivarianas procuran hacer incluso antes de su entrada en vigor.
De ahí que el propio Lassalle recomendará a este poder de la nación, el de la sociedad civil, aprovechar sus instantes de triunfo, sus demostraciones de fuerza, para transformar el poder organizado, y de una serie de recomendaciones que adapto, con fidelidad, a los poderes de nuestra época, confieso que pensando en los partidos políticos y los cargos públicos:
1. limitar el tiempo de permanencia en sus filas, para evitar que se le infundiese un espíritu de casta y garantizar la renovación…
2. Disponer que los cargos orgánicos no fuesen nombrados de arriba a abajo, sino elegida por los propios cuerpos de base, para que estos cargos no se proveyesen con intenciones hostiles al pueblo y no se contribuyera de este modo a seguir haciendo un instrumento ciego de poder.
3. Someter en todo aquello que no tenga carácter puramente xxx (yo diría político), a los Tribunales ordinarios de la nación para que de este modo fuera acostumbrándose a sentirse parte del pueblo y no una institución de mejor origen, una casta aparte.
Algo así parece que está intentando el nuevo gobierno socialista del País Vasco, en la policia, la educación, la televisión… quizás por eso mismo el PNV se empeña en mantener el poder en la Diputación de Alava, y no se termina de entender bien porque el mismo Partido Socialista se lo permite.
Las consecuencias de esto, la separación entre política y sociedad, y la creación de una sociedad civil tremendamente politizada, terminan generando la desafección que refleja la última encuesta del CIS, y eso sí que es un peligro para la democracia, como advierte Lassalle, «un día a fuerza de ver cómo los asuntos nacionales se rigen y administran tercamente contra la voluntad y los intereses del país, se decide a alzar frente al poder organizado su supremacía desorganizada».