La sociedad civil amplía su acción con los «lobbies»
Mercedes Serraller
Expansión
Mercedes Serraller
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A la… va la vencida y esta vez la remodelación de la página web del PP ha gustado a casi todos. Al margen de algunos hackers que pretenden hacer de las fallas de seguridad un problema, y algunos medios que lo convierten en noticia, las reformas en la sede online del PP han merecido la pena. Con problemas de plazos, nadie cumple los plazos en las obras, y a expensas de futuras sorpresas, con las cañerias nunca se sabe.
Lo cierto es que críticos habituales, como Elentir o Daniel Rodríguez-Herrera, que no han dudado en señalar los defectos de las distintas actuaciones del PP en internet, coinciden en sus felicitaciones, algo que por el historial no resulta sospechoso.
Yo tengo poco que añadir, es limpia, atractiva, orientada a la participación… enhorabuena. Coincido con Daniel en los tiempos de la información, y con Elentir en la no integración de los blogs, quizás por limpieza, quizás por pereza, pero dónde me gustaría insistir es en el para qué. La web se ha presentado como la nueva sede del PP y ahora tocará empezar a vivirla, y ahí en el roce de la convivencia diaria pueden empezar los problemas. Siento repetirme pero el 2.0 no es un sólo problema de plataforma, ni de diseño, es cuestión de mentalidad, y si se abre la sede del partido habrá que recibir a las visitas, hacerles un tour, escucharlas, invitarlas a tomar algo y…, si es menester, recordarles que se está haciendo tarde y que estos señores tendrán que cenar para que se vayan a su casa… Y eso requiere intención y atención, voluntad y equipo. Ayer ya presumían de falta de ancho de banda, problema técnico un poco infantil que se ha convertido en motivo de orgullo, pero hay otras faltas que me preocuparían más, las falta de cuidado, el preocuparse mucho de la decoración y poco de las personas, el pensar que ellos ponen la sede y otros el botellón, las visitas preferiran quedarse en casa, aburridos de la charla insustancial y los besos de la abuela, de tener que volver a ver las fotos de familia, o el video de la boda… y no hay nada más triste que una casa bonita cuando se queda vacía, una casa de nadie.
Recluido involutariamente en casa, esperando que la gripe porcina se manifieste pero sin mucha esperanza, tengo cierta sensación absurda, como esperando nada. La alternativa, ser declarado irresponsable number one y enemigo público de la sociedad tampoco me termina de seducir así que no queda otra que aprovechar.
Recluido involutariamente en casa, esperando que la gripe porcina se manifieste pero sin mucha esperanza, tengo cierta sensación absurda, como esperando nada. La alternativa, ser declarado irresponsable number one y enemigo público de la sociedad tampoco me termina de seducir así que no queda otra que aprovechar.
Entre libro y libro (F. Werfel sublime, Sharpe vomitivo, el niño del pijama a rayas, sobrevalorado…) me he puesto a ordenar el despacho. Los trasteros suelen ejercer de excusa literaria, y aunque pequen de obvios, se convierten en una cámara sin gravedad en el que quedar aislado, sin sonido ni tiempo. Entre folios, apuntes, carnets antiguos y periódicos viejos he encontrado fotos de viajes que estaban muy escondidos en mi memoria, el guión de una obra de teatro infantil/musical que se representó con acierto, y, sobre todo, cartas y más cartas. Todavía no me he recuperado de la impresión, ha sido como sumergirme en el pasado, refrescar la memoria, remover la nostalgia, avivar la emoción, recordar lo que pudo ser, volver a vivir… No hay prueba más evidente de la necesidad de las cartas con sello, de puño y letra.
Hasta el cerebro, engañado, se empeñaba en pinchar la banda sonora de la época (Julio Iglesias, Duncan Dhu, Bosé, Serrat, Silvio, Perales… ) He pasado un rato agradable con compañeros de colegio, me he reído con los de la facultad, he vuelto a ser soldado alumno en Armilla, Granada y a ser alférez de reemplazo en Torrejón, he celebrado muchas veces la Navidad, he revisitado Tecpan (Guatemala) con las niñas del orfanato de Guadalupe, Praha acompañado por Luis Blázquez, Cuba con Nacho, Poli y Mariano en coche de alquiler, he ido de congreso en congreso en Italia o en Boston, Harvard, la biblioteca del Congreso… Setúbal, Calcutal, Adis Abeba, Europa de punta a punta en furgoneta… hasta he vuelto a México enterrando el miedo a la gripe porcina que me retiene en casa, Df-Chalco, Chalco-Df, y todo en hora y media. Cuantos amigos que quedaron en el camino, y ahora me pregunto por qué, cuanta gente a los que una vez llamé hermanos y de los que no he vuelto a saber, antiguos jefes, (cuánto PAU, cartas y cartas, tan originales, decoradas con esos ojos omnipresentes que tanto le ayudaban, tan agudas, ingeniosas, cariñosas, tan geniales que dan ganas de llorar), han sido tantos y hoy sólo quedan algunos, aunque habrá que buscar en facebook para ver si encontramos más…
Desde que he llegado a Chihuahua estoy en proceso de integración. El grupo del doctorado es bastante diverso, muchos, 25, han querido aprovechar la ocasión para hacer el doctorado, un exgobernador, el tenientealcalde de la ciudad, 2 jueces, abogados, entre ellos el socio principal de uno de los despachos más grandes de la ciudad, miembros de la Comisión Electoral del Estado, algunos profesores de las 3 universidades de la ciudad…
Aunque por la inseguridad me han recomendado no moverme mucho por la ciudad, estoy tratando de conocer mejor la ciudad y la cultura local. Ayer me invitaron a un cumpleaños de la hermana de uno de los profesores de la facultad en un rancho cercano a la ciudad de Chihuahua. Ser Doctor aquí parece algo, y todos te llaman Doctor. El sitio, de estilo colonial, era muy bonito, aunque un poco descuidado, el plan era de barbacoa de hamburguesas, jukebox (aquí lo llaman rocola) y piñata (enorme, hecha a mano, con periódicos, de Helow Kitty, espectacular). Ambiente familiar, cercano, con mucho interés sobre España, han leido sobre el paro y no salen de su asombro. El tequila y las margaritas corren a raudales, pero tengo la sensación de que aquí les gusta acabar lo que empiezan y una vez que empiezan a beber no tienen final, como si el objetivo no fuera disfrutar un poco sino emborracharse, incluso da un poco de miedo. Lo del carnet de extranjero facilita mucho la labor, y uno tiene más libertad para hacer lo que quiera, sin que nadie se moleste.
Hace dos días, mientras esperabamos la visita del Presidente Calderón, saltó la noticia de la peste porcina, el «influenza» que le obligó a cancelar la visita. Desde entonces las noticias sobre el virus siguen apareciendo, pero por aquí parece que no hay ninguna novedad. Aunque periódicos, radios y telediarios no dejan de hablar sobre el tema y anuncian que el número de fallecidos puede ascender a 81. Aunque el Presidente Calderón anuló su visita parece que lo del virus no va con Chihuahua, que es cosa del DF. Aquí no se ven mascarillas por ningún sitio, las clases siguen funcionando a pleno rendimiento y hoy las misas estaban repletas. No se si se trata de esa despreocupación por la vida tan propia de la región, o simplemente de un mirar hacia delante sin pensar en qué pasará… Tengo sensación de que en España las noticias llegan sin filtro, y parece que México es todo uno, me da un poco de miedo que a la vuelta al pasar por USA o al llegar a España tenga algún problema por venir de por aquí, ya veremos.
En la catedral no cabía un alfiler, gente joven, familias… me he acordado del Papa Juan Pablo II que señalaba América Latina como el futuro de la iglesia.