Voto electrónico en las elecciones municipales de República Dominicana: no lo hagan en sus casas

Voto electrónico en las elecciones municipales de República Dominicana: no lo hagan en sus casas

El 16 de febrero de 2020 se celebraron elecciones municipales en República Dominicana. Todas las elecciones son importantes pero estas lo eran un poco más, porque se celebraban 4 meses después de las primarias (que habían sido muy controvertidas en el seno del partido que actualmente gobierna, el PLD) y 3 meses antes de las elecciones presidenciales, y podían servir para medir las fuerzas de los candidatos con más posibilidades.

El revuelo producido por las elecciones internas de octubre provocó una auditoria del sistema de votación realizado por Alhambra Eidos y una evaluación realizada por IFES (Fundación Internacional para Sistemas Electorales), ninguna de las dos había encontrado problemas en el sistema de votación empleado.

En estas nuevas elecciones 18 municipios en los que residen el 62,04% de los potenciales votantes iban a ejercitar su derecho al voto a través de un sistema de voto automatizado. Desde primera hora de la mañana se empezaron a denunciar problemas con las máquinas y esa misma mañana, a las 11:11 am, la Junta Central Electoral suspendió las elecciones, señalando que en un número considerable de las maquinas de votación no se habían cargado las boletas de manera correcta, echándose en falta en muchas de ellas un buen número de candidatos.

El escándalo provocado por los problemas sacó a un buen número de dominicanos a la calle, exigiendo la renuncia de la JCE, responsable de la organización de las elecciones (y en ocasiones señalando la responsabilidad de otras autoridades del Estado). Para tratar de resolver el conflicto la propia JCE solicitó a la OEA la auditoría del sistema de voto automatizado, para tratar de identificar las causas de lo sucedido.

Conclusiones:

El informe, publicado en la segunda semana de abril, llega a las siguientes conclusiones:

  1. Software sin mecanismos de control.  La causa principal se encuentra «en el software diseñado para la personalización de las urnas», desarrollado por la propia JCE. El problema principal de este software era la ausencia de mecanismos de control de integridad de la oferta electoral (lo que provocó que a pesar de no haber cargado las boletas en su integridad, no saltará la alarma). Este error en el desarrollo estaba provocado por la «inexistencia de requerimientos formales en el diseño» del mismo.
  2.  A esto se le suma la ausencia de pruebas previas y la inexistencia de un protocolo de control de calidad de todo el proceso, lo que unido a la ausencia del control de integridad dio lugar a que las autoridades electorales decidieran el inicio de la votación, sin advertir los problemas existentes.

Todo esto podría no haber sido finalmente un problema, si el proceso de descarga de las boletas en las máquinas hubiera funcionado correctamente, pero tampoco fue así.

3.  Errores en las descargas de las candidaturas. La JCE tenía previsto realizar el proceso de descarga de las boletas en las máquinas directamente de internet, utilizando una red LAN, pero habían calculado mal y al descubrirlo añadieron al sistema de descarga modems 3g y 4g para tratar de acelerar el proceso y llegar a tiempo. Estas herramientas, para las que además no se solicitó ningún tipo de soporte técnico, ante el tamaño de los archivos en ocasiones interrumpían la descarga, dejando la máquina con una lista incompleta de los candidatos.

4. Soluciones que profundizaron el problema. El problema se detectó horas antes de abrir las urnas, y se trató de buscar solución, pero los métodos empleados generaron las quejas de los partidos al descubrir gente manipulando las urnas la tarde previa a la elección, provocó la suspensión de los intentos de reparación, que fueron retrasados hasta la mañana siguiente ya con la presencia de algunos de los delegados de los partidos ya que muchos otros decidieron no presentarse (pasada una hora de la convocatoria inicial sólo había delegados de los partidos en 12 colegios de los más de 9.700 colegios (de los que en más de 1000 se detectaron errores). Ambas actitudes, la de dejarlo para el día siguiente y la de no presentarse a la convocatoria, vistas a posteriori llaman poderosamente la atención. Estos intentos matutino, que ponían en riesgo la propia integridad de la información electoral, no sólo no lograron instalar la integridad de las listas, sino que en algunas máquinas sustituyeron las listas existentes, por otras de otros colegios electorales, lo que aumentó la sensación de caos en el momento de la votación, cuando en algunos colegios, hasta el 60% de las máquinas de votación presentaban alguna irregularidad.

5. Sin boletín cero. Justo antes de comenzar la votación, transmitiendo el obligado boletín cero para comprobar que todas las candidaturas partían de cero votos: 1025 colegios (10,5% del total de urnas) transmitieron boletines en los que faltaban candidatos y 2144 (22%) directamente no transmitieron el boletin, a pesar de lo cual siguieron adelante. 

6. Por último, según el informe, en el centro de operaciones se transmitía información equivocada, que impedía hacerse una idea de la dimensión del problema. En concreto:

«- El número de colegios electorales que habían iniciado votación era incorrecto;
– El número de colegios electorales que no habían iniciado votación era inexacto;
– La información no se actualizaba con cada inicio de votación en los recintos;
– El responsable de testing no llevó adelante pruebas sobre este aplicativo;»


El cumulo de errores y desatinos, que podría haber afectado alrededor de 1.250 colegios,  justificó con creces la anulación del proceso electoral, sólo tres horas después de haberse iniciado el mismo, aunque  es importante señalar que: «El equipo auditor no encontró evidencia de ataques externos, sabotaje o intento de fraude».

Aprendizajes

La auditoria hace una serie de recomendaciones, que pudieran servir para nuevos procesos electorales que puedan animarse a utilizar el voto electrónico (que en los últimos tiempos está sufriendo serios problemas de reputación):

1. Crear un proceso formal para el desarrollo y liberación del software;
2. Elegir un estándar que permita documentar el ciclo de vida del software;
3. Seleccionar un estándar o desarrollar un proceso que facilite la identificación de defectos de software y documente su ciclo de vida;
4. Fortalecer la calidad del software.
5. Establecer un procedimiento de testing de software. Capacitar al personal y dotar al área de los recursos necesarios.
6. Determinar los mecanismos de seguridad, niveles de servicio, y requisitos de gestión de todos los servicios de red, con las empresas proveedoras de servicios necesarios para el proceso.
7. Establecer controles de los sistemas que aseguren tanto la disponibilidad como la integridad de la información en forma continua.
8. Establecer un procedimiento de preservación de todos los artefactos de software a emplear en la elección y sus ítems de configuración. Designando un agente de custodia (con el acuerdo de las agrupaciones políticas) y que permita una custodia confiable e independiente.
9. Realizar la implementación de innovaciones tecnológicas de manera paulatina, permitiendo que tanto la autoridad electoral como los partidos y la sociedad (con la debida divulgación y capacitación) estén preparados para cambios de tal envergadura.
10. Desarrollar auditorías y evaluaciones independientes como parte de un proceso formal, conocido y debidamente programado, y no como un recurso al que se apela solo ante aquellos eventos que cuestionan la transparencia o efectividad de un sistema informático.

En nuestra opinión esta lista de recomendaciones olvida, probablemente por respeto institucional, la más importante: las votaciones electrónicas mejor no hacerlas en sus casas»

Informe completo

Parlamentos en cuarentena

A diferencia de los gobiernos, las cámaras legislativas no funcionan por vía telemática, y no es únicamente por razones técnicas.

Con tres semanas de práctica, los españoles se han hecho expertos en la comunicación telemática. Y no solo a nivel ciudadano. En el contexto del estado de alarma, las principales decisiones políticas en la crisis de la Covid-19 se toman por videoconferencia. El Consejo de Ministros se reúne a distancia y también lo hacen los gobiernos autonómicos. Sin embargo, los parlamentos están en cuarentena. No solo en España, también en los países del entorno las cámaras legislativas tienen su actividad prácticamente paralizada por el coronavirus, lo que impide, entre otras funciones, la del control al Gobierno.

Los servicios jurídicos tanto del Congreso como del Parlament de Catalunya han redactado informes en los que detallan motivos jurídicos, técnicos y otros relacionados con la propia esencia del parlamentarismo que hacen inviables, a día de hoy, los plenos telemáticos, aunque sí se contempla la posibilidad del voto telemático o delegado, en situaciones extraordinarias como la actual. El resto de cámaras autonómicas han emitido informes en esta misma línea.

Los letrados señalan que ni los hemiciclos ni los diputados disponen de los medios tecnológicos para celebrar –y emitir– plenos por videoconferencia con calidad suficiente, y apuntan que el trabajo parlamentario requiere, entre otros elementos, interrelación de los diputados y una posibilidad de debate que no es viable en la distancia.

Rafael Rubio: “Si el objeto final del debate parlamentario es tener una ventana en los medios, nos podemos ahorrar muchas cosas”

En el caso español, además, hay una razón jurídica que cierra el debate sobre los plenos telemáticos. El Tribunal Constitucional, en la sentencia de febrero del 2019 que prohibió la investidura de Carles Puigdemont, ratifica el carácter presencial de la actividad del diputado, apoyándose en fundamentos del derecho parlamentario, entre ellos la inmediación y la contradicción, y apunta a evitar coacciones en el voto. Por tanto, no es posible modificar los reglamentos para permitir esa posibilidad, como impulsa Unidas Podemos en el Congreso. La sentencia no lo prevé ni en casos excepcionales, mientras que sí avala, en esos supuestos, las reuniones de gobiernos por vía telemática. El Consejo de Ministros aprobó el formato, por decreto ley, especificando los motivos de excepcionalidad por la Covid-19. Y también lo han hecho los gobiernos autonómicos.

De manera que los parlamentos se encuentran atrapados en una lógica de funcionamiento similar a la del siglo XIX, y en la disyuntiva de sacrificar la esencia del parlamentarismo por la tecnología. Y luego hay un debate más de fondo, que tiene que ver con la realidad del parlamentarismo hoy, condicionada por el peso de los partidos. Las decisiones se toman fruto del debate parlamentario pero también en las sedes de los partidos, y los diputados acaban votando lo que les indica su grupo, aunque su mandato representativo es individual.

Clara Velasco: “Los plenos telemáticos permitirían una mínima actividad parlamentaria, aunque no es el formato ideal”

“Si el funcionamiento del Parlamento es el que tenemos, y la mayoría va con el discurso escrito y ajeno a lo que han dicho otros, si el objeto final del debate es tener una ventana para entrar en los medios, nos podemos ahorrar muchas cosas”, señala Rafael Rubio, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.

La democracia, advierte, no es un problema técnico. “Durante mucho tiempo la democracia se ha amparado en la tecnología para no tener que argumentar su superioridad, por decirlo así. El Parlamento se reúne porque no hay forma técnica de hacerlo de otro modo, pero ahora necesita defender que la representación es el mejor sistema aunque tecnológicamente quepan otros porque permite la reflexión, la deliberación, el diálogo”, subraya.

Ahora, la mayoría de las cámaras ha regulado la celebración de sesiones no presenciales de órganos de gobierno interno o administración como la Mesa o las juntas de portavoces. Más complicado es hacerlo con los plenos y comisiones, que son órganos de trabajo parlamentario, pero en ese caso se han previsto sesiones presenciales de formato reducido, como el último pleno del Congreso, que aprobó la prórroga del estado de alarma. Entre los asistentes estaban los que tomaron la palabra y para los ausentes se autorizó el voto telemático masivo.

“En la actual situación hay que ser flexibles. Mientras no tengamos un sistema con todas las garantías para celebrar plenos telemáticos, lo haremos con sesiones presenciales reducidas y voto delegado –explica el letrado mayor del Parlament, Joan Ridao–. El voto telemático está previsto, pero necesitamos la aplicación, que nos están preparando”.

El Parlamento Europeo, en cambio, ha habilitado el voto por correo electrónico de los diputados que no pueden asistir a las sesiones.

“Celebrar plenos telemáticos es una reivindicación histórica del mundo local. No es la forma ideal, ni debería ser la ordinaria, pero la posibilidad debe estar prevista y más para los parlamentos, pensando también en los diputados que por fuerza mayor no puedan asistir”, apunta Clara Velasco, profesora de Derecho Administrativo de la Universitat Pompeu Fabra. Velasco defiende que se tiene que poder mantener una mínima actividad parlamentaria, por ejemplo las sesiones de control al gobierno.

En el futuro, si se acaba regulando algún tipo de plenos telemáticos lo que parece claro es que no será para el funcionamiento habitual. Los parlamentos no serán un concepto virtual. No de momento. Pero la tecnología sí que podría permitir una cierta continuidad de la vida democrática del país incluso en situaciones extraordinarias.

Publicado en La Vanguardia

La otra cara del COVID-19

Martínez-Almeida y Andrew Cuomo: Madrid y Nueva York ‘ganan’ el oro en comunicación política en medio del tsunami del coronavirus

De los ocho politólogos o expertos en comunicación política consultados, todos colocan la gestión del alcalde de Madrid frente al coronavirus en su ‘top 5’. Cuatro de ellos le alzan a lo alto del podio por llevar la iniciativa y hablar “sin infantilismos”. El segundo puesto lo ocupan a la vez Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo, Juan Manuel Moreno e Isabel Díaz Ayuso. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, es el líder mundial mejor valorado.

Tengo una pregunta para usted: ¿Cuáles son los cinco políticos españoles que mejor están gestionando esta crisis del coronavirus?

Al envite responden ocho politólogos o expertos en comunicación política: Allende Martín, Diana Rubio, Eduardo Bayón, José Fernando García Cumbreras, Jordi Rodríguez Virgili, Juan Ríos, Paco Gutiérrez y Rafael Rubio. Para todos, José Luis Martínez-Almeida está entre los cinco mejores. Para cuatro de ellos, el alcalde de Madrid está siendo el mejor en todo el territorio nacional, con diferencia.

Diana Rubio es doctora y consultora en comunicación política. Antes de ponerse a estudiar la política detrás del telón fue en listas de UPyD. Allí descubrió que no le gustaba la primera línea, sino la trinchera. En 2017 se convirtió en la primera española que ganaba el Napolitan Victory Award en la categoría de Mujer más influyente del año. Actualmente dirige el Instituto Mediterráneo de Estudios en Protocolo. Para ella, Martínez-Almeida “está haciendo una excelente comunicación ante esta crisis. Se le ha infravalorado en muchas ocasiones y está demostrando estar a la altura de las circunstancias, con palabras claras, sin entrar en ataques directos, como sí hace la presidenta de la Comunidad de Madrid, y dedicándose a aportar soluciones”.

Jordi Rodríguez Virgili, profesor de Comunicación Política de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, subraya este boceto inicial concretando los matices: “El alcalde de Madrid es el líder que sale más reforzado. Está centrado en el principal problema: el covid-19. Mantiene una presencia continua en las redes y ante los medios, con un tono sereno, sin excesos ni alardes y con un tono optimista y esperanzador.  Se trata de un optimismo que apela a la responsabilidad de los ciudadanos y llama a la acción colectiva, como diciendo que “Madrid unida es imbatible”.

El vicedecano de Comunicación de la Universidad de Navarra considera que, en estos días, ha quedado patente que Martínez-Almeida “trata a los madrileños como adultos, trasmite una sensación de seguridad, aplomo y empatía. Además, reconoce y agradece con constancia y sin sensiblerías la labor de los principales sectores que se enfrentan al virus”. En su análisis, destaca también que el alcalde de Madrid “predica y ejerce la lealtad institucional, minimizando las críticas, pero reclamando lo que cree justo, y cuenta con la oposición municipal, a la que consulta y mantiene informada. Además, ha creado junto un con el ayuntamiento de Barcelona un grupo de trabajo para compartir soluciones frente al virus”.

Entre otras muchas cosas, Rafael Rubio ha trabajado en más de 30 campañas electorales para distintos partidos y candidatos. Ha sido asesor de la campaña de Mariano Rajoy en las elecciones generales de 2011, 2015 y 2016. Y en las dos de Pablo Casado del 2019.  Colaboró también en la campaña de John McCain en 2008. Trabaja en Dog Comunicación y desde allí ha ayudado a más de 50 compañías asesorándoles en comunicación especializada en el uso de internet y las redes sociales. Para él, Martínez-Almeida también está siendo el político español más solvente, porque “ha tomado la iniciativa, mezcla firmeza y empatía, ha buscado la unión de todos los grupos municipales, se ha convertido en un referente de gestión y ejemplo, avanzando sin infantilismos, hablando claro, pero siempre con esperanza”.

Pedro Sánchez, Margarita Robles y Yolanda Díaz son los miembros del Gobierno mejor valorados. Los presidentes de Galicia, Andalucía, Madrid, País Vasco, Aragón y Extremadura también reciben los aplausos de los expertos

Juan Ríos es consultor político y periodista. En su clasificación española, ofrece su única mención al alcalde de Madrid. Señala: “Martínez-Almeida es el ejemplo claro del liderazgo oculto que surge en período de crisis, aunque habría que analizar pormenorizadamente si ese crecimiento se debe más al mérito propio que al demérito ajeno. Sea como fuere, la gestión del alcalde de Madrid ha recibido el aplauso casi unánime de la ciudadanía por su agilidad, su carácter preventivo, su comunicación solvente y, sobre todo, por su acierto e idoneidad: las medidas aplicadas siempre han estado alienadas con la demanda de una sociedad atemorizada por la expansión del virus”.

Dice Ríos que “sin caer en la sobreactuación ni en la exhibición, el alcalde de Madrid ha conseguido dar un giro a su imagen pública yendo siempre un paso por delante, tanto comunicativa como políticamente, incluso del Gobierno central. La clave de su estrategia ha sido, paradójicamente, mantener una postura coherente alejada de la que mostraba su propio partido hasta ese momento. “Claridad y firmeza, sin medias tintas”, fueron las palabras del propio Martínez-Almeida que se han convertido en su leitmotiv”. En su opinión, en estos días de pandemia, “el alcalde de Madrid está viviendo algo parecido a lo que experimentó Rudy Giuliani en 2001. El ex alcalde de Nueva York catapultó su popularidad aplicando una política de “tolerancia cero” después de los atentados del 11-S. En Madrid, él ha logrado revivir la marca del Partido Popular en la capital gracias a una disciplina efectiva, humana y transversal, sin perder nunca el sentido de la lealtad hacia el Gobierno. Seguramente, Martínez-Almeida sea la sorpresa política de esta crisis, aunque hay que reconocer también que la gestión municipal guarda una distancia enorme con la gestión nacional”.

Según Juan Ríos, “el alcalde de Madrid está viviendo algo parecido a lo que experimentó Rudy Giuliani en 2001” cuando catapultó su popularidad como alcalde de Nueva York tras el 11-S

Allende Martín es consultora y CEO-fundadora de CompoLider, Comunicación Política y Liderazgo. Ella coloca a Martínez-Almeida en el cuarto lugar del podio, aunque apunta sobre su gestión: “Serio, claro y directo. En esta crisis ha sorprendido y ha ganado liderazgo”

Su oro es para Margarita Robles, ministra de Defensa, porque es “la que mejor liderazgo expresa ante esta crisis sanitaria extrema”. Para ella, en la intervención del 15 de marzo en la que se anunció el estado de alarma, Robles “fue la que mejor expuso la situación con convicción, contundencia y transmitiendo seguridad a la ciudadanía. También fue la única que no leyó y miraba a cámara. Fue rotunda declarando que las Fuerzas Armadas velarían por la seguridad. Dio una imagen de credibilidad en tono, mensaje y comunicación no verbal. Estos días trasmite una sensación de control de la situación que da tranquilidad a la población”. Añade Allende que “en une entrevista en La Sexta el pasado domingo, 29 de marzo, la ministra de Defensa reconoció que el Gobierno había cometido errores y esto es muy positivo. Refleja transparencia, y advierte ante posibles escenarios anticipándose también a lo que pueda venir”.

Eduardo Bayón es consultor en comunicación política, asuntos públicos y estrategia. En su labor profesional se centra también en el análisis político, el comportamiento de los partidos y la transformación de nuestra sociedad. De hecho, es editor y redactor de la Debate21.es, un medio digital dedicado al análisis político y de actualidad. A Martínez-Almeida le otorga la plata. Su oro en este escenario de tensión política, social y laboral es para Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.

Bayón considera que “su figura ha emergido durante las últimas semanas. Además del papel relevante que su ministerio está jugando en la gestión de la crisis, la política gallega utiliza de forma habitual un lenguaje claro y directo que le hace transmitir su mensaje con facilidad. Se muestra accesible en las ruedas de prensa, proporciona información y lo hace con seriedad, pero también con un componente emocional y de cercanía. Ejemplo de ello han sido las ocasiones en las que ha hablado de los trabajadores y trabajadoras en primera persona. Todo esto son elementos esenciales para comunicar correctamente en momentos de crisis”.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, es la única referente de Unidas Podemos cuya gestión y comunicación se reconoce ante esta crisis del coronavirus

José Fernando García Cumbreras es politólogo y experto en relaciones institucionales y protocolo. Lidera Guadalinfo, la red andaluza de Innovación social que agrupa a más de 750 centros “que apuestan por las personas como mejor motor de cambio y usan las TIC como acelerador”. Considera que Martínez-Almeida “se está convirtiendo en el actor revelación de esta historia”, pero le concede el segundo puesto. El oro de García Cumbreras es para Salvador Illa, ministro de Sanidad, “por el inmenso desafío de afrontar la mayor crisis sanitaria de la historia de nuestro país desde 1918 desde una cartera considerada como una maría a principios de legislatura”.

Por último, Paco Gutiérrez, periodista y consultor en comunicación y lobby, especializado en el sector sanitario y farmacéutico, incluye también a Martínez-Almeida entre sus cinco estrellas, pero le coloca en el último lugar. Su elegido para el oro es Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia, aunque destaca el buen papel en materia de comunicación institucional de Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía. En cualquier caso, considera que “las comunidades autónomas lo están haciendo mejor que el Gobierno central” y que “el Ayuntamiento de Madrid y la oposición del PP está siendo, hasta ahora, lo más interesante” en esta vorágine inédita.

La ‘cocina’ de las valoraciones

Los dirigentes de los partidos políticos están casi ausentes en esta clasificación. No hay ningún rastro ni de Vox, ni de Unidas Podemos, ni de Ciudadanos, ni de ninguno de los partidos nacionalistas con representación en la Cámara Baja. En cualquier caso, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es mejor valorado que el presidente del Partido Popular, Pablo Casado.

Entre todos los participantes en esta muestra, tres incluyen a Pedro Sánchez en su top 5: Allende Martín, Eduardo Bayón y Rafael Rubio, que acota: al menos “en 10 minutos de cada una de sus comparecencias”. Martín cree que el presidente del Gobierno “ha ido de más a menos hasta la toma de las medidas y el decreto del estado de alarma. En sus primeras intervenciones le faltó fuerza y credibilidad. Había mucha retórica en sus discursos y es mejor más concreción y brevedad”. En su opinión, a Sánchez “le ha faltado apoyarse en los demás partidos y dar esa imagen de unidad que ha pedido en el Congreso de los Diputados”. Aunque es el segundo mejor valorado por la experta, considera que “la compra de los test rápidos en mal estado le ha afectado a su liderazgo”.

Sobre el papel de Pablo Casado ante la pandemia, solo Rafael Rubio y Paco Gutiérrez le ofrecen un tercer y cuarto puesto, respectivamente, entre los líderes más efectivos. Rubio cree que el presidente del Partido Popular “está logrando dar el contrapunto a Sánchez sin ser desleal”.

Ni Pablo Iglesias, ni Santiago Abascal, ni Inés Arrimadas han sido votados en esta consulta rápida entre expertos.  La única persona de Unidas Podemos cuya tarea respaldan es la de la ministra de Trabajo, primera para Bayón y tercera para José Fernando G. Cumbreras, que ve a Yolanda Díaz como “la cara menos deteriorada del Podemos del Gobierno. Aporta algo de tranquilidad a los trabajadores en estas circunstancias tan complicadas”.

Además de Sánchez y Robles, Salvador Illa, Fernando Simón y el JEMAD, Miguel Ángel Villarroya, son los miembros del ‘gabinete de crisis’ que suman algún ‘voto’ en esta clasificación

De entre las personas del Gobierno central que están protagonizando la batalla contra el coronavirus, además de Pedro Sánchez, Margarita Robles –“trasmite firmeza y una cierta humildad aceptando errores, fue contundente ante la actitud de Torra y destaca por la defensa de la labor y relevancia del Ejército, subraya el profesor Rodríguez Virgili- Yolanda Díaz y Salvador Illa, encontramos también una mención para dos miembros del gabinete de esta crisis nacional: Fernando Simón por parte de Allende Martín, aunque “su credibilidad ha ido de más a menos por haber minusvalorado el impacto de la crisis”, y el JEMAD, Miguel Ángel Villarroya, por parte de Diana Rubio.

Entre los dirigentes autonómicos más aplaudidos en esta clasificación, Rodríguez Virgili representa el tono de la media: “Me gustó la claridad y contundencia de Isabel Díaz Ayuso en la toma de decisiones, adelantándose al Gobierno central, pero luego creo que se ha enzarzado en demasiadas disputas públicas con éste. También destaco la intervención de Feijóo ante la pregunta de la oposición de por qué ayudaba a Madrid con la cesión de material sanitario.  O Javier Lambán, presidente de Aragón, con su mesa de coordinación que incluye a empresarios, sindicatos y ayuntamientos”. GutiérrezGarcía Cumbreras, y Diana y Rafael Rubio destacan también a Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía.

 Iñigo Urkullu, lehendakari del Gobierno vasco, y el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, también encuentran algún eco en esta tabla. Además de la mención común a Martínez-Almeida, la única autoridad municipal con peso en esta lista es Andrea Levy, concejala de Cultura, Turismo y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, avalada por Eduardo Bayón.

El ‘podio’ internacional

Entre los líderes políticos mundiales ante la crisis del coronavirus el consenso es mayoritario al colocar a Andrew Cuomo, gobernador del estado de Nueva York, en lo alto del podio universal. Según Juan Ríos “quizá es el mejor referente por su prudencia en la toma de decisiones, su firmeza y su excelente comunicación. Representa el espejo donde se miran los errores del presidente Donald Trump. Su estilo moderado y sencillo ha conectado con el sector demócrata de todo el país hasta convertirlo en un referente nacional. La comunicación de Cuomo cumple lo que podríamos llamar “la regla de las 4S”: seria, sincera, sencilla y solvente. Consciente de no tener la solución a la crisis, el gobernador neoyorquino no se presenta como un héroe. Es un líder humano, no oculta sus inseguridades, habla con franqueza, utiliza mensajes sencillos y logra transmitir seguridad y optimismo -algo importantísimo entre tanta incertidumbre-, sin renunciar a aplicar medidas duras para que se cumplan las normas del confinamiento”.

Ríos destaca también que “su comunicación no verbal está alineada siempre con el mensaje y la indumentaria, un detalle importantísimo para generar credibilidad. Su uso de las redes sociales posee un elemento diferenciador, porque comunica y gestiona. Habla de tú a tú con el ciudadano, y lo hace como un líder capaz de mostrar la cercanía necesaria en este tipo de casos. Además, expone un marcado lenguaje social que conecta mejor que el léxico tecnócrata y autoritario de otros líderes norteamericanos, como Trump”.

En contraposición con Trump, Andrew Cuomo, gobernador del estado de Nueva York, es el líder mundial más aplaudido por los expertos en comunicación política por su manera de afrontar la pandemia

Rodríguez Virgili añade que Cuomo “ha sabido conectar con sus ciudadanos, es cercano, empático, directo, reconoce sus limitaciones, pero trasmite seguridad. Invita al protagonismo ciudadano con un equilibrio de optimismo y realismo que apela a la responsabilidad de los neoyorquinos. Asume la responsabilidad y quiere centrar en su persona todas las críticas”.

En el ranking de líderes mundiales destacan también Justin Trudeau, primer ministro de Canadá; Giuseppe Conte, primer ministro de Italia; Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, y Alberto Fernández, presidente de Argentina.

El ‘top 5’ de los expertos

Allende Martín

1. Margarita Robles

2. Pedro Sánchez

3. Isabel Díaz Ayuso

4. José Luis Martínez-Almeida

5. Fernando Simón

Diana Rubio

1. José Luis Martínez-Almeida

2. Javier Lambán

3. Juan Manuel Moreno Bonilla

4. Miguel Ángel Villarroya Vilalta (JEMAD)

5. Isabel Díaz Ayuso

Eduardo Bayón

1. Yolanda Díaz

2. José Luis Martínez-Almeida

3. Pedro Sánchez

4. Andrea Levy

5. Iñigo Urkullu

José Fernando García Cumbreras

1. Salvador Illa

2. José Luis Martínez-Almeida

3. Yolanda Díaz

4. Juan Manuel Moreno Bonilla

5. Guillermo Fernández Vara

Jordi Rodríguez Virgili

1. José Luis Martínez-Almeida

2. Isabel Díaz Ayuso / Alberto Núñez Feijóo / Javier Lambán

3. Margarita Robles

4. Andrew Cuomo (internacional)

5. Luis Lacalle Pou (internacional)

Juan Ríos

1. José Luis Martínez-Almeida (nacional)

2. Andrew Cuomo (internacional)

3. Giuseppe Conte (internacional)

4. Justin Trudeau (internacional)

5. Alberto Fernández (internacional)

Paco Gutiérrez

1. Alberto Núñez Feijóo

2. Iñigo Urkullu

3. Juan Manuel Moreno Bonilla

4. Pablo Casado

5. José Luis Martínez-Almeida

Rafael Rubio

1. José Luis Martínez-Almeida

2. Isabel Díaz Ayuso

3. Pablo Casado

4. Pedro Sánchez

5. Juan Manuel Moreno Bonilla.

La clasificación por menciones

Nacional (en caso de empate, se relatan por orden alfabético del primer apellido).

1. Martínez-Almeida, José Luis

2. Díaz Ayuso, Isabel

2. Moreno Bonilla, Juan Manuel

2. Núñez Feijóo, Alberto

2. Sánchez Castejón, Pedro

3. Díaz, Yolanda

3. Robles, Margarita

4. Lambán, Javier

5. Casado, Pablo

5. Illa, Salvador

5. Urkullu, Iñigo

6. Levy, Andrea

6. Villarroya, Miguel Ángel

7. Fernández-Vara, Guillermo

7. Simón, Fernando

Internacional

1. Cuomo, Andrew. Gobernador

2. Trudeau, Justin

3. Conte, Giuseppe

3. Lacalle Pou, Luis

4. Fernández, Alberto

Publicado en El Confidencial Digital

La presencialidad en el Congreso de los Diputados

Hoy Ines Arrimadas, mientras sus compañeros portavoces de los distintos grupos parlamentarios debatían con el Presidente Sánchez en el Congreso de los Diputados, ha optado por no asistir a la sesión y subir su intervención directamente en las redes sociales, criticando la falta de prudencia y ejemplaridad de sus veinte compañeros que en representación de sus respectivos grupos parlamentarios han participado presencialmente en la sesión cuando podrían haberlo hecho por vía telemática. Más allá de la oportunidad política de la discusión, que Ciudadanos está vinculando al valor de la ejemplaridad pública, y de la conveniencia simbólica de dejar desierta la sede de la soberanía nacional, vamos a presentar este asunto a la luz de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.

Ayer hablábamos de la posibilidad excepcional de celebrar reuniones del Consejo de Ministros a través de medios telemáticos, confirmada por el Tribunal Constitucional. Mientras que hoy hemos visto cómo se celebraba presencialmente el pleno del Congreso de los Diputados, a pesar de algunas peticiones de hacerlo de manera virtual.


Sobre esto también ha dicho algo el Tribunal Constitucional:

Aunque la lógica de la S45/2019 sobre la constitucionalidad de las reuniones virtuales del Consejo de Ministros, cuando se haga de manera excepcional y justificada, nos podría llevar a pensar lo adecuado de esta solicitud, la aplicación de esta lógica no se puede hacer de una manera directa, y además de a lo señalado ayer resultaría interesante estar a lo dispuesto en la STC 19/2019 (https://hj.tribunalconstitucional.es/HJ/es/Resolucion/Show/25856).

En esta sentencia, que resuelve la posibilidad de una posible investidura telemática en el Parlamento de Cataluña el Tribunal Constitucional establece como regla general el ejercicio de las actuaciones parlamentarias de modo presencial. Con una lógica similar a la de ayer, parece que en el Parlamento sin la presencia de los parlamentarios no sería posible la deliberación y la adopción de acuerdos.

Así lo establece la propia Constitución en su artículo 79 CE que establece en su apartado primero que “[p]ara adoptar acuerdos, las Cámaras deben estar reunidas reglamentariamente y con asistencia de la mayoría de sus miembros” y su apartado segundo, que “[d]ichos acuerdos, para ser válidos, deberán ser aprobados por la mayoría de los miembros presentes…”.

Así lo recogen también los reglamentos de las cámaras que además de establecer el deber de los parlamentarios de asistir a las reuniones y la obligación de pronunciar los discursos «personalmente y de viva voz» (70.2), amplia esta obligación de presencia a los miembros del gobierno reclamados por las cámaras (art. 110 CE).

De esta manera el TC señala que «(e)n los procedimientos parlamentarios la interacción entre los presentes es un elemento esencial para que la cámara pueda formar su voluntad. La formación de la voluntad de las cámaras solo puede realizarse a través de un procedimiento en el que se garantice el debate y la discusión —solo de este modo se hace efectivo el pluralismo político y el principio democrático— y para ello es esencial que los parlamentarios asistan a las sesiones de la cámara».

De ahí que el TC concluya que «la necesaria presencia de los parlamentarios en la cámara para que el órgano pueda adoptar acuerdos deriva de su propia función constitucional, pues sus decisiones solo podrán considerarse expresivas de la voluntad general si se adoptan respetando las exigencias formales esenciales que garantizan la correcta formación de la voluntad de la asamblea y una de estas exigencias es, como se acaba de señalar, que las actuaciones parlamentarias se efectúen, como regla general, de forma presencial.” STC 19/2019 FJ 4 A b)

A esto se añadiría, siempre según el Tribunal, la seguridad de los diputados y la función simbólica de la cámara, siendo este «el único lugar en el que el sujeto inmaterial que es el pueblo se hace presente ante la ciudadanía como unidad de imputación y se evidencia la centralidad de esta institución».

De todos modos esta presencialidad que «garantiza que puedan ser tomados en consideración aspectos que únicamente pueden percibirse a través del contacto personal» admite excepciones, establecidas en el artículo 82.3 del Reglamento que permite votar en ausencia «cuando concurran circunstancias excepcionales o de fuerza mayor» (embarazo, maternidad, paternidad o enfermedad grave) aunque limita esta excepción a «las sesiones plenarias en aquellas votaciones que, por no ser susceptibles de fragmentación o modificación, sea previsible el modo y el momento en que se llevarán a cabo». Además este voto debería cumplir una serie de garantías que se concentran en la emisión del voto a través de un certificado digital (que puede realizarse previamente al debate parlamentario), que esté en poder de la Presidencia antes de la votación y que la comprobación del mismo a través de una llamada de un funcionario de la cámara.

De esta manera, y aunque es claro que la presencialidad es un elemento clave del procedimiento parlamentario en caso de votación, en mi opinión no queda duda de que en casos excepcionales, como el actual, la votación podrá realizarse mayoritariamente por vía telemática (y así parece haberlo previsto el Congreso para la convalidación de los RDL aprobados en los últimos días, en la sesión del miércoles que viene).

Se nos plantea la duda de si, como ha planteado Ciudadanos, además de realizar la votación telemática cabe emplear estos medios también para intervenciones, como las realizadas durante el día de hoy, para informar y debatir sobre la declaración del Estado de Alarma (procedimiento establecido por la Constitución, art. 116), o para la presentación obligada de las medidas que se someterán a votación en la próxima sesión.

Sobre esto el TC considera que «por avanzados que sean los medios telemáticos, una comparecencia telemática no equivale a una comparecencia presencial». Según esta doctrina admitir intervenciones telemáticas dificultaría la necesaria interacción, afectaría a la «fluidez y espontaneidad» del debate, dificultaría que los participantes en la sesión pudieran percibir todo lo que sucede, especialmente en lo que se refiere a los intervinientes que, por ejemplo, podrían acudir al uso de apoyos externos no permitidos y que podrían afectar no sólo a la forma de la intervención sino también a su contenido. Concluyendo que «Todas estas circunstancias pueden tener influencia en el desarrollo de la sesión parlamentaria y, en definitiva, en la formación de la voluntad de la Cámara». STC 19/2019 FJ 4 B) b

De ahí que en mi opinión, incluso en tiempos de excepcionalidad, la presencialidad sea un componente necesario en el parlamentarismo, al menos en lo que se refiere a los intervinientes hasta el punto que de no ser así, y conforme a la jurisprudencia ya existente, podría determinarse «la inconstitucionalidad de la decisión si la formalidad de la que se prescinde constituye un elemento necesario para que la cámara pueda formar adecuadamente su voluntad» algo que el mismo Tribunal ha confirmado no sólo para el procedimiento legislativo sino también para cualquier otro procedimiento parlamentario a través del cual la cámara ejerza sus funciones.

La representación (manifestación del derecho fundamental a la participación política reconocido por el art. 23 de la CE) para ser real necesita del procedimiento y, como ha señalado el TC en otras ocasiones, “[l]a democracia parlamentaria no se agota, ciertamente, en formas y procedimientos, pero el respeto a unas y otros está, sin duda, entre sus presupuestos inexcusables” [SSTC 109/2016, de 7 de junio, FJ 5 c); 114/2017, de 17 de octubre, FJ 6, y 27/2018, de 5 de marzo].