Qanon: este movimiento conspirativo también te desinforma sobre la pandemia

Qanon: este movimiento conspirativo también te desinforma sobre la pandemia

Qanon es un movimiento de EE.UU. que combina teorías de la conspiración, de la extrema derecha y esotéricas. VerificaRTVE empezó a seguir su presencia en las redes españolas hace meses al observar que un canal de Telegram que frecuenta la desinformación mencionaba sus postulados. El análisis muestra cómo algunos usuarios están aprovechando el malestar por la COVID-1 para introducir su agenda política, mezclarla con desinformación sobre salud o simplemente ganar visitas.

Qanon (o Q), que es la vez una teoría de la conspiración y el movimiento de personas que la apoyan, afirma que existe un estado profundo (deep state), un estado dentro de otro estado donde un grupo de poderosos tratan de retener sus privilegios mediante la corrupción. Según ellos, lo conforman las élites de la inteligencia, la política y la economía y lo integran personas como Bill Gates, George Soros, o las familias Clinton y Obama, además de los grandes medios de comunicación. La “verdad” se va revelando a través de filtraciones (drops) que ciertas personas depositan aquí y allá con lenguaje codificado o esotérico. Por eso los qanons se suelen presentar a sí mismos como “investigadores”.

Muchas de estas afirmaciones forman parte de otras teorías de la conspiración, pero Qanon añade peculiaridades. Promueve la idea de que en ese estado profundo ha arraigado una red satánica pedófila y caníbal, y también la de que Donald Trump es el héroe que está combatiendo a esos poderosos corruptos (el establishment). Los qanons creen que con su ayuda una “tormenta” permitirá el “despertar” (the great awakening). Cuando Trump habla de “drenar el pantano” (drain the swamp), una frase de larga tradición en la política estadounidense, para ellos significa que está peleando contra quienes impiden la depuración.

¿Qué hace que esta teoría se esté expandiendo?

Según Rafael Rubio, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid y asesor político, su fuerza es posible por la endogamia de las redes sociales, sus burbujas y la visión parcial de la realidad que eso provoca: “Como en una película de los hermanos Cohen, la sucesión de pequeños hechos posibles (considerados aisladamente) terminan en una visión de conjunto totalmente descabellada. Y aunque desde fuera resulta increíble que alguien pueda llegar a creer y tomar decisiones en función de la misma, responde a una “lógica” interna”.

“El conspiracionismo entronca perfectamente con los miedos y ansiedades típicos de la derecha extrema en torno a la globalización, el multiculturalismo y los encubrimientos gubernamentales, que confluyen en la creencia de que se trata de imponer un nuevo orden mundial. Es por eso que son los grupos más de extrema derecha (aunque no sólo) quienes más lo difunden”, explica Xavier Peitybi, consultor de comunicación política en Ideograma y autor, junto a Sergio Pérez-Diáñez, del libro “Cómo comunica la alt-right. De la rana Pepe al virus chino”.

El movimiento qanonista está entroncando internacionalmente con la corriente negacionista, que rechaza la existencia misma de la pandemia. En España, aunque es todavía una presencia minoritaria, hemos indagado en el movimiento por una razón principal: su extravangancia política está convergiendo con una desinformación sanitaria que, partiendo de estos canales minoritarios, termina amplificada en foros de redes sociales con mucha mayor audiencia.

En una comprobación realizada en agosto, encontramos menciones a Qanon en iniciativas españolas anti confinamiento, anti mascarillas o anti vacunas que a priori se declaraban apolíticas, pero que quedaban impregnadas así de una agenda foránea y extrema. También ocurría al revés: canales nacionales de identidad más política empezaban a incluir en su menú desinformación sociosanitaria, aprovechando el interés que suscita cualquier cuestión relativa al bienestar personal ante la COVID-19.

Crece la popularidad de algunas cuentas que difunden el mensaje qanonista, algunas de ellas muy jóvenes y creadas a partir de marzo al calor del desconcierto del estado de alarma. No disponen de un número de seguidores masivo, pero son muy activas en la elaboración de contenidos y tienen potencial de movilización.

En canales y grupos de Telegram españoles (en los primeros el usuario solo recibe información, en los segundos también puede debatir), el goteo de sus ideas conspirativas se mezcla con asuntos locales que despiertan polémica, aumentando la polarización. Además, algunos canales ofrecen toques pro Qanon aquí y allá sin explicar qué es, hurtando a los seguidores conocimiento básico sobre una corriente que tiene mucho de adictiva y que se ha llegado a comparar con una secta.

Confinamiento y Qanon

VerificaRTVE empezó el análisis por un canal de Telegram ampliamente reportado en prensa, @stopconfinamiento, por recibir desinformación sanitaria desde él con mucha frecuencia. Se creó el 20 de abril para promover protestas contra la “recuperación pacífica e inmediata del espacio público” y oponerse a las prórrogas de la desescalada. El 11 de junio anunció que no convocaría más concentraciones, pero ha seguido proporcionando avisos de otras que se celebran, como la del 16 de agosto en la Plaza de Colón de Madrid, que dio a conocer a muchos el movimiento negacionista en España.

El 14 de agosto contaba con más de 5.200 seguidores y había difundido más de 1.400 enlaces, 600 fotografías, 400 vídeos y 110 archivos. En poco más de un mes (21 de septiembre), ha crecido relativamente poco en términos de suscriptores (5.400) pero ha pasado a más de 2.300 enlaces, 1.000 fotografías, 593 vídeos y 179 archivos (documentos, audios o mensajes de voz).

En sus debates son constantes los argumentos anti mascarillas (199 mensajes las mencionaban específicamente en agosto y 314 lo hacen en septiembre) y anti vacunas (166 en agosto, 243 a 21 de septiembre). Pero decenas de sus contenidos apuntan también a ideas de Qanon. Muy pocas veces se menciona específicamente el movimiento, pero cuando lo hace sorprende que sea para abordar asuntos muy locales. La fuente de un documento distribuido para quejarse a los ayuntamientos españoles de la instalación del 5G procede del usuario “Q Awakening”, y se informa a los miembros del grupo de que cualquier información que se requiera será facilitada por “Q”. Como ya ha contado VerificaRTVE, a día de hoy no existen pruebas científicas sólidas que vinculen tecnología 5G y coronavirus.

Lo llamativo del canal, teniendo en cuenta que es de corte muy nacional (se inspira en el levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra el Ejército francés), es el número de veces que se alude negativamente a Bill Gates (57 mensajes) y George Soros (30). En un sólo día, hay cinco envíos negativos contra Gates (vídeos, fotografías o mensajes). En total, las publicaciones que tratan asuntos Qanon aunque sea sin mencionar a esta corriente (contra los dos inversores mencionados pero también contra los Clinton u Obama; contra los medios; sobre pizzagate o la pederastia, o a favor de Trump, entre otros) ascienden a 155.

“Pizzagate es real”, explican en un comentario sobre el estado profundo, aludiendo a uno de los bulos bandera de Qanon. Según esta historia, repetidamente desmentida por los verificadores, Hillary Clinton y algunos de sus estrategas de campaña sostenían un círculo pedófilo en las elecciones de 2016 que se extiende aún a personalidades de Washington y Hollywood.

Gates y Soros son víctimas preferentes de Qanon y los conspiracionistasSe les asocia con problemas locales y la expansión del coronavirus. “Vídeo urgente!! sobre la oleada masiva de taxis acuáticos con miles de mercenarios salafistas que Jew Soros ha enviado a España durante las últimas horas, y en plena oleada de supuestos rebrotes de coronavirus”, explican en una republicación.

“La agenda global es pedófila, no hay duda de esto ya. Háganse a la idea de que en nuestro país tenemos los mismos dictadores de la moral en el poder”, explican en un mensaje con origen en Argentina. Qanon ha “secuestrado” en las redes internacionales esta supuesta preocupación por los niños y en concreto la etiqueta #Savethechildren. Esto da problemas a ONG que llevan años utilizándola para la defensa real de los menores.

Aunque ni siquiera los hemos contabilizado, también hay numerosas referencias a términos que tienen que ver con “despertar” por oposición al “borreguismo”. “Despierta España”, piden en un aviso sobre la creación del “primer campo de concentración COVID” del país. Se trata de la unidad multiusos habilitada en julio de 2020 en el Auditorio de Zaragoza para pacientes asintomáticos.

Los organizadores del canal aglutinan su imaginario en un mapa de conocimiento llamado “Humanidad2020”. Dicen que en él hay información sobre el “deep state español” aunque conduce a muchas de las ideas engañosas que han tenido ocupados a los verificadores durante la infodemia.

De Telegram a YouTube

El análisis de redes de Qanon suele compararse con la “caída en la madriguera” que experimenta Alicia en el País de las Maravillas, donde este personaje se va topando con paradojas y elementos extraños. En realidad el movimiento es de doble sentido, con descenso al anonimato que proporciona Telegram y ascenso a plataformas tan expuestas como YouTube.

Porque los grupos españoles de Telegram que muestran ideas de Qanon descansan mucho en vídeos impulsados por personas que son, o quieren ser, influentes. Son usuarios muy activos que además suelen solicitar y recibir fondos por lo que consideran un trabajo a través de Paypal u otras vías de pago. En algunos casos promocionan también productos como libros.

Según la herramienta de análisis de Telegram Tgstat.com, entre los canales de Telegram que más menciona @stopconfinamiento están los dos que impulsaron la convocatoria negacionista de Madrid el 16 de agosto. Otros dos canales que aparecen a menudo, y que ya han sido identificados por sus contenidos desinformativos por expertos en redes sociales como Marcelino Madrigal (@soymMadrigal), son @R y @T. VerificaRTVE ofrece sólo sus iniciales. Ambos dedican atención a Qanon y han conocido cierres y bloqueos de sus canales en YouTube por incumplir las políticas de la plataforma, pero siguen activos en ella.

El canal de Telegram de @R, conocido por mantener recientemente un enfrentamiento con una conocida Youtuber especializada en ciencia, apareció en marzo de 2019 y supera los 59.000 suscriptores. Pero su “marca” ya existía en YouTube desde 2014, y cuenta con 146.000 seguidores. En el pasado habló de la presunta conspiración feminista y la del 11-S. Uno de sus vídeos más vistos ahora, según Socialblade.com, es el que titula que la televisión italiana RAI ya anunció en 2015 la creación del actual coronavirus, algo desmentido por VerificaRTVE.

El canal de Telegram de @T, que ya negó el VIH, se creó el 26 de abril y tiene 17.200 suscriptores. Se muestra contrario a los partidos políticos pero algunos de sus mensajes reproducen contenido de la formación de ultraderecha Democracia Nacional, sin representación en el Congreso. Uno de sus comentarios resume la mezcla de imaginarios Qanon que intentamos describir: “Este vídeo descodifica el último mensaje de Trump sobre vacunas. En lenguaje codificado está diciendo que los pederastas son el virus y los militares, la vacuna. Ojo porque en España ha salido una noticia similar, recientemente, lo que indicaría que el ejército español está sincronizado con los marines”. En YouTube, @T está abierto desde febrero de 2020, donde tras un bloqueo de la cuenta ha vuelto a lograr 7.700 seguidores, aunque ha tenido muchos más.

Las menciones a Qanon a partir de estos canales de Telegram y YouTube conducen a un joven conocido como JL, popular en las redes desde hace años por impulsar teorías de la conspiración relacionadas con casos de pederastia como el crimen de Alcàsser o los asesinatos del belga Marc Dutroux en Bélgica. JL ya ha tenido problemas con la justicia y es una de las 20 personas investigadas aún por desinformar en el marco de la causa abierta en 2016 sobre el caso, también sobre pederastia, del Bar España.

“Quiero defenderme con la ley natural, la ley de Dios. La única ley que puede juzgarme es esa ley”, decía en 2019, sosteniendo que su vida corría peligro y que no se le dejaba hablar. Recientemente ha aprovechado las manifestaciones anti mascarilla de la Plaza de Callao en Madrid para lanzar discursos desde este lugar. También ha ido introduciendo el uso de etiquetas Qanon en su canal de YouTubeNació en 2012 y tiene un crecimiento notable. Ha pasado de 63.500 seguidores en agosto de 2020 a 90.440 el 21 de septiembre de este año.

Otro canal de YouTube mencionado en @StopConfinamiento es el de EA, con 139.000 suscriptores desde 2011. En la Red pueden rastrearse contenidos pasados del autor que le vinculan con posiciones políticas antisemitas y de extrema derecha. Además de promocionar continuamente un libro, en su canal incluye noticias sobre Qanon (acerca de Trump, el Gran Despertar o episodios de abuso de menores) y contenidos engañosos sobre la pandemia. Uno de sus vídeos anuncia un “bombazo” y dice que el Hospital de Huesca ha establecido relación entre las muertes por Covid y la vacuna de la gripe. Es otro bulo desmontado en VerificaRTVE. El informe al que alude no está respaldado por el Hospital y, a día de hoy, no existe base científica para culpar del coronavirus a la vacuna de la gripe.

Afiliaciones políticas

¿De dónde parte Qanon?, ¿quién lo apoya? Aunque últimamente aparecen más nombres vinculados al núcleo central del movimientola línea de mando no está demostrada. “Ni siquiera quienes mejor han estudiado el fenómeno, como Adrienne LaFrance, se atreven a decirlo. No están claros ni sus supuestos vínculos con la inteligencia militar. Lo que nadie puede negar es que, con sus contenidos, repican o alimentan muchas de las mentiras y teorías de conspiraciones de Trump. Resumiendo, otra herramienta de manipulación y desinformación al servicio del trumpismo”, explica Felipe Sahagún, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid.

Más allá de influentes como los anteriormente mencionados que tratan todo tipo de conspiraciones y de Qanon están aprovechando el actual tirón, lo que VerificaRTVE ha observado es que los grupos y usuarios españoles que se identifican con esta corriente más directamente, resaltándola en su biografía, suelen mostrar afinidad por ideas de la extrema derecha. No están aparentemente ligados, al menos de modo formal, a ningún partido político español, aunque cuando manifiestan preferencia abierta por uno, es por Vox.

En un canal de Telegram con inicial @R y subtítulo “La Tormenta” al que nos deriva la navegación, la atención combinada a Qanon, a Vox y a información pseudosanitaria es palpable. Tiene más de 2.000 seguidores. Otro grupo de Telegram encontrado, @C, presenta la misma triple oferta: “El sistema intenta defenderse y está levantando “murallas” ante el tsunami que se aproxima”, dicen ante una noticia que advierte del cierre de cuentas de Qanon por parte de Twitter. @C muestra poco más de 2.600 suscriptores, pero está conectado con una página de Facebook sobre “incorrección política” llena de ideas extremistas y racistas. Ahora ha desaparecido pero en agosto tenía más de 22.000 seguidores.

Cualquier vínculo político es difícil de detallar, confirmar o descartar porque el movimiento hace del anonimato su bandera, lo que dificulta la comprobación de identidades. Anonymous afirma que Qanon se creó desde el lado conservador para desacreditar su corriente.

Además, el apoyo a Vox no es unánime. En algunos grupos hay críticas contra la formación -para algunos es demasiado tibia- y sobre todo se echa en cara su apoyo a las vacunas infantiles obligatoriaspresente en el programa electoral. Esto se consideró una traición.

Según algunos comentarios, todos los partidos sin distinción deben mantenerse alejados de la protesta negacionista actual. “Bueno al que insista con el tema política va fuera……ni vox (sic) NI leches ya…lo tenemos superado los que nos desprogramados…políticos en España kaka”, dicen en el canal “oficial” de los Qanons España en Telegram. Se reprocha también en algún grupo la participación en la concentración de Madrid de Carlos Garcés, que fue presidente de Vox en Barcelona. Pero Garcés abandonó el partido en octubre de 2017 y desde entonces solo ha emitido críticas contra la formación en los canales analizados.

Qanon en Twitter

En general los grupos, canales y usuarios mencionados anteriormente tienen mayor alcance que las “cuentas públicas propias” de Qanon en Telegram o Twitter. En esta última red social, @QanonSpain empezó en marzo, en agosto seguía a 684 personas y contaba con 826 seguidores. Entre los únicos 21 seguidores que se identifican explícitamente con algún partido con representación en el Congreso (Vox) está una cuenta que se presenta como Vox en Texas, @TexasVox.

Analizando la etiqueta todavía incipiente #QanonEspaña con el recurso Twitter SNA de la extensión InVid, este arrojó 323 tuits, 776 retuits y más de 1.200 me gusta desde el 1 de enero hasta el 22 de agosto de 2020. Entre los usuarios que la emplearon más activamente, el segundo y el tercero han publicado, además de tuits con información falsa sobre salud, tuits de apoyo a Qanon y a Vox, aunque en algún caso se critiquen aspectos puntuales del partido.

Según el grafo socio-semántico de #QanonSpain proporcionado por InVid (que muestra etiquetas y actuaciones derivadas que estas provocan en los usuarios) las cuentas @voxfloridaeeuu y @vox_newyork participan en conversaciones asociadas a Q, pero en una posición de escasa influencia. Qanon tiene muchas otras etiquetas identificativas que se podrían analizar, como la propia Q, las relacionadas con tormenta, despertar o WWG1WGA (donde va uno, vamos todos, según las siglas en inglés).

El buscador de Twitter Followerwonk muestra más cuentas que manifiestan específicamente el apoyo combinado a Qanon y a Vox en su biografía, algo que no sucede con otras formaciones españolas con representación en el Congreso. Una de esas cuentas, @adelanteVox28A, tiene más de 8.300 seguidores, muy por encima de @QanonSpain, y está apoyada por menciones desde otra cuenta trumpista con más de 58.500 seguidores, @JDPHD2.

En Twitter hay otras cuentas de Qanon en español. La que dispone de una comunidad más amplia abrió en marzo, tiene más de 7.300 seguidores y dirige la mayoría de sus enlaces a una página en inglés de filtraciones (drops). Sigue a 104 usuarios. Solo 27 son españoles.

Muchos de los perfiles tuiteros observados muestran solidez en la herramienta Twitonomy.com (hay congruencia entre lo que afirman ser y lo que expresan). Pero a veces aparecen comentarios que hacen dudar. Una usuaria que utiliza las etiquetas #Vox y #QanonWorldwide en el perfil, @cadarmarian, muy defensora en este caso de vacunas y mascarillas, hace referencia en un tuit a “gobiernos comprados por Soros y por los Qanon”.

Qanon no es unívoco

En realidad el movimiento Qanon no es uniforme y tampoco lo son los canales negacionistas en los que está entrando, por eso es difícil sacar una foto fija del calado real del movimiento o de su asociación con nadie. Las acusaciones de “disidencia controlada” (o pusilanimidad con el sistema dominante) son continuas. Se critica a alguien por no organizar manifestaciones y aprovecharse del esfuerzo actual de los demás. Se menciona el oportunismo. Se debate quién es y quién no es líder.

Algunos promotores destacados de Qanon no se siguen entre sí dentro de la misma plataforma. Y ya antes de la pandemia, algunos foros reflejan enfrentamientos entre algunos conspiracionistas que se han hecho populares ahora. Pilar Baselga, una de las representantes del movimiento negacionista Médicos por la Verdad, mantuvo diferencias con JL hace años.

El propio Trump generó marejada en el mundo conspirativo con dos apoyos: uno a Ghislaine Maxwell y otro a las vacunas. La primera era socia de Jeffrey Epstein, un millonario cercano al poder y acusado de tráfico sexual de menores que se suicidó en prisión y está en el centro de las obsesiones de Qanon.

En cuanto a la vacunación, muchos no han sabido cómo interpretar el giro del presidente de EEUU, que ha pasado de desdeñar la existencia del coronavirus a anunciar una vacuna antes de fin de año. “Creo que yo les gusto mucho, lo que aprecio”, dijo Trump recientemente, reconciliándose con un movimiento que hasta ahora ha estado inequívocamente con él.

En @Stopconfinamiento pueden leerse todavía mensajes que apoyan a Trump. Pero también se manifiesta el enfado. Bajo un vídeo con palabras del presidente recomendando mascarillas, se dice: “Este es el que según DESINFORMADORES de DISIDENCIA CONTROLADA […] va a salvarnos […]. Es DISIDENCIA CONTROLADA, para que te quedes sentado sin HACER NADA, esperando una ayuda que NUNCA LLEGA. Estamos sólos en esta lucha. DESPERTAD YA. Q anon NO OS VA A SALVAR. Sólo vosotros podéis salvaros”.

Qanon como grupo-conspiración todavía no es sólido en España, pero sí se está infiltrando entre los argumentos negacionistas y se está dando a conocer aprovechando la pandemia. Muchas de las cuentas encontradas siguen un patrón claro de crecimiento.

Para el profesor Rubio, el aislamiento ha agravado las circunstancias: “Hace imposible el diálogo y la empatía necesarias para contrastar nuestra visión del mundo con otras visiones diferentes, que son consideradas directamente como artimañas del enemigo”. Según este especialista, “en este ecosistema personal y comunitario los hechos son insuficientes, siempre es posible encontrar hechos alternativos con los que enfrentar al otro, convencidos de estar en la verdad frente al enemigo”.

Las redes de mensajería instantánea, y en concreto Telegram por facilitar la ocultación de la identidad, son propicias para la expansión de este movimiento: “Telegram, que es ampliamente utilizado por la extrema derecha estadounidense y ucraniana para lanzar bulos compartidos –y traducidos- en todo el mundo, ha transmutado a su vez en una herramienta para lanzar también teorías de la conspiración, donde Qanon y sus vídeos tienen un especial predicamento”, explica Peytibi.

La peligrosidad de Qanon

Qanon toma su nombre de un usuario llamado Q que en octubre de 2017 publicó en la red anónima 4chan que disponía de información clasificada. De hecho, la letra Q hace referencia a una autorización especial que se concede en EE.UU. a personas del estamento de la inteligencia para consultar documentos de alto secreto.

Pronto pasó a ser un proyecto de grupo y a funcionar como un videojuego en el que el conocimiento se mostraba a los seguidores a través de pistas (drops) dejadas aquí y allá. Actualmente el FBI lo considera una amenaza potencial de terrorismo doméstico por su capacidad para alentar el extremismo. Preocupa su expansión en EE.UU. porque algunos de sus partidarios han llegado al Congreso.

El profesor Sahagún cree que “a Qanon no se le puede llamar secta mientras no conozcamos bien su origen”. Hay quien apunta el peligro de que se convierta en una religión, y The New York Times se pregunta si es un nuevo Tea Partyuna fuerza política muy conservadora y de alto impacto que también fue percibida como marginal en sus comienzos.

Twitter suspendió en julio 7.000 cuentas vinculadas al movimiento. Dejará de promover sus tendencias y bloqueará enlaces a los sitios que promocionen sus teorías.

Facebook cerró a principios de agosto un grupo con 200.000 miembros y ha constatado que los 10 principales grupos relacionados con la conspiración ya cuentan con 1 millón de miembros, mientras otras comunidades pueden estar incrementando la cifra de alcance hasta los 3 millones. Esta red social volvió a actuar contra el movimiento el 20 y el 22 de agosto.

En Europa, los medios han destacado la presencia de seguidores de Qanon en las últimas protestas anti-confinamiento. El equipo de NewsGuard, un proyecto para el seguimiento de la desinformación, ha detectado en un estudio que Qanon se está extendiendo al Viejo Continente, donde ha convergido con grupos conspirativos muy locales. El informe se centra en Francia, Italia, Alemania y Reino Unido. No hay datos sobre España. “Las noticias contra Q en español han aumentado desde hace unos días. ¿Por qué?” se preguntaba este verano un usuario en uno de los canales españoles pro Q.

Publicado en rtve.es

La derecha cree que desgastar a Podemos es la llave para romper el Gobierno

La derecha cree que desgastar a Podemos es la llave para romper el Gobierno

Para la oposición, demonizar a Pablo Iglesias y los suyos es la principal estrategia para devaluar al Gobierno de coalición ante el votante moderado

El proceso judicial del caso Calvente sigue su curso en el tiempo, pero la guerra política tiene su propia agenda y las hostilidades se han abierto con gran agresividad

José Miguel Contreras | Eva Baroja

A Podemos le esperan unas semanas infernales. Están acostumbrados. Una vez más, se ha convertido en la diana de los ataques del frente político mediático de la derecha española. Tienen ante sí un proceso judicial que seguirá su curso durante las próximas semanas. Sin embargo, el combate político, centrado en el territorio de la comunicación, vive ya una lucha encarnizada. La máxima presión la tiene Pablo Iglesias, que debe estudiar con detalle cada uno de sus movimientos. Lo que van a hacer sus rivales es fácilmente imaginable: irán a tope, con todas sus armas y todos sus recursos en su contra.

Podemos vuelve a estar en el centro de la polémica en los medios de comunicación. La decisión del juez José Manuel Escalonilla de imputar al partido y a alguno de sus dirigentes en la causa por financiación irregular ha desencadenado un intenso temporal político. A medida que se han ido conociendo los detalles de la declaración del exabogado de la formación, José Manuel Calvente, el proceso parece haber perdido solidez jurídica. Hasta el momento, todo se basa en rumores, comentarios o elucubraciones. Pese a todo, la investigación judicial parece que puede alargarse aún varias semanas.

Hasta los hechos son ahora discutibles

Una ley no escrita del funcionamiento de la confrontación política, en los tiempos actuales, especifica en su primer artículo que los hechos confirmados son siempre abiertamente discutibles. La cumbre de este principio la estableció la asesora de Trump, Kellyanne Conway, cuando en enero de 2017 declaró que ellos valoraban no los hechos contrastados por los medios, sino otros “hechos alternativos” que no necesitaban demostración, ni confirmación alguna. Era su realidad. Un segundo apartado de esa ley no escrita declara, por si quedara alguna duda, que en caso de que unos hechos no estén totalmente confirmados, sea cual sea su grado de verosimilitud, son obligatoriamente rebatibles, según los intereses de cada partido.

En los procedimientos judiciales, se parte de la percepción de un magistrado de que hay indicios que animan a investigar unos hechos por si fueran constitutivos de algún delito. La ambigüedad no tiene espacio en la guerra. En cualquier causa, basta una imputación para que los rivales políticos sólo estén dispuestos a discutir sobre la condena que se debe aplicar. Los afectados, lógicamente, suelen refugiarse en la falta de unas pruebas contrastadas y condenables.

En una sociedad plural y democrática, lo lógico es que los medios de comunicación fueran el filtro capaz de distinguir cuándo los indicios de comisión de un delito son abrumadores y cuándo la falta de pruebas concluyentes aconseja la máxima mesura en vaticinar una sentencia condenatoria. En la actualidad, como tantas veces se ha denunciado, muchos de los medios más importantes juegan desde su trinchera un papel frentista que da poca oportunidad a la ecuanimidad.

Los principales dirigentes de Podemos son conscientes de la trascendental importancia que la comunicación juega en el ejercicio de la política y conocen bien sus reglas de funcionamiento. Hace apenas unos días, la Tocata y Fuga del Emérito les había abierto una magnífica posibilidad para abrirse un hueco propio en el debate público. Venían de varias semanas de problemas derivados del caso Dina. Para Podemos, la abierta defensa del republicanismo le permitía colocarse en un espacio libre de competencia respecto a los principales partidos nacionales. Es un debate que les viene bien. Sin embargo, el juez Escalonilla ha cambiado la agenda de la noche a la mañana.

¿Dar la cara o esconderse?

En términos de comunicación política, las imputaciones judiciales son siempre incómodas de manejar. Suele existir una doble tendencia natural contrapuesta. Por un lado, parece aconsejable salir con firmeza a dar la cara ante la opinión pública en defensa de la inocencia. Sin embargo, si esta exposición no se mide bien, puede beneficiar a los contrincantes que tendrán la oportunidad de contraponer sus opiniones y de alargar indefinidamente un debate que se centra en poner en duda la honorabilidad o la culpabilidad de alguien. La otra posible estrategia suele ser la de desaparecer por completo y negarse a servir de leña para que el fuego se reavive. El gran problema de esta jugada es fácilmente interpretable como una huida culpable. La primera reacción de un delincuente es correr antes de que le atrapen. Como ejemplo reciente, cabe señalar la mala impresión que ha dado el exmonarca con su marcha con nocturnidad y alevosía. No ha hecho más que perjudicar su ya deteriorada imagen pública.

La experiencia en este tipo de situaciones aconseja una medida mezcla de ambas estrategias. Resulta indispensable salir públicamente para dar la versión de los hechos. El ideal es que esas explicaciones vayan acompañadas de alguna acción que aporte credibilidad a las palabras. De esta forma, se puede conseguir recuperar la iniciativa política y ayudar a que los medios se centren en las nuevas iniciativas presentadas dejando atrás la fase anterior. Tampoco parece aconsejable prodigarse en exceso. Siempre se corre el riesgo de cometer algún error o de facilitar ataques inesperados.

Desde la perspectiva de la prensa, siempre se tendía a pensar que cuando un acusado o imputado daba la cara públicamente sin barreras ni condiciones, era síntoma de inocencia. Por el contrario, cuando alguien se escondía, el movimiento se interpretaba como claro indicio de culpabilidad. Desde hace años, este juego ha dejado de tener sentido alguno. Muchos culpables han intentado ganarse la confianza pública realizando grandes ejercicios de exposición mediática y, posteriormente, demostrarse que no era más que el último capítulo de su actividad delictiva. En la política actual, nadie se fía ya de nadie.

Acciones de comunicación política de Podemos

En este caso, Podemos ha tomado cinco medidas de manual:

1/ Han movilizado a sus seguidores en defensa de su inocencia. A la vez, significativos portavoces como Rafa Mayoral, Juan Carlos Monedero o Alberto Rodríguez han realizado declaraciones públicas ante los medios.

2/ Han presentado recursos judiciales como prueba de su disconformidad con la evolución del procedimiento.

3/ Han salido en tromba a intentar desmontar los testimonios del principal testigo en su contra hasta ahora, José Manuel Calvente.

4/ Han intentado crear un dique de contención de la crisis que no afecte a su presencia en el Gobierno. Los ministros de Podemos no han comparecido públicamente para evitar contaminar su presencia en el Ejecutivo con los problemas del partido.

5/ Pablo Iglesias se ha mantenido al margen hasta donde ha sido posible. Únicamente, ha dado la cara a través de Twitter con declaraciones muy rotundas, pero se ha negado a comparecer públicamente como vicepresidente del Gobierno.

Así lo ve el profesor de Comunicación Política en la UPF Barcelona School of Management, Toni Aira: “Es un error sacar a los principales líderes porque le daría más fuerza a la polémica, pero sí que están obligados por coherencia a salir. No les quedaba otra porque han sido el martillo de herejes de la corrupción durante años y los primeros en meter el dedo en la llaga a PP, PSOE o CiU”.

La derecha desea que Iglesias aparezca

La oposición política y mediática quería y buscaba otro escenario. Para la derecha, el objetivo clave es conseguir que Pablo Iglesias sea el que cargue con el protagonismo en esta crisis. Van a intentar como sea confrontar con él, retarle a que dé la cara acusándole de esconderse como culpable. Lógicamente, el objetivo es evidente, hacerle salir al escenario mediático para poder concentrar en él todos los ataques.

De forma casi unánime, los portavoces conservadores recurren a criticar la posición victimista de Podemos, recordando que cada vez que se conoce públicamente alguna actuación criticable se refugian en considerar que son “respuestas de las cloacas”. El profesor de la Universidad Complutense Rafa Rubio se muestra crítico con esta recurrente reacción de Podemos: “Este caso les desgasta como partido porque toca al corazón de su mensaje político que siempre ha sido la renovación, la regeneración y el cambio”. Sus mensajes han estado centrados en tres principales ideas: estamos sometidos a un ataque permanente, no tenemos apoyo mediático y la imputación no es más que otra falsedad para desacreditarnos.

La utilidad de este tipo de acción política es, como siempre, discutible. Quizá la idea más extendida es que se trata de una táctica defensiva dirigida fundamentalmente a buscar reforzarse entre los propios seguidores. Para Rafa Rubio, este tipo de movimiento “solo suele funcionar con los propios votantes que son quienes están verdaderamente dispuestos a reforzar sus creencias”. Para Toni Aira, siempre les ha funcionado bien, pero esta vez la estrategia presenta contradicciones: “Fue un buen refugio cuando querían diferenciarse del resto de partidos, porque te singulariza y ayuda a enmarcar la idea del ellos y el nosotros, la casta y el pueblo, pero ahora suena demasiado forzado porque forman parte del Gobierno de España”. Además, en Podemos, según ambos expertos, cada vez se observa una mayor utilización de recursos que les homologan a los partidos clásicos y a sus dinámicas, como intentar desacreditar a la fuente de acusación y “ver a los jueces como una extensión de la derecha”.

PP y Vox necesitan a Podemos en su estrategia

Podemos y Pablo Iglesias son absolutamente indispensables en la actualidad para la estrategia de PP y Vox. En otras épocas, la derecha jugaba a ignorarles para dejarles fuera del juego político. Hoy son la base de su acción. Se trata de identificar al máximo a Podemos y a Pablo Iglesias como la mayor amenaza a la estabilidad democrática del país. El paso siguiente es el de vincular al PSOE y a Pedro Sánchez como copartícipes de ese riesgo. Es el peligro que Cayetana Álvarez de Toledo identificaba este fin de semana como un “Pedro Sánchez podemizado”, en su entrevista con Javier Casqueiro en El País. El fin último es el de atemorizar a los votantes moderados que en la actualidad apoyan al PSOE y desequilibran la balanza electoral hacia la izquierda.

Toni Aira tiene claro que “el PP aprovecha que el Pisuerga de Podemos pasa por Valladolid, que es La Moncloa, porque su objetivo sigue siendo presentarse como la alternativa al PSOE y demostrar que el bipartidismo no ha muerto”. Rafa Rubio aporta otra perspectiva al asunto. A su juicio, los populares deben tener cuidado con centrarse excesivamente en atacar a Pablo Iglesias y los suyos porque considera que no deben olvidar que “de poco sirve desgastar a Podemos si eso hace grande al PSOE, que es su verdadero rival en las urnas”.

Reforzar el voto frente al enemigo

El ataque incesante a Podemos, desde la derecha, tiene una segunda derivada no menos significativa. Además de intentar desgastar al actual Gobierno, sirve para reforzar su propio electorado. El discurso anti-Podemos representa extraordinariamente un elemento motivador y de agitación del voto de la derecha. Según Rafa Rubio, “todo lo que genera Vox en la izquierda, lo genera Podemos en la derecha. Hay una parte de la opinión pública de la derecha que considera a Podemos un enemigo de la democracia y ante ese peligro, la reacción es inmediata”.

Rubio pone como ejemplo las campañas electorales del Partido Popular en 2015 y 2016: “Todas las referencias, mensajes políticos y piezas publicitarias estaban centradas en el miedo a que Podemos llegase al poder”. Para Toni Aira, “esto es fruto de la simplificación de los discursos políticos. Hoy en día, si como partido tienes un antagonista, tienes un tesoro. Si no entusiasmas demasiado a tus votantes, solo con decir que eres lo opuesto a algo que para tu público es lo peor, te ahorras mucho trabajo”.

La curiosa trampa del lenguaje

Esta confrontación directa tiene un curioso terreno de estudio en este caso: el lenguaje. Para el PP, su caída en la moción de censura tras la sentencia de la Gürtel fue un suceso que nunca ha terminado de superar. Ahora, la imputación de Podemos, le ha permitido hacer suyo todo el vocabulario que formó parte de su vía crucis: caja B, financiación irregular, sobresueldos, obras de remodelación de la sede, etc.

Estos días, hemos visto a los portavoces populares Pablo Montesinos y Andrea Levy centrar sus intervenciones en el uso y abuso de esta terminología, como si ambos hechos, la Gürtel y el caso Calvente fueran comparables. Así lo ve Rafa Rubio: “Que el PP diga que Podemos tiene una caja B se justifica por el efecto de revancha generado por la moción de censura. Quieren asimilar ambos casos y aprovechar la imputación para pedir que se les mida con el mismo rasero”.

En busca de Pedro Sánchez

En todas las comparecencias públicas de los portavoces del PP, han insistido en extender la responsabilidad de la imputación a Pedro Sánchez y pedir que cese inmediatamente a Iglesias. Por su parte, el Gobierno de coalición ha resaltado la desvinculación de PSOE del escándalo. Pedro Sánchez y los líderes socialistas han decidido abstenerse de tomar posiciones en este conflicto.

Seguramente, los dirigentes de Podemos están de acuerdo en que se mantengan al margen de la polémica. Si criticaran a Podemos, se abriría, lógicamente, una crisis en el espíritu solidario de la coalición. Si apoyaran notoriamente a sus socios, no harían más que servir de prueba visible de lo que Álvarez de Toledo defiende: la podemización de Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno sólo se ha visto obligado a pronunciarse sobre el asunto, el pasado jueves, tras el encuentro en Palma de Mallorca con Felipe VI. En la rueda de prensa posterior, eludió comentar la imputación de sus socios y marcó distancias defendiendo la independencia de la justicia: “Máximo respeto hacia la labor de los jueces”. Y ahí se quedó

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Moción de censura: la última jugada de Vox para recuperar a su electorado

Moción de censura: la última jugada de Vox para recuperar a su electorado

La moción de censura anunciada para septiembre es una estrategia para ganar relevancia, protagonizar el foco mediático y marcar la agenda política del verano

Los expertos critican que se utilice un instrumento constitucional tan excepcional como éste con fines estrictamente comunicativos

Eva Baroja

A la vuelta de vacaciones, y coincidiendo con el debate de los Presupuestos, seremos testigos de la quinta moción de censura de nuestra democracia. La tercera en los últimos tres años. Lo anunciaba por sorpresa Vox en el pleno del pasado miércoles. La motivación para presentarla es, explicaba Abascal desde la tribuna, «evitar que España caiga en la ruina y en la muerte», pero detrás de este más que cuestionable argumento se esconden otras múltiples causas que tienen que ver puramente con estrategias políticas. Lo que buscan es recuperar la relevancia perdida, marcar la agenda del verano y del inicio de curso y presionar a su competidor directo, el Partido Popular, llevando la iniciativa en el espacio de la derecha.

Los últimos sondeos dan a Vox una caída de entre dos y cuatro puntos que van a parar al partido de Casado. Su papel como oposición durante la crisis del coronavirus ha quedado desdibujado y sumido en la irrelevancia política ya que los temas que monopolizan el debate en esta crisis (salud, economía, políticas sociales…) no casan bien con su discurso visceral y emocional, siempre centrado más en cuestiones culturales e identitarias. Aunque saben que ganar esta moción es imposible, y que los números no dan, quieren volver a presentarse ante la opinión pública como el único partido que denuncia y abanderar por encima de todo un antigubernalismo que es su razón de ser: Vox contra el Gobierno, contra el sistema y contra el mundo. Un posicionamiento bastante arriesgado porque, en estos momentos, al resto de formaciones políticas no les interesa confrontar en exceso en un procedimiento de censura al Gobierno perdido de antemano.

¿Amenaza u oportunidad para el PP?

Políticos, periodistas y analistas coincidían estos últimos días en una idea: la moción no es contra el gobierno de Pedro Sánchez, es contra Pablo Casado, pero ¿hasta qué punto podría perjudicar a los populares que su contrincante ideológico lidere la censura al Gobierno? A Verónica Fumanal, presidenta de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), la moción de Vox le recuerda mucho a la que presentó Podemos contra Rajoy: «Ambas son un arma utilizada para debilitar a un partido de tu mismo espacio ideológico. En este caso, ponen en un brete al Partido Popular ya que va a tener que decidir entre dos opciones que son malas lo miren por donde lo miren: estar con Sánchez o darle la razón a Vox, concediéndole así el liderazgo de la derecha».

Sin embargo, el profesor de la Universidad Complutense y asesor político Rafael Rubio, considera que lejos de perjudicar al Partido Popular puede ser una buena oportunidad que le permita distinguirse definitivamente de la extrema derecha: «Frente a las acusaciones permanentes de que son lo mismo, tienen que hacer pedagogía y convencer a los votantes del PP que están enfadados con el Gobierno de que esta moción es una herramienta de propaganda«. En la misma línea se sitúa el sociólogo y especialista en comunicación política David Redolí, quien cree que «la jugada de Vox tiene riesgos enormes porque puede reposicionar al PP como un partido de Estado, que no anda en juegos ridículos cuando no toca y que es una derecha responsable e institucional». También podría beneficiar a Ciudadanos en su estrategia de transmitir una imagen de partido de centro, útil y bisagra bajo el nuevo liderazgo de Arrimadas. Así, el debate de la moción podría servir a los naranjas para diferenciarse y desligarse definitivamente de la foto de Colón.

Objetivo: recuperar el foco y marcar la agenda

Los expertos consideran que utilizar una herramienta tan excepcional como una moción de censura con fines estrictamente comunicativos desvirtúa su sentido y frivoliza con su gravedad. Para David Redolí, «la diferencia fundamental de esta moción con las otras es que solo está hecha para poner a Vox en el candelero durante un par de meses y generar una posición tremendamente incómoda a su principal adversario ideológico». Precisamente para evitar especulaciones y que se hable excesivamente del tema, Rafa Rubio cree que el PP ha actuado inteligentemente al dejar clara de manera rápida y efectiva su postura: «Antes de que acabase la sesión, avisaron de que no iban a apoyar la moción. Si no, la gente hubiese estado todo el verano plateándose qué es lo que va a hacer el PP y eso les perjudica».El mero hecho de hacer el anuncio a un mes vista pone de manifiesto lo que pretende el partido de Abascal: llamar la atención de los medios y aumentar los tiempos de exposición de la noticia. A Redolí, esta anticipación le parece «un disparate» desde el punto de vista estratégico porque «da mucho tiempo al resto de actores para reorganizarse». Llegado el momento de la votación, la mejor decisión que podría tomar el partido de Casado, según Fumanal, es la abstención. Aunque siempre es difícil de explicar y vender comunicativamente, la presidenta de la ACOP cree que es la opción que menos daño les haría: «Significaría que no pueden estar al lado de un presidente del Gobierno como Sánchez pero tampoco de alguien que censura en un momento de crisis y sin tener la mayoría necesaria para hacerlo».

Oxígeno al Gobierno de coalición

En los últimos cuarenta años, la mayoría de las mociones de censura no se han hecho con el ánimo de derribar al gobierno existente ya que en todas, exceptuando la que llevó a Sánchez a Moncloa, la aritmética no sumaba y no había alternativa real de Gobierno. Los motivos siempre han sido otros: escenificar ante la nación al próximo presidente como ocurrió en la de Felipe González contra Adolfo Suárez en 1980, desgastar a un partido de tu mismo bloque como la que presentó Podemos en el año 2017 contra Mariano Rajoy o también acaparar la atención mediática en un momento en el que las encuestas van a la baja, como pretende hacer Vox con la de septiembre.

Sin embargo, esta vez, todo es distinto. Parece evidente que plantear una moción en medio de una crisis sanitaria y cuando el Gobierno de coalición lleva solo nueve meses en el poder no es la respuesta más adecuada que el país necesita para abordar la grave situación económica y social a la que nos enfrentamos: «En todos los países la oposición sigue haciendo su labor, pero no de una manera tan destructiva y tan frontal como se está haciendo en España. Ponerte a tumbar un Gobierno en un momento tan dramático y crítico no tiene sentido», afirma Redolí. El gran riesgo para Vox, según los expertos, puede ser que la moción de censura tenga el efecto contrario y en lugar de desgastar y perjudicar al Gobierno, le dé oxígeno y lo refuerce. Previsiblemente, PSOE y Podemos cerrarán filas y se crecerán, como ocurrió en las dos últimas elecciones, ante ese enemigo común que representa mejor que nadie el partido de Abascal.

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