Wikileaks: Open government y open data ¿amigos para siempre?

Tengo mi Firefox a punto de estallar. Llevo meses dejando temas para el blog entre sus pestañas y raro es el día que no proteste, con paros temporales, interrupciones inoportunas y la amenaza continua de cerrarse para no abrirse más.

Voy a intentar solucionarlo, poco a poco, durante este mes, y para empezar me gustaría compartir esta entrevista con Tim O’Reilly (@TimOreilly) en CBS donde explica de manera clara que es el gobierno 2.0.

En la misma línea este interesante artículo aparecido en El Pais y que consigue resumir de manera clara y precisa qué es el open data y, sobre todo, cuales son sus aplicaciones para la gente de la calle. Me hubiera gustado que profundizará un poco más en el tema de hasta qué punto puede considerarse un derecho pero probablemente no era el sitio.

Pero, más allá, de las explicaciones, la semana pasada asistimos a una situación que pone de manifiesto la necesidad de ir más allá del discurso teórico y la «evangelización» para ir definiendo el modelo. Es habitual en las conferencias norteamericanas sobre el tema oír hablar de que la transparencia se encuentra en fase experimental. Como señala esta nota:

The flood of documents on Wikileaks highlighted transparency’s limits: the fact that, despite all the talk about government openness, there are some things that the government absolutely doesn’t want the general public to be able to access, and which if leaked have been considered verboten by traditional journalistic outlets out of national security concerns.

No son sólo problemas de privacidad, frente a los que el open data debería empezar a ofrecer respuestas que vayan más allá de la inmolación de los derechos individuales en el altar del bien común. El fenómeno wikileaks, que ha desvelado una cantidad ingente de información secreta sobre la guerra de Afganistan poniendo de manifiesto que para ser una misión de paz está resultando bastante violenta y que los «daños colaterales» no son patrimonio exclusivo de las guerras de Bush, pone sobre la mesa el debate sobre los límites del open data, o hasta que punto un gobierno abierto, para servir mejor a sus ciudadanos, tiene que ser 100% transparente.

Los errores de la participación

En DOG hemos preparado un análisis del fracaso de la consulta celebrada en Barcelona sobre el futuro de la Diagonal. Aunque lo hemos subido a nuestro blog creo que resultará de interés replicarlo en este blog.

El ayuntamiento de Barcelona ha celebrado en los últimos días, del lunes 10 al sábado 15 de mayo, una consulta ciudadana para la reforma de una de las avenidas más emblemáticas e importantes de la ciudad: La avenida Diagonal.

Una consulta en las que las nuevas tecnologías estaban destinadas a jugar un papel muy relevante, al facilitar, a través de la votación desde Internet, una participación amplia. Los resultados de la iniciativa han decepcionado a propios y extraños por la poquísima afluencia a las urnas –electrónicas o presenciales- y el triunfo de la opción que planteaba dejar todo como está. Quizás la primera lección sea esa: el uso de las nuevas tecnologías per se, no garantiza el éxito de nuestras acciones, no hay campañas a la Obama sin Obama.

En este intento por hacer valer la voz del ciudadano, su participación activa en la democracia y su convergencia con el uso de las nuevas tecnologías, hemos detectado seis errores que llevaron al fracaso la consulta ciudadana.

Cifras:

Costo de la consulta: 3 millones.
Costo de las obras A ó B: 70 millones.
Ciudadanos empadronados: 1.414.383
Votos emitidos: 172.161
Votos realizados por Internet: 76.555
Votos opción A (Boulevard): 20.447
Votos opción B (Ramblas): 14.260
Votos opción C (sin cambios):137.454
Tiempo estimado de obras A ó B: 7 meses

1. No era el momento adecuado:

El mismo Alcalde aceptó el hecho de haber calculado mal el tiempo para la ejecución de la consulta. Así, muchos interpretaron que dicha consulta se trataba más de una estrategia de fortalecimiento de la imagen del Alcalde ante la crisis nacional. En palabras del Alcalde:

  • “Hemos hecho una pregunta inadecuada en un momento inadecuado” (El País, 16 de mayo)
  • “Este instrumento de acercamiento a la ciudadanía se ha convertido en el símbolo de alejamiento de las preocupaciones de los barceloneses”. (El País, 16 de mayo)
2. Contaban con el apoyo de muchas asociaciones y grupos, pero no del ciudadano común:

Para la consulta, el Alcalde contó con el soporte de varias organizaciones, entre ellas sindicatos, grupos ecologistas, grupos a favor del transporte público, etc., sin embargo se olvidó de un factor fundamental: el ciudadano, dando por hecho que el ciudadano estaría a favor de una consulta de ese estilo. A continuación se muestran algunas declaraciones hechas por ciudadanos comunes que fueron recogidas en el diario El País:

  • “Nos acaban de anunciar recortes en pensiones y en salarios, que retiran los cheques por los recién nacidos y no sé cuántas cosas más y el alcalde quiere gastarse una millonada en la reforma de la Diagonal. No lo entiendo y que conste que he sido votante socialista.” (La Vanguardia, 14 de mayo)•
  • “¿La Diagonal? Oiga, aquí debería construirse una escuela” (ABC, 11 de mayo)
  • “Esto es un mercado municipal y aquí nos morimos del calor debajo de este techo. Podían empezar por poner remedio a estas cosas… que no son tan caras” (La vanguardia, 13 de mayo)
3. Falta de involucramiento de parte de la sociedad:

A pesar de que se han abierto distintos debates, conferencias y se ha fomentado la posibilidad ciudadana de enviar aportaciones al ayuntamiento para que fuesen valoradas y en caso de ser viables, incorporadas al proyecto inicial, la actividad, según la página oficial del proyecto, implicó la participaron de más de 30.000 personas, pero no logró involucrar al público para llegar a “enamorarlos” del proyecto, quedándose la comunicación en el plano racional, ofreciendo datos técnicos que, para el ciudadano común, le son irrelevantes y difíciles de encontrar.

¿Por qué? Porque a los más de un millón de barceloneses empadronados solo se les propuso un proyecto cerrado, (Plan A ó B), después se generó una consulta sin averiguar si en realidad esa obra de 70 millones era de interés para los ciudadanos.

  • “La verdad es que hoy se ha liado una discusión entre clientes y dependientes a propósito de la Diagonal. Todos tenemos prioridades más cercanas y también está la cuestión de si se está preparado o no. A mí me puede gustar más un dibujo u otro, pero no me veo capaz de tomar una decisión así”. (El País, 15 de mayo)
4. Fallas en el soporte para la votación en línea:

Existieron, desde el inicio de las jornadas para la votación en la consulta, una serie de fallas técnicas que repercutieron en la confianza del ciudadano, desalentándolo para ir a votar. Las fallas afectaron incluso al Alcalde y al líder del Partido Popular de Cataluña.

  • “Acabo de oír por la radio al alcalde, que dice que tuvo que votar otra vez porque la primera no valió. ¡Hombre…!” (El ABC, 15 de mayo)
  • “…Alberto Fernández Díaz, líder del PP, a quien el sistema no le dejó votar de forma presencial porque ya se había emitido un voto con su nombre y DNI por el sistema de SMS en Internet sin haberlo hecho él.” (La Vanguardia, 16 de mayo)
5. Politización de la consulta:

Para los ciudadanos y los grupos políticos no gobernantes, la consulta fue una clara oportunidad para atacar al Alcalde y los responsables de la orquestación de la consulta. El hecho de que algunos grupos como los sindicatos, apoyaran al gobierno para la consulta y la posible reforma de la avenida, es un “pretexto” político para que los demás grupos vieran en la consulta, una acción política.

  • “Este manifiesto, estaba firmado por la Unió General de Treballadors de Catalunya (UGT de Catalunya); Comissions Obreres (CCOO de Catalunya); la Federació d’Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona (FAVB); el Consell d’Associacions de Barcelona (CAB); el Consell de la Joventut de Barcelona (CJB); el Consell Barcelona Comerç; el Consell de la Gent Gran de Barcelona; Diagonal per a tothom; Fundació Ferrer i Guàrdia; Junta Rectora Institut Municipal de Persones amb Discapacitat; Federació de Persones amb Discapacitat Física (ECOM); Federació d’Entitats Llatinoamericanes de Catalunya (FEDELATINA); i la Federació de Cases Regionals de Catalunya.” (El País, 14 de mayo)
    • “La consulta se ha convertido en una especie de referéndum contra el alcalde”. (La vanguardia, 14 de mayo)
6. La ruptura con los principios del Gobierno Abierto en el mismo proceso de la consulta:

El gobierno, en su afán de cercanía con el pueblo e interés por la transparencia, “lanza” la consulta, pero esta instancia es incompleta y cae en disonancias porque las alternativas presentadas a los ciudadanos (A y B) no se presentaron en igualdad de circunstancias, y prácticamente se escondió la opción C. Asimismo, tampoco se dio a conocer el costo de la consulta que es lo que hubiera permitido hablar de mayor transparencia. Con esto se logró desmotivar y enojar a muchos ciudadanos, que por un lado dejaron de votar y/o lo hicieron castigaron con la opción C al gobierno.

  • “Es cierto que se ha tratado de explicar con absoluta transparencia las diferencias entre el proyecto A y el B. Pero, ¿qué pasa con la opción C de dejarlo como está? En una campaña con tres opciones sólo se publicitaban dos en las marquesinas. En el propio sitio web se explican las dos opciones y sus bondades, pero se menosprecia la opción C constantemente en la disposición de contenidos y en los textos que prácticamente dan por hecho que “el futuro” sería la A o la B.” (El País, 17 de mayo)

 

Pretender que el uso de las nuevas tecnologías per se asegurare el éxito de nuestras campañas, acciones, marcas o elecciones, es una apuesta temeraria por no decir infructuosa y despilfarradora de recursos económicos y capital humano. Debemos ser consientes que Internet, las redes sociales, los SMS, etc., son sólo una herramienta al servicio de un objetivo. A la administración le corresponde aprender a utilizarla o dejar su gestión en manos de expertos.

OpenData Euskadi


El gobierno de Euskadi crea nuevos espacios y empieza a andar su proyecto de Open Data que habia hecho el 29 de diciembre del 2009.
El gobierno vasco lo ha logrado y ya ha puesto en marcha el nuevo portal de OpenData Euskadi. Esta es una iniciativa que le otorga a los ciudadanos lo datos públicos para que estos mismo los puedan usar en su beneficio.
Este es uno de los pasos dados para fomentar la transparencia de las Administraciones Vascas dentro de lo que ya había prometido el gobierno de Patxi el 29 de diciembre del 2009.
El ciudadano puede acceder a esta pagina ofrecida en castellano y en euskera para obtener información de un catalogo de datos. Entre las opciones , se puede acceder a información acerca de temas estadísticos, geográficos, meteorológicos, turísticos, ayudas y subvenciones, contrataciones administrativas. Estos datos pueden ser utilizados no solo por otras administraciones. Los autónomos los pueden utilizar para explotar mejor su negocio, la misma pagina ofrece ejemplos. Uno de ellos es el mapa de recursos turísticos que permite consultar de forma geolocalizada los recursos de Euskadi como alojamientos, restaurantes, aeropuertos, estaciones y aparcamientos, oficinas de turismo, museos y monumentos, acuarios, empresas de turismo, turismo de negocios entre otros.
Open Euskadi ya tiene miles de conjuntos de datos publico y el gobierno se ha comprometido de añadir mas datos para mejorar la transparencia del gobierno. Una de las innovaciones es que los datos que se iran añadiendo serán los que vaya demandando la ciudadanía, así los datos a lo cuales demanden mas los usuarios serán los que se trabajaran mas.
El proyecto es un proyecto vivo y permite que , así como los datos que se iran añadiendo son los que mas demanda la ciudadanía, los usuarios propongan , creen proyectos que estén relacionados con el Open Data y optimizarlos para el uso de los ciudadanos.
Esta es una de las primeras herramientas de IREKA que es el proyecto de Open Government del gobierno vasco. Creando así en una zona de gran conflicto político, nuevos espacios de debate oficial y de transparencia institucional.

epolitica y ogov

Hace unos días pude leer, como entradilla de un estudendo post en digitagora, sobre escritura corporativa, la siguiente aclaración:

«Como ustedes saben este blog es sobre e-política, por eso evito hablar de e-government, sin embargo esta vez acudiré al nuevo paso del gobierno estadounidense para aprovechar la web 2.0». He de reconocer que la frase me «tocó». Hace tiempo yo pensé algo parecido, pero no me atreví a ponerlo en el blog, consideraba el e-government como algo principalmente administrativo, destinado a prestar servicios a los ciudadanos, un tema de corto recorrido doctrinal, dónde los criterios políticos y democráticos tenían poco que añadir al para todos más y mejor. Pero la cosa fue cambiando, al menos en mi magín…


Después de casi 11 años, (¡¡¡que fuerte!!!), pegándome con la participación política en los libros y en la práctica, he ido moderando mi entusiasmo respecto a las posibilidades, o las responsabilidades de la sociedad civil. Sigo convencido de que la solución a los problemas de la democracia pasa por la sociedad civil. No sé si esta sera estable o inestable, institucionalizada o no, individual o colectiva… pero la ensalada de lecturas hechas en los últimos años me dicen que la sociedad civil necesita materia prima y ver resultados. En ambos el Estado juega un papel fundamental, la materia prima será una información transparente, desde el inicio al final de un proyecto, los resultados, la apertura de canales que permitan la participación, una participación realmente interactiva, no el paripe habitual al que nos estamos aconstumbrando. Eso, entiendo, puede ser el open government si lo diseñamos, lo cuidamos y lo cuidan, si unos y otros nos lo tomamos en serio. ¿te apuntas?

Open Government El buen gobierno se escribe con “O” (el buen gobierno se reinventa)

Artículo publicado en Expansión el lunes 14-XII-09

Hace unos años que los términos Gobernanza y buen gobierno ejercen como una especie de mantra de la teoría democrática. Ya se aplique a países en vías de desarrollo o grandes multinacionales, se ha generalizado la exigencia de una forma “de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía” (RAE).

No hay proyecto de cooperación al desarrollo, consejo de administración, premio o libro blanco en el que el “buen gobierno” no ocupe un papel relevante. El abuso, sin embargo, es tan habitual que la diferencia entre las expectativas generadas y los resultados obtenidos ha puesto en peligro el concepto.

Parece que con la llegada de Barack Obama a la Presidencia de Estados Unidos el buen gobierno también se está reinventando. Cada día es mayor la identificación entre buen gobierno y open government; los pilares de éste, la transparencia, la colaboración y la participación, se han convertido así en el eje del otro.

Tras el uso intensivo que Obama hizo de las nuevas tecnologías como forma de impulsar su campaña electoral, el open government se ha convertido, desde el primer día, en una de las prioridades de su administración. A las iniciativas que ha ido poniendo en marcha, el nombramiento de un CIO (Chief Information Officer) para la Casa Blanca, y el lanzamiento de proyectos como data.gov, recovery.gov o USASpending.gov, basados en la transparencia de la información pública, se unió hace unos días la directiva de Open Government que pretende establecer un estándar de funcionamiento obligatorio para todos los departamentos de la administración norteamericana.
Los términos más utilizados por esta directiva no nos causan sorpresa. La transparencia, que establece la publicidad de la información del gobierno, que se presupone pública mientras no haya motivos de peso para lo contrario; la participación, que permite a los ciudadanos contribuir con sus ideas y su experiencia en la elaboración de las políticas públicas, en lo que podríamos denominar wikigobierno y, finalmente, la colaboración llamada a perfeccionar la eficacia del gobierno e involucrar a otros actores, distintas instituciones del gobierno, empresas privadas e incluso los ciudadanos, en la ejecución de estas mismas políticas.

Desde ahora la legitimidad, e incluso la eficacia, no se cifra sólo en la capacidad técnica de la administración, sino que gira en torno a su capacidad de involucrar a las personas, poniendo a su disposición las herramientas suficientes para que puedan ejercer su responsabilidad pública más allá del periodo electoral, ejerciendo labores de control y participación cuando lo consideren oportuno.

Sólo un gobierno de “puertas abiertas”, logrará devolvernos ese empoderamiento, que no es otra cosa que la revitalización de la sociedad civil y la recuperación de aquellos espacios de poder que naturalmente le pertenecen.

Sin duda, esto supone un cambio en las formas de hacer de la administración, implica una constante conversación con los ciudadanos para escuchar lo que dicen, a fin de ofrecer respuestas y tomar decisiones que tomen en consideración sus necesidades y preferencias y esto exige inversión, formación y dedicación. Muchas empresas, como la CAN, empiezan a ver la rentabilidad económica de estas prácticas, ojalá nuestras instituciones descubran pronto su rentabilidad democrática.